El senador PPD Guido Girardi se califica a sí mismo como «un tipo de poder» que «incomoda» a la elite porque es ingobernable y deja en claro que no trabaja para ella.
En entrevista con revista Que Pasa, el parlamentario recalca que «la elite poderosa» recela de él y lo hace «con razón». Explica que para eso construyó un «espacio de poder» para luchar contra las AFP, Isapres, tabacaleras y la comida chatarra.
«Yo no tengo nada contra la elite, pero yo no soy el mocito de la elite. No trabajo para ella, no soy funcional a ella y no voy a serlo por convicción. Y ellos han hecho una caricatura y un estereotipo de mi persona», insiste el legislador.
En un tono más personal, confiesa que que si hubiera sido «gobernable, disponible y funcional» no tendría la imagen que tiene: el poderoso e influyente senador.
«Yo, algunas veces también, he colaborado a hacer. Todos cometemos errores», admite. Aunque de igual modo arremete: «Algunos me criticaron, y mira lo que están viviendo ahora».
Ante la mirada crítica de las redes sociales que asocian su nombre con términos como «mafioso», «padrino», «siniestro», Girardi contesta: «No me importa que haya un sector de la sociedad que me odie. Yo tengo mi terapia: cuando me odian mucho, me voy a dar una vuelta a Cerro Navia, a Lo Prado, a Renca, a Quilicura, donde me quieren un poco».
Frente a la pregunta ¿Qué viene para el futuro?, el senador responde: «Yo quiero ser gobernador de Marte».
