EL EMPATE técnico que arrojó la encuesta entre Joaquín Lavín y Felipe Alessandri para definir el candidato de la derecha para competir en la elección de alcalde en la comuna de Santiago fue una sorpresa general. Se encendieron las alarmas de todos los sectores políticos, quienes ahora están tratando de descifrar si esto significa un hecho puntual o un cambio radical en el perfil de las personas que tienen que llevar en sus listas.
La apuesta por Lavín era la obvia. Se trata de un personaje muy conocido a nivel nacional, una figura política que en el papel aparecía adecuado para competir con la actual alcaldesa, Carolina Tohá, otra gran cara de la política. Al frente, tenía un contendor desconocido para muchos, uno cuyo mayor currículum es el de ser concejal por Santiago.
Bueno, la lógica falló. Un mérito para Alessandri que decidió competir igual y una señal de que las cosas pueden estar cambiando. Y si uno cree que la política necesita rostros y estilos nuevos, se trata de un cambio positivo. Por eso, también es loable la actitud de Lavín, de despejarle la cancha a su novel contendor. Algo que le debe recordar su propia historia, cuando ganó la alcaldía por Las Condes.
Ahora, para ganar, Alessandri tiene una dura tarea. Se dice que la misma encuesta que lo eligió como candidato, muestra que Tohá sigue siendo competitiva. Pero, claro, ese es un dato muy inicial. La disputa recién comienza y dependerá del resultado de la campaña que se despliegue en los próximos meses.
En esto, parece claro que Alessandri debiera insistir en el perfil que lo llevó a colocarse como candidato. Si bien Santiago es la comuna más emblemática desde el punto de vista político, sabe que entrar en esa arena es perder. Por el contrario, su modelo de campaña debiera ser el de Raúl Alcaíno, quien fue electo alcalde por Santiago derrotando en ese entonces a un poderoso de la política, Jorge Shaulsohn, del PPD, al igual que Tohá.
Alcaíno tenía dos ventajas: fue apoyado por Lavín, que era el alcalde saliente y era un rostro televisivo. Pero Alessandri tiene algo que es mejor: su experiencia en la comuna como concejal durante ocho años. En definitiva sabe, mejor que nadie, cuáles son los problemas y oportunidades que tiene Santiago. Por ende, conoce también las debilidades de Carolina Tohá en ese plano.
Por eso, si Alessandri logra transformar la elección en lo que es, una que se centre en la comuna y no en la política nacional, tendrá mucho a su favor, porque la actual alcaldesa ha sido criticada en muchos aspectos, partiendo por su actuar frente a las tomas de los colegios. Esto significa también que los escándalos que han rodeado a Tohá por las platas políticas, no son su tema. Hay que dejar que eso lo juzgue la gente.
La derecha debiera tomar nota de esto, por cuanto el eje de la gestión, que puede llevar a Alessandri a la alcaldía, será el mismo que deberá utilizar Piñera u otro para enfrentar la próxima elección presidencial. De esta manera, la batalla por Santiago puede ser un laboratorio de lo que puede pasar después.
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