Ideas para el Museo del Estallido-Elena Irarrázabal

Ideas para el Museo del Estallido-Elena Irarrázabal

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En el Día del Patrimonio a algunos les molestó la recomendación del Ministerio de las Culturas, que incluyó entre los posibles recorridos patrimoniales para el fin de semana —en que se celebra a nuestro patrimonio y su preservación—, el Museo del Estallido Social. Tras visitarlo, propongo algunas ideas para que se refuerce la colección historiográfica que busca recordar este período. Así se podría ampliar la perspectiva curatorial de este espacio, aún algo estrecha:

1. Las sierras con que se cortaron las patas del caballo del general Baquedano constituirían singulares piezas para exhibir. Estas herramientas lograron, en algunos minutos, botar la estatua diseñada y fundida por el escultor chileno Virginio Arias, que se mantuvo allí por más de 90 años.

2. Exhibir algunos de los adoquines lanzados para atacar edificios como el museo Violeta Parra. También podrían ser bolones, piedras o escombros procedentes de los camiones que fueron desviados rutinariamente hasta la plaza Baquedano y cuya carga se utilizaba para fines propios del estallido. Los chuzos con que se rompieron soleras y veredas también pueden ser elementos recordatorios.

3. Hay poca presencia en el museo del género de la performance, que tuvo memorables ejemplos, como la presentación erótica frente a la casa central de la Universidad Católica, el acto de la bandera en Valparaíso o tantas versiones de “Un violador en tu camino”.

4. Agregar a los relatos que se exhiben en la pantalla gigante algunos testimonios de los vecinos de la zona, que tuvieron la oportunidad de vivir estos momentos históricos durante dos años, en especial durante los días viernes.

5. Enriquecer la colección de grafitis y frases históricas. Ya hay algunas en el museo, como “Piñera CDTM”, “A.C.A.B.” y “Eres fuego”, pero se echan de menos otras, como “Aborta un paco”, “Evade” y “Yuta bastarda”.

6. Incluir restos de los libros calcinados en algunos de los incendios intencionales en los cafés literarios de Providencia.

7. Se exhibe una gran figura del perro Matapacos, pero ganaría contexto con fotografías del altar a su figura que se levantó a la entrada del GAM.

8. Junto a la escultura tamaño natural del encapuchado que hay dentro del museo, podría exhibirse alguna de las estatuas rayadas, vandalizadas y derrumbadas durante el estallido, como el busto de Pedro de Valdivia en Concepción. Se puede solicitar en préstamo al cementerio de esa ciudad, donde la estatua será relocalizada.

10. A las fotos con tipologías de capuchas y escudos de la primera línea, que ya se exponen en el museo, se pueden agregar piezas personales de algunos de los más asiduos concurrentes a la “zona cero”, como Rodrigo Rojas Vade.

11. Con medidas de seguridad apropiadas, es posible armar una vitrina sobre líquidos acelerantes, para mostrar formas de concretar la estrategia de crear nuevos patrimonios, incendiando los actuales. Una idea aplicada en la antigua iglesia de la Vera Cruz, Monumento Nacional.

12. La silla de oficina chamuscada expuesta en el recinto podría ser acompañada de instalaciones incendiadas del Metro, anaqueles rotos del comercio de la zona, muebles calcinados de hoteles, bancas quemadas de la parroquia de la Asunción, señalética de tránsito destruida y vestigios del arruinado templo de Carabineros. Así el espacio tendría posibilidad de incorporarse al circuito de los museos sobre grandes desastres de la historia. (El Mercurio)

Elena Irarrázabal