J. Edmund: «Trump quiere que Rusia gaste más en defensa y quiebre»

J. Edmund: «Trump quiere que Rusia gaste más en defensa y quiebre»

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“Todos los votantes tienen ganas de joder: están dispuestos a perjudicarse a sí mismos con tal de perjudicar más al rico”, dice, entre risas, el profesor de finanzas de Babson College, John Edmunds, en referencia a los movimientos contra el establishment que se coronaron con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.

Es la forma en que el académico, que hoy participará de un seminario organizado por el Banco de Chile y Banchile Inversiones, explica también la decisión del Reino Unido de salir de la Unión Europea, así como una posible victoria de la euroescéptica Marine Le Pen en Francia este año. “Si ella vence en primera vuelta o tiene suficiente ventaja, mis próximas vacaciones serán en París. El euro se va a desplomar”, apuntó.

– ¿Qué pueden hacer los defensores de la globalización para contraponerse al proteccionismo?

– Tendrían que mostrar rendimiento para la gente que siente que hay una fiesta y no están invitados. Creo que el comercio internacional va a seguir, de una manera u otra. Trump quiere eliminar el Nafta y negociar bilateralmente, pero un tratado bilateral toma años.

– México está muy expuesto, pero ¿y el resto de Latinoamérica?

– Medio en broma, medio en serio: el mayor riesgo para Sudamérica es que Trump sepa que existe. La rabia, hasta ahora, es contra México. No específicamente de Trump, sino de quienes lo rodean. No les complican los tratados de comercio con Chile, Argentina o Brasil, así que no hay necesidad lógica de que hagan algo en su contra. Pero pueden rebajar el comercio internacional y eso sí es perjudicial, porque todos vivimos de eso. Latinoamérica es un continente de actividades económicas sofisticadas que llegan a todo el mundo, pero la percepción es que depende mucho de EEUU, cuando en realidad depende cada vez menos. China también es importante.

REVIVIR LA ECONOMÍA

– Trump prometió trabajos y manufacturas. ¿Le parece posible?

– Un poco, pero sí se puede hacer mucho más en energía. Los republicanos usualmente apoyaban a los hidrocarburos y eran contrarios a las energías alternativas; Trump apoya las dos. EEUU puede aumentar la producción de petróleo y gas mediante fracking, pero también está fomentando energía solar y de turbinas de viento. Eso genera empleo por sí solo. La política económica puede funcionar, porque estaría aprovechando recursos naturales que no se estaban usando antes por razones ambientales. Él está dispuesto a sacrificar el medioambiente por beneficios de corto plazo. Y eso es lo que quisieron los votantes.

– ¿Podrá revivir el carbón?

– El carbón no tiene futuro. Eso del clean coal es exagerado: limpiarlo hace que la operación no sea rentable.

– Hay voces de alerta por los aranceles a México y sus efectos en la economía de EEUU.

– Probablemente todo siga como siempre, porque si desechan el Nafta terminan muchas conexiones comerciales que funcionan bien y se pierde mucho trabajo en Texas y Arizona. Eso no le conviene a Trump: su apuesta es crear nuevos trabajos.

– ¿Considera eso la Casa Blanca?

– Los republicanos piensan que ganarán US$ 1 billón (millón de millones) con el arancel a las importaciones mexicanas, pero algo tan básico como la elasticidad de la demanda con respecto al precio hasta ahora no ha entrado al debate. Tampoco han tomado en cuenta la posibilidad de que los mexicanos tomen represalias.

RELACIONES INTERNACIONALES

– ¿Qué piensa de la cercanía de Trump con el gobierno ruso?

– Hay varias posibles explicaciones, pero la que más me cuadra es que está tranquilizando a Rusia con este coqueteo y, al mismo tiempo, hablando de modernizar el arsenal militar y aumentar el gasto en defensa, para que Rusia se quiebre gastando, con el bajo precio del crudo. Es similar a lo que hizo Reagan.

– Con un EEUU más cerrado, ¿gana protagonismo China?

– China está intentando levantar su perfil en el mundo, pero tiene sus propios problemas. Tienen que convencer al resto del mundo de que no son otros imperialistas más. Lo son, a su manera: eso se ve más claramente en Asia. Yo creo que se aproxima un mundo más balanceado, más fragmentado y eso no necesariamente es malo. Se pueden establecer vínculos a nivel de empresas, individuos o países. Los ingleses están marcando la pauta. Por sí solos decidieron salir de Europa y al mismo tiempo salieron del mundo.

«EL DICOM ES DEMASIADO RIGUROSO»

– ¿Cómo evalúa el momento de la economía chilena?

– Está mejor de lo que estuvo en agosto, no en términos de indicadores económicos, sino en las caras de las personas. Ahora la gente está más o menos ajustada a la realidad, ha sido peor en el pasado.

– ¿Crece la economía dentro de su potencial?

– Históricamente el crecimiento tenía que ser 6%. El mercado de capitales funciona muy bien, pero no ha hecho lo suficiente para financiar empresas en etapa de arranque o capital de riesgo. Todavía estoy esperando que una empresa complete el ciclo: que comience con capital de riesgo, se abra a bolsa y que los capitalistas recuperen las inversiones con ganancias. El mayor éxito que me han contado fue de seis a uno y eso no es suficiente. Tiene que haber un cien por uno, para compensar los fracasos.

– ¿Qué falta para eso?

– Tiene que haber más incentivos fiscales, en forma de desgravación fiscal o crédito fiscal. Las ganancias tienen que tener un tratamiento fiscal favorable, pero también se tiene que permitir que las pérdidas se resten contra ingreso ordinario. Y el fracaso no tiene que ser una mancha sobre el escudo de la familia o de la persona. Si alguien termina con una evaluación crediticia mala, eso se puede perdonar. El Dicom chileno es demasiado riguroso. (DF)

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