El Crimen Organizado y la delincuencia son un virus difícil de controlar. Sus tentáculos suelen enraizarse rápidamente para sembrar el miedo y, a partir de allí, destruir, de a poco, sociedades e instituciones. Este fenómeno lo estamos presenciando, vertiginosamente, en nuestro país desde hace un par de años y lo que más asusta es que las soluciones quedan, sólo, en grandes titulares de prensa.
Ante esa situación, la sensación que como ciudadanos nos queda no es agradable, porque cuando no vemos soluciones viables, eficaces y eficientes nos sentimos indefensos y desprotegidos, y es ahí cuando el “virus” toma fuerza y emprende su arremetida.
Pero, resulta que sí hay “vacunas” para combatirlos, sobre todo gracias a los avances tecnológicos y de vanguardia que hoy día existen y que bien implementados, pueden perfectamente sacarles ventaja a estos criminales y así, obstaculizar tanto sus operaciones, que su neutralización sea un hecho.
¿Parece utopía, cierto?, pero no lo es porque la clave está en la capacidad de integrar las distintas tecnologías y recursos de seguridad en plataformas o software que permitan maximizar su utilidad: Reaccionar en tiempo real, coordinar de mejor manera estrategias y desarrollar parámetros de predictibilidad. Ciertamente, los adelantos por sí solos funcionan, pero si se fusionan en un mismo sistema, se convierten en una herramienta verdaderamente potente para luchar contra este flagelo que nos asola.
Con la integración de tecnologías aumenta la capacidad de reducir la criminalidad porque a través de la fusión de cámaras de vigilancia, pórticos lectores de patentes, drones, botones de pánico, llamadas y videollamadas de emergencias, aplicaciones y sensores específicos se logra georreferenciar el problema y así atacarlo de una forma más eficaz y eficiente. Pero, también, estas herramientas permiten a las fuerzas de seguridad identificar patrones de comportamiento sospechoso y prevenir delitos antes de que ocurran. Además, el acceso a redes de comunicación en tiempo real facilita una respuesta más rápida y coordinada ante incidentes. Y, por si fuera poco, la integración de tecnologías, mediante el uso de Inteligencia Artificial y Redes Neuronales aporta cantidad, calidad y correlación de indicios que pueden ser entregados a las autoridades para sus investigaciones y estrategias de prevención.
Efectivamente, la integración de plataformas digitales puede permitir: a las autoridades gestionar de manera más eficaz, no sólo la seguridad, sino también el tráfico, la energía y otros servicios esenciales, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en Múnich, allí, las plataformas de integración tecnológica permiten no sólo manejar los elementos propios de la seguridad, que por cierto incluyen el área de emergencia como Bomberos, ambulancias y servicios médicos de urgencias, sino también coordinar la distribución de servicios esenciales como el agua, el gas, la energía eléctrica, entre otros.
En el caso de nuestro país, tenemos el ejemplo de la Comuna de Providencia donde se comenzó a utilizar, desde hace aproximadamente ocho años, una plataforma de integración y gestión en seguridad muy eficiente, en la que, incluso, las cámaras de los celulares sirven para registrar irregularidades en tiempo real, quedando el video grabado en la central y no en el teléfono del ciudadano, protegiendo así la identidad del informante.
Y es así como la tecnología también fomenta la participación ciudadana en la seguridad de sus comunidades. Aplicaciones móviles y plataformas digitales permiten a los ciudadanos reportar incidentes, acceder a información sobre riesgos y colaborar con las autoridades. Este enfoque inclusivo no sólo mejora la eficacia de las estrategias de seguridad, sino que también fortalece la confianza entre los ciudadanos y las instituciones.
¡En definitiva, la clave está en la integración de las tecnologías! (Red NP)
Gonzalo Cornejo
CEO de Insight Security