«Finalmente, hay una variable imposible de medir acá. Se trata del efecto que genera competir con un candidato presidencial. Sabemos que la presencia de un candidato presidencial fuerte contribuye a que el partido que sostiene esa candidatura aumente su porción de votos. Por lo tanto, no sería extraño que el PRSD -en una nueva alianza de centro- aproxime su votación a lo que alcanza el PDC o el PS».
La frase forma parte de las conclusiones del estudio electoral «PRSD: De chico a grande», realizado el 20 de enero por parte del académico de la UDP Mauricio Morales, además de Mario Herrera.
En el texto se desglosa el desempeño electoral de los radicales desde 1992 a 2016, destacando que su máximo rendimiento ocurrió en las pasadas elecciones de concejales -7,43% de los votos- y que las mejores zonas geográficas para el partido corresponden a Coquimbo, el Maule y La Araucanía, aunque en la Región Metropolitana está bajo el promedio. «Hay dos predictores robustos de la votación del PRSD. Por un lado la pobreza y, por otro, la ruralidad», dice el documento, que añade que una proyección de cifras muestra la posibilidad de que la colectividad crezca con miras a las próximas elecciones parlamentarias.
«A nivel legislativo, la votación en concejales 2016 anticipa buenos resultados para el PRSD. De hecho, podrá expandir su masa de candidatos en distritos donde claramente tiene altas posibilidades de quedarse con un escaño», se indica en el documento, que, respecto de la política de alianzas y escenarios electorales, no estipula plazos ni fechas para su concreción.
NUEVO SISTEMA ELECTORAL
Ante el nuevo sistema electoral se indica que, en términos matemáticos, «el PRSD obtiene su mejor rendimiento en una lista unitaria de la Nueva Mayoría, pero un pacto con el PPD, PC, MAS e IC también le reporta buenos resultados. La simulación que supone un pacto PRSD-DC es la peor combinación para el partido (..) dado que el PDC es un partido más grande, entonces se quedaría con gran parte de los escaños cosechados por el pacto».
Para Morales, sin embargo, existen dos factores que explican que los radicales podrían crecer electoralmente, además de su resultado en las últimas elecciones de concejales: una alianza electoral con la DC y el apoyo de Guillier.
«Lo que planteo en el documento es que una alianza DC-PR entrega mucha más estabilidad en comparación con una alianza más de izquierda. Hoy día la gente lo que está buscando más que coaliciones extremas es que sean capaces de lograr acuerdos y consensos y en esa línea el acuerdo DC-PR podría ir en la dirección adecuada. Adicionalmente, ambos tienen liderazgos reconocidos en la ciudadanía… por lo tanto, si este gobierno fue extraordinariamente extremo en las posturas programáticas, un gobierno de centro y moderado tiene muchísimas mayores opciones de ganar la próxima presidencial», sostiene.
En el estudio, de todas formas, no se abordan los fuertes reparos que genera en una parte de la DC la candidatura del senador independiente.
SUMA DE VOTOS
«El mejor negocio para un partido relativamente grande como la DC es ir acompañado de un partido pequeño que cumpla con las siguientes condiciones: que no lo amenace electoralmente, pero que sí sume al pacto, por lo tanto, estratégicamente, es la mejor jugada para la DC», sostiene Morales.
«Y si pensamos -continúa- en el efecto que podría tener el candidato presidencial sobre la lista del PR uno puede colegir que el PR se va a ver beneficiado con ese pacto».
Para Morales, además, «la DC tiene todo lo que no tiene el PR; y el PR le podría entregar a la DC lo que al menos hoy, de acuerdo a las encuestas, no tiene. La DC puede entregar un carácter mucho más programático de la candidatura de Guillier si es que finalmente se impone como candidato y el PR puede entregar a la DC una potenciación de su representación parlamentaria».
Actualmente, la DC cuenta con 20 diputados, el PS con 16 y el PR con 6.
El 22 de enero pasado, en entrevista con «El Mercurio», el ex diputado Gutenberg Martínez señaló: «Me alegro que el Partido Radical esté pasando por este buen tiempo, porque creo que en algún momento habrá que construir un eje histórico con ellos». (El Mercurio)



