La cobardía de la izquierda-Jaime Jankelevich

La cobardía de la izquierda-Jaime Jankelevich

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La aprobación de la acusación constitucional contra Andrés Chadwick dejó muy en claro que la izquierda no tenía pruebas para demostrar su culpabilidad y que su mayor interés era castigar al Gobierno. Las dos causales por las que se le acusó -haber infringido la Constitución y las leyes y haber dejado éstas sin ejecución al omitir adoptar medidas para detener violaciones sistemáticas a los DDHH durante la vigencia de las declaraciones de Estado de Emergencia en territorio nacional- no pudieron ser demostradas por ninguno de los senadores.

Las razones esgrimidas para aprobar la acusación fueron generalidades, no hechos comprobables, y citaré tan solo dos ejemplos: los de los senadores Harboe e Insulza. En su argumentación, el senador Harboe dijo que, en cuanto a la responsabilidad política, Chadwick materializó el desmantelamiento del alto mando de Carabineros, lo que habría incidido en los actos de violencia. Lo que no dijo es que el ex ministro Chadwick actuó de esa manera porque en el gobierno de Michele Bachelet II ocurrió la operación Huracán y se destapó el gran escándalo financiero de Carabineros, por lo que fue necesario cambiar todo el alto mando. No fue una arbitrariedad, como pareciera desprenderse del comentario del senador. Y vale la pena destacar que a nadie de la oposición de la época se le ocurrió acusar constitucionalmente al ministro del Interior de Bachelet por no impedir que ocurriera la incriminación de personas inocentes, violando sus DDHH, que procuraba la citada operación Huracán. Y pretender que el cambio institucional en Carabineros incidió en los actos de violencia y esa responsabilidad la tuvo el ministro Chadwick es una muestra de cuán alejados de la realidad fueron los argumentos presentados, para finalmente aprobar el libelo acusatorio.

Pero los dichos del senador Harboe son inocentes en comparación con los de Insulza, quien en su argumentación dijo “es la única oportunidad que tenemos de decirle al gobierno del presidente Sebastián Pinera que antes, durante y después de la crisis, ha hecho un pésimo trabajo, que con su ineficacia e insensibilidad ha perdido la confianza de las chilenas y chilenos”, añadiendo que no compartirían responsabilidades con el peor gobierno de nuestra historia reciente. El senador Insulza podrá tener la opinión que quiera del actual gobierno y de su actuación en la crisis, pero ¿desde cuándo una opinión, subjetiva y discutible y no hechos demostrables, es causal suficiente para aprobar una acusación constitucional?  

Pienso que pasar la aplanadora castigando al gobierno fue motivado por la cobardía de la izquierda de enfrentar a sus partidarios y ser funados como el senador Insulza en Arica, quien amenazó por ello con renunciar indeclinablemente a la mesa y al comité central del PS. Estoy convencido que el temor al oprobio de sus adeptos primó sobre impartir justicia, siendo un factor relevante para aprobar la acusación, sin importar el daño que se le causó a un inocente Andrés Chadwick.

Como corolario, es una pésima señal polarizar las posiciones en lugar de hacer que prime la moderación y el diálogo constructivo, porque daña la convivencia, genera desconfianza y en nada ayuda a que salgamos bien parados de esta grave crisis, que aún está lejos de terminar.

En momentos en que se necesita responsabilidad política, no están los tiempos para acusaciones sin fundamento. (El Líbero)

Jaime Jankelevich

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