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Iglesia envía de regreso a España a sacerdote de Copiapó: abusó de un adulto

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Sorpresa causó entre quienes lo conocían la repentina partida del sacerdote Juan Pedro Cegarra López, quien hace quince días regresó a Valencia, España, su lugar de origen.

El religioso, reconocido por su defensa de los derechos humanos durante la dictadura, hasta entonces se desempeñaba como párroco de la Catedral de Copiapó.

«Él fue la única persona que asistió a quienes estuvieron en el regimiento de Copiapó y luego fueron masacrados por la caravana de la muerte, participó en la Vicaría de la Solidaridad, la Vicaria del Trabajo, asistió a la familia Stockle, asistió a detenidos y torturados», comentó a «El Diario de Atacama» Walter Araya, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la UDA y cercano al sacerdote, a quien conoce desde los 12 años.

Debido a su trabajo en parroquias durante esa época, muchos le tienen un gran aprecio por el rol que jugó y han alzado la voz cuestionando su partida.

Ayer, el Obispado de Copiapó emitió un comunicado en que señala que el sacerdote «fue objeto de una investigación previa por abusos sexuales contra una persona, varón mayor de edad, cometidos en julio del año 2019» y que «la investigación concluyó en octubre de 2019, considerando los hechos como verosímiles».

Agrega que «en enero de 2020, otro informe de un perito canónico concluyó también la verosimilitud de los hechos y propuso como medida disciplinar que el sacerdote volviera a su diócesis de origen, Valencia, España, y que fuera el obispo de dicha diócesis quien determinara las medidas necesarias a aplicar».

Finalmente, «en octubre de este año, se cerró el caso con un decreto del obispo de Copiapó, donde se aplicaron al sacerdote restricciones en su ejercicio ministerial y se le indicó que tenía que volver a su diócesis de origen y someterse a las medidas de su obispo».

OBISPO PIDE «MIRADA DE FE»

Walter Araya asegura que las personas en las parroquias están «estupefactas». «Todos conocen a Juan Pedro, es un sacerdote probo, intachable y nos preguntamos dónde están las pruebas. Juan Pedro no tenía claridad de qué se le acusaba; dijo que se cerraba una investigación canónica y que tenía que volver a su país. Los feligreses preguntan de qué se le acusa y quién lo acusa, que dé la cara si es mayor de edad, que sea lo suficiente hombre para decir que hizo tal cosa, como James Hamilton, Juan Carlos Cruz. Acá no hay eso», cuestiona.

El obispo Ricardo Morales explicó a ese medio que «ha habido permanente contacto con la víctima de estos abusos, se le ha ofrecido ayuda psicológica, acompañamiento espiritual; yo me he entrevistado con ella también y se le ha dado la posibilidad de que recurra a la Fiscalía, la que no efectuó para no exponerse públicamente».

La autoridad eclesiástica dijo que «entiendo el dolor y la sorpresa; no pido que se comprenda las decisiones que se tomaron, sino que se respeten, se han seguido los protocolos de la Iglesia, se actuó como la Iglesia pide en estos casos (…) pediría una mirada de fe, en saber que la Iglesia hizo lo que tenía que hacer».

«Nadie niega ni un segundo el trabajo hermoso que hizo, creo que en definitiva hay que valorar y quedarse con eso que fue bueno, positivo. Pero eso no es obstáculo para decir que el padre realizó algo que no correspondía», agregó.

En tanto, el sacerdote Juan Pedro Cegarra afirmó a «El Diario de Atacama» que «lo que se cuenta del relato es falso, me están calumniando. Lo que yo conozco es la existencia de un relato cuyo contenido ignoro, la parte que se me ha dicho es falsa».

Sobre quien lo acusa, dijo que «yo lo conocí en 2017, le ayudé para que iniciara un emprendimiento, yo no abusé de él. Cuando dicen que ha habido un abuso es falso, me están difamando». (Emol)

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