El pasado 28 de marzo, María Olga Lutz viajó desde España a Chile para conocer el avance de un caso que por 43 años ha sido su prioridad: revelar la causa de muerte de su padre, el general de Ejército Augusto Lutz. El uniformado, que formó parte del Servicio de Inteligencia Militar de la rama castrense, murió el 28 de noviembre de 1974 tras ser intervenido en el Hospital Militar por el médico Patricio Silva Garín, quien fue condenado en primera instancia por el juez Alejandro Madrid a la pena de 10 años de cárcel por el homicidio del expresidente Eduardo Frei Montalva.
En entrevista con La Tercera, la hija del alto oficial relata cómo, a su juicio, ambos casos se vinculan y qué avances ha tenido el juez Mario Carroza, quien desde 2017 instruye la indagatoria por un presunto crimen de lesa humanidad.
¿Qué avances ha tenido esta investigación?
El juez Mario Carroza es una persona muy profesional. Con los hechos que le hemos ido mostrando, él tiene claro que hay que seguir investigando la muerte de mi padre. El tema es que después de 43 años hay muchas personas que han muerto y que eran claves para la indagación. Pero hay otras que siguen vivas. En eso es muy importante la sentencia del caso Frei Montalva, porque hay una gran cantidad de personas que declaran y aluden al caso del general Lutz, que son médicos y no médicos.
¿Cuáles han sido las últimas diligencias ordenadas por el ministro Carroza?
El ministro está interesado en que se analice todo el fallo del caso Frei para ver los nexos y cuáles son los hechos que pueden estar relacionados con la muerte de mi padre. Y a través de nuestro abogado, Alberto Espinoza, está haciendo todo lo posible para que podamos analizar estas relaciones lo antes posible y en el menor tiempo.
¿Cómo se une el caso Frei con la muerte del general Lutz?
Patricio Silva Garín, quien está en medio de los dos casos, es importantísimo, porque si estuviera relacionado con los servicios de inteligencia militar, comprobaríamos que ambos los fallecidos eran personas incómodas para el gobierno y que tenían mucha información, personas que podían parar a Augusto Pinochet en su ascenso político. Era absolutamente importante quitárselos de en medio. Si en política lo que se hace es negociar con el opositor, en una dictadura lo que se hace es matar al opositor. Es así de claro.
¿Qué responsabilidad tendría Silva Garín?
Hay mucha evidencia que muestra que él pudo haber participado en los servicios de inteligencia de la Dina. Pero no puedo aventurarme en estos momentos en que estamos en proceso y, además, hay que tomar en cuenta que llevamos menos de dos años de proceso. El caso Frei duró casi 20 años. También es cierto que ahora tenemos un material, como es la sentencia del caso del expresidente Frei Montalva, para trabajar con muchísimos testigos que podrían hablar en este caso. Lo importante en esta indagación es que podamos animar a esos testigos a declarar.
¿Por qué su padre, un general de Ejército, habría sido un blanco de la Dina?
Primero, el general Lutz era un seguidor de la doctrina (del general René) Schneider, la cual planteaba que era importante que las Fuerzas Armadas se sometieran siempre a la Constitución chilena, cualquiera fuera la ideología del partido de gobierno. Y segundo, mi padre se enfrentó con Manuel Contreras por la desaparición de la profesora de Alejandro (su hermano). A ella, que se llama Liliana Ojeda, mi padre no la podía encontrar hasta que se dio cuenta de que estaba internada en un sitio de tortura que había creado Contreras. Le preguntó por qué no había informado lo que había hecho, y Contreras le respondió que él no informaba más que a su general Pinochet.
En 2018 se exhumaron los restos de su padre. ¿Qué resultado tuvo esa diligencia?
El SML no ha dado una respuesta definitiva. Están haciendo análisis y pruebas, pero dicen que necesitan más tiempo.
Usted también pidió peritajes a España.
Lo que se busca es hacer un análisis fiable que permita saber si hubo incidencia de terceras personas en su muerte. Esas pruebas serían bastante concluyentes.
La Tercera/Agencias
