Kazajistán, el extenso país transcontinental (Europa y Asia) que basa su economía en la industria petrolera, tuvo un despertar diferente. No fue por una nueva obra arquitectónica en su capital, una de las más llamativas de Asia, sino por el anuncio del que ha sido su único Presidente en la historia: Nursultán Nazarbáyev.
El martes, sin advertir lo que pasaría, la tranquilidad kazaja se trastocó cuando el llamado «padre de la nación» dejó su cargo luego de 30 años de mandato. «Queridos kazajos, compatriotas y amigos, me dirijo a ustedes en un momento muy importante en la historia de nuestro país que hemos estado construyendo juntos… He tomado la difícil decisión de dimitir», dijo en un mensaje por televisión, sin mencionar las razones, aunque se cree que es por su avanzada edad (78 años).
Nazarbáyev era el único dirigente de la antigua Unión Soviética que se mantenía en el poder sin interrupción, aunque a pesar de su salida, aún podrá tener poder político gracias a una ley que le da estatuto vitalicio.
30 AÑOS DE LEGADO
Nazarbáyev llegó al poder en 1990, cuando Kazajistán era una República Socialista Soviética. Antes de ello, entre 1984 y 1989 ejerció como Primer Ministro. Sin embargo tras la caída de la URSS y la independencia kazaja en 1991, se mantuvo como Presidente.
De ahí han pasado 28 años en los que se mantuvo en el poder gracias a un decreto que le permitió aumentar el periodo presidencial de cuatro años iniciales. Y ha sido el mismo Mandatario quien se ha encargado de ensalzar y recordar los logros de su administración: «Sobre las ruinas de la Unión Soviética, hemos construido un Estado kazajo exitoso, un país con una economía de mercado moderna y hemos creado la paz y la estabilidad en un estado multiétnico y multiconfesional», afirmó en 2018.
No se puede negar que esta extensa nación ha tenido notables avances, que se pueden reflejar en su capital, Astaná, en la cual se ha levantado una urbe con grandes estructuras y de diversas formas, gracias al impulso modernizador del ahora ex Mandatario. «Hemos levantado una nueva capital que se ha convertido en el centro de finanzas, negocios, innovación y cultura de toda la región euroasiática», señaló.
Al mismo tiempo, Nazarbáyev ha concluido que en Kazajistán se «ha creado un estado moderno, progresista», con una «economía dinámica», con la que se ha ido incrementando «la autoridad de Kazajistán en el ámbito internacional».
Además, la población ha llegado a las 18 millones de personas, han recibido US$300 millones en inversiones extranjeras y, entre sus objetivos, es que para 2050 estén «entre los 30 países más desarrollados del mundo».
UNA CAPITAL CON SU NOMBRE
La decisión de Nursultán Nazarbáyev ha tenido una seguidilla de reacciones, varias de ellas intentando homenajear a su primer Mandatario. Una de ellas se hizo presente y tomó cimientos solo unas horas después: el nuevo Presidente, Kasym-Jomart Tokayev, y el Parlamento kazajo confirmaron que Astaná – que en kazajo significa «ciudad capital»- ahora se llamará «Nursultán».
«Se tomó una decisión histórica», afirmó el presidente de la Cámara Baja, Nurlán Nigmatulin. Lo único que queda para oficializar el cambio es la firma del nuevo Presidente, que debería hacerse en las próximas horas.
Asimismo, su hija, Dariga Nazarbayeva pasó a ser la presidenta del Senado por lo que será la segunda autoridad más importante del país.
Se vienen aires nuevos Kazajistán y con un objetivo claro: uno de los pocos líderes soviéticos que quedaban, que era el uzbeco Islam Karimov falleció en el poder en 2016, lo que provocó un proceso traumático en aquel país para su sucesión. Ante esto, Nazarbáyev, en sus últimos actos como Presidente habría planeado el devenir de su nación. (Emol-Reuters)
