Independientes, cuotas de género y pueblo originarios: los nudos de ChV

Independientes, cuotas de género y pueblo originarios: los nudos de ChV

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Contra el tiempo. El oficialismo y la oposición sostendrán hoy a las 14 horas una nueva reunión para destrabar las diferencias que han arrastrado en la denominada “negociación constituyente” y que busca complementar el acuerdo por una nueva Constitución.

Y si bien ayer no hubo acuerdo ya que Chile Vamos rechazó cinco de las siete propuestas que había hecho la centroizquierda, desde ambos sectores apuntan a que hoy tendría que haber una resolución ya que se espera zanjar esto esta semana y así enviar un proyecto de ley.

Las principales trabas se produjeron sobre los puntos que indican cómo se promoverá la participación de independientes, cuotas de género y pueblos originarios. Este último punto ha sido uno que ha generado discrepancias en ambos sectores sino que también al interior de los tres partidos del oficialismo: la UDI, RN y Evópoli.

La semana pasada, los parlamentarios de Evópoli, Felipe Kast, Luciano Cruz-Coke, Francisco Undurraga, Sebastián Keitel, Pablo Kast, Sebastián Álvarez y Andrés Molina suscribieron una declaración donde se pedía escuchar la voz de los pueblos originarios “para que así tras años de reivindicaciones sus diversas identidades y costumbres permitan a nuestra sociedad dotarse de un Estado que respete y valore su historia”.

En ese sentido, el partido liderado por Hernán Larraín Matte propone un padrón paralelo con escaños reservados para personas de pueblos originarios. Eso último, fue rechazado por la UDI en las últimas reuniones que han sostenido los partidos oficialistas.

Y ayer, en la última reunión con la oposición quedó de manifiesto. La UDI argumentó su postura diciendo que cualquier inclusión de este tipo tendrá que pasar por una consulta indígena como indica el Convenio 169 de la OIT, algo que no se alcanzaría a realizar en este contexto.

Podemos terminar con el proceso constituyente en un tribunal internacional. Hay que ser muy cuidadosos. No sé cuál es la salida sobre este punto”, señaló a La Tercera PM la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.

Desde Evópoli, en tanto, insistirán en este punto hoy, a pesar del rechazo gremialista. Aunque agregan que se está negociando en bloque y que están abiertos a llegar a un acuerdo. En privado, en el oficialismo señalaron que, hasta el cierre de esta edición, no se iba a realizar una reunión previa entre ellos para llegar “coordinados” a la cita con la oposición.

LA PROPUESTA DE EVÓPOLI

La oposición ayer propuso “garantizar mediante escaños reservados adicionales de no menos de un 10% la expresión de diversidad de pueblos indígenas en la elección”.

Desde Evópoli comparten esa alternativa y designaron al diputado Andrés Molina, ex intendente de La Araucanía, para que realizara una bajada de este punto. “Para poder definir el número de escaños y si es el camino más idóneo, debería hacerse como en otros países, dar al Servel la atribución legal para que inicie un proceso de inscripción tomando de base los inscritos en la Conadi”, comentó Molina.

En tanto, el diputado agrega que este proceso de inscripción podría durar “unos 4 a 6 meses y permitiría saber con certeza cuántos estarían interesados en ser parte de este padrón y no del nacional de tal manera que con ese número podríamos definir lo que les correspondería como escaños especiales y si no hubiera un número mínimo interesado, el camino más lógico sería una cuota como el de mujeres”.

LA PRIMERA GRIETA HACE CINCO AÑOS

Con estas diferencias entre las distintas facciones de la derecha ante este nudo, en el sector recuerdan con detalles que por muy impensado que fuera hasta el mes antepasado sentarse a hablar de una nueva Constitución en el sector, ya vivieron conflictos y tensiones fuera de pantalla hace cinco años, una vez que el asunto comenzó a instalarse en serio. Fue cuando el segundo gobierno de Michelle Bachelet impulsó un proceso en el que participaron hasta abogados ligados a RN, Evópoli y la UDI, abriendo así una grieta.

Entonces se creó el Consejo Ciudadano de Observadores (CCO) para supervisar los diálogos ciudadanos que conformaron el inconcluso proceso. Ahí ficharon abogados y profesionales del hoy oficialismo: Gastón Gómez (ex RN), Arturo Fermandois y Héctor Mery. También estuvo ligado al proceso, aunque no formalmente, José Francisco García. La sola decisión de incorporarse generó arduas discusiones, recriminaciones y durísimas críticas privadas contra algunos de ellos. Algo parecido les ocurrió -recuerdan hoy- a otros entendidos del sector que participaron en instancias en que “tocar” la Constitución de 1980 era mal visto.

Así como hoy presidentes de partido -lo ha sincerado la jefa de la UDI- y dirigentes siguen rechazando la idea de que se confeccione una nueva Carta Magna, hasta algunas semanas atrás en ese partido había quienes seguían argumentando que el asunto no era prioritario para la población, que era cosa de ver las encuestas. Más patente era ese rechazo el 2014, cuando comenzó el proceso bacheletista.

Por entonces la discusión se libraba entre quienes se oponían férreamente a siquiera discutir el tema y que criticaban que, sumándose al CCO, el sector estuviera validando un proceso de desenlace incierto, y quienes postulaban que era mejor involucrarse para evitar quedar fuera de la mesa el día de mañana. En esos días era casi imposible encontrar en la derecha voces a favor de una nueva Constitución. En el sector recuerdan que García y Gómez sí se acercaban mucho más a esto último.

RN enfrentaba urgencias como el avance de la reforma educacional de Bachelet, pero en las discusiones internas los defensores de abrirse a un proceso constituyente advertían que no había que soslayarlo. Que a nivel académico el tema ya marchaba, y que se advertía que los núcleos intelectuales de la ex Concertación estaban muy avanzados en críticas específicas a la Constitución. El mismo Gómez, recuerdan, hizo ver más de una vez que ese flanco no se apagaba, y que había que discutirlo.

De vuelta le contestaban que cualquier debate constitucional abría las puertas de par en par a una inestabilidad institucional importante, y que las reformas hechas ya satisfacían esa demanda.

Gómez (quien tras renunciar a RN emigró al fracasado experimento de Amplitud) y García (ligado a Evópoli), entre otros, fueron blanco de críticas bien duras, algunas de ellas con descalificaciones al filo de lo personal. Los testigos de aquello de ambas tiendas cuentan que la mayoría fueron senadores en ejercicio y ex ministros del primer cuatrienio piñerista, pero no dan nombres.

También fue testigo del rechazo -aunque en menor tono- Víctor Manuel Avilés, abogado ligado a RN y cercano a Carlos Larraín, quien participó en una propuesta de reforma constitucional del partido en el 2014. No plantearon una nueva desde cero, sino cambios a la de 1980, bajo un concepto de “evolución”. Pero cuando el debate gravitó en torno a participar o marginarse del proceso bacheletista, recuerda, “había gente que decía que no había que hacer nada, y se nos hacía doblemente difícil avanzar. La postura de no quedarse era muy realista, ante la eventualidad de que el proceso avanzara”.

Por último, uno de los especialistas del sector en esta saga recalca que ha pesado otro elemento: “Para la derecha más dura, el triunfo de Piñera en la última presidencial era también una manera de enterrar el proceso constituyente de Bachelet”. (La Tercera)

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