Los expertos electorales y estadísticos apuntan a que solo un factor podría favorecer de tal forma a Marine Le Pen que la lleve a las puertas del Palacio del Elíseo. Y eso no tiene nada que ver con las promesas que se hayan podido hacer en estos días de campaña para la segunda vuelta presidencial. Sino de cuántos franceses decidirán no ir a votar mañana en desacuerdo con los dos candidatos en competencia: el centrista Emmanuel Macron y la abanderada del Frente Nacional.
Por lo mismo esta semana se redoblaron los llamados desde el establishment político francés a concurrir a las urnas, para impedir que la temida abstención termine favoreciendo a la extrema derecha. Empresarios, científicos, investigadores y artistas le dieron su apoyo a Macron como una forma de frenar el avance del FN.
Según las encuestas, que vaticinaban un triunfo de Macron, un favoritismo que aumentó tras el debate del miércoles (ver secundaria), el nivel de abstención mañana podría superar el 30%, una cifra muy superior a los anteriores comicios presidenciales. En los últimos 20 años la mayor abstención se dió en la primera vuelta de 2002 con un 28,4%. Pero el récord lo tiene la elección de 1969, cuando llegó a 31,1%.
De acuerdo con un sondeo Ipsos del jueves, de quienes decían que votarían blanco o nulo, el 48% estaba seguro de esa decisión, mientras que el 52% podría variarla.
Según Jérôme Sainte-Marie, del instituto BVA, citado por la agencia France Presse, “se trata de una abstención políticamente motivada, de un mensaje casi ético, los electores no quieren asociar su nombre a ninguno de los dos candidatos”.
El factor de la abstención volvió a tomar peso después de que la plataforma izquierdista Francia Insumisa, que lidera el ex candidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, llevó a cabo una consulta interna por internet, en la que el 36,1% se pronunció a favor del voto en blanco o nulo y el 29% por la abstención. Solo el 34,8% dijo que apoyaría a Macron.
Mélenchon, quien en la primera vuelta obtuvo el 19,58% de los votos, se pronunció frontalmente contra Le Pen, pero se negó a darle su apoyo explícito a Macron, un candidato muy identificado con el mundo de las finanzas y los sectores políticos tradicionales. Sin importar esa opinión, un sondeo de Ifop sostuvo que un 13% de los votantes de Mélenchon estaban listos para votar por la ultraderechista. Pero la encuesta de Elabe elevó ese apoyo al 23%.
En la misma línea se estima que, según un sondeo Ipsos, solo un tercio de quienes votaron por el candidato de la derecha tradicional, François Fillon, votaría mañana por Macron. El resto se dividiría entre Le Pen y las opciones como la abstención y el voto blanco/nulo, porque ven al ex ministro como el heredero político del impopular Presidente saliente François Hollande.
¿Sorpresa total?
Tras el triunfo de la opción del Brexit en Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos, los analistas están cautos por los diversos elementos que podrían generar un resultado fuera de pronóstico, entre los que se cuenta la abstención.
Según los expertos, se espera que la abstención y los votos nulos o blancos sean elevados, situación que podría abrir el escenario, aún remoto, de un triunfo de la dirigente eurófoba. Eso debido que tiene entre sus filas un menor índice abstencionista. Aunque para eso necesitaría -según estiman los analistas- un 40% de abstención. De todas formas se suma el hecho de que, a diferencia de comicios pasados, el “miedo” al Frente Nacional ahora no moviliza a tantos franceses.
Abstenerse “equivale a dar la mitad de su voto a Marine Le Pen, en la elección más emblemática en Francia en las últimas décadas”, aseguró el matemático Cédric Villani en una columna publicada en el diario Libération.
Según la agencia France Presse, por edades, la abstención golpea más fuerte en dos segmentos: los de la tercera edad y los jóvenes. En las elecciones presidenciales de 2012, casi uno de cada cinco electores menores de 25 años no votó (19%, con una tasa de abstención total de 13%). En tanto que en marzo pasado, en el segmento de entre 18 y 25 años, uno de cada dos jóvenes no tenía previsto votar en la primer vuelta del 23 de abril.
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