Internacionalismo proletario-Carlos Larraín Peña

Internacionalismo proletario-Carlos Larraín Peña

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Carlos Peña se declara partidario de la inmigración. En buena hora. De paso, y como prenda de nacionalismo dañino, dice que la derecha en la forma del Partido Nacional exaltó al huaso y la tonada.

Dicha expresión política afirmó mucho más que eso en los años cruciales que van de 1965 a 1973, pero el afecto por la vida rural no puede alzarse como espantajo xenófobo moralmente equivalente para el articulista al “internacionalismo proletario” de la izquierda. ¡Qué delicadeza la del articulista para referirse a la corriente político-cultural que hoy domina el escenario local y más allá! Ese “internacionalismo proletario” que justificó la invasión y dominio sangriento de país tras país o la colonización de sociedades, antes sojuzgadas militarmente, mediante el traslado e implante de población “rusa” por millones.

Se cumplen 80 años del Pacto Von Ribbentrop-Molotov, en virtud del cual la URSS cuidaba las espaldas a Hitler para que hiciera la guerra al resto de Occidente y significó, en lo inmediato, la colaboración entre los totalitarios para eliminar millones de polacos, un tercio de ellos judíos. ¿Qué tuvieron que decir el Partido Comunista chileno y el coro habitual sobre ese horror y tantos otros impulsados por el “internacionalismo proletario”? Hungría, Cuba, Berlín, Praga, Cambodia, por nombrar lo evidente, nunca merecieron reparo de los internacionalistas.

El profesor Peña cuida su lenguaje minuciosamente, y eso es bueno, pero se cuida sobre todo de rozar siquiera a los agentes de la destrucción cultural que estamos padeciendo. Paradójicamente nos ayudarán a detener esa onda viscosa, precisamente, los inmigrantes (algo distinto de la categoría “inmigración”) que han sufrido de muchas formas, pero no han pasado por la licuadora liberal-socialista de marca “emancipación universal”, en su versión local. (El Mercurio-Cartas)

Carlos Larraín Peña

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