Gran Maestro de la Masoneria: «Logia (de Rancagua) no actuó cuando debió...

Gran Maestro de la Masoneria: «Logia (de Rancagua) no actuó cuando debió hacerlo»

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En abril del año pasado, Sebastián Jans Pérez, 65 años, casado, dos hijas, ganó la elección para encabezar la Gran Logia de Chile. Tenía (y tiene) planes en poner mucho énfasis en el aspecto formativo de sus miembros, «proyectar cosas positivas». Un año después, le tocó un escándalo que involucra a cuatro miembros de la orden, dos que son ministros de la Corte en Rancagua, caso que fue pasando de lo anecdótico de un juez que hacía magia negra a un escándalo de proporciones, el más grave en los 33 años que Jans lleva en la masonería.

El Gran Maestro está sentado en su oficina del tercer piso del edificio de la Gran Logia masónica de calle Marcoleta. En la antesala lo esperan hombres de corbata -en su mayoría-, peinados, de mediana edad, como el imaginario colectivo supone a los miembros de esta orden que tiene en Chile casi 13 mil miembros y a la que todavía se le otorga una buena dosis de misterio.

«Eso tiene que ver mucho con visiones del siglo XIX. Está instalada la cultura dentro del masón de que lo que hay que hacer, hay que hacerlo discretamente desde el punto de vista del bien social. Pero estamos en una sociedad que requiere mucha más evidencia de lo que se hace», dice.

Él fue católico bautizado y confirmado -cuenta-, pero «soy muy bueno para leer, y siendo estudiante y joven me fui distanciando».

– ¿Perdió la fe?

-No, porque un niño no puede perder la fe. Por eso decimos que la educación debe ser laica. Tuve una mirada laica ya siendo grande…Y bueno, uno venía del sur y veía cosas, raras, en la parroquia, qué sé yo. Era de Vilcún, y pueblo chico, infierno grande.

El infierno grande vino ahora de Rancagua, con la expulsión de cuatro miembros de la jurisdicción de O’Higgins por «graves hechos que afectan el prestigio de la orden». Se trató de dos de los tres jueces de la Corte de Apelaciones de Rancagua, los ministros Emilio Elgueta y Marcelo Albornoz, investigados por presunto tráfico de influencias.

-¿Lo golpeó, en lo personal, muy fuerte?

-Me golpeó. He destinado un esfuerzo personal muy grande para proyectar la orden y sale esto en el camino, donde aparecen imputaciones, muchas de ellas que me parecen tremendamente sesgadas y prejuiciosas.

-¿Cuáles son las medidas que tomó el consejo de la Gran Logia de Chile respecto de los ministros Elgueta y Albornoz?

-Bueno, somos no solo una asociación de logia, sino también una orden. Y, tenemos constitución, reglamento, y cada uno es responsable del prestigio de la institución. Y el actuar de sus miembros tiene que ser coherente con sus postulados. Visto los antecedentes, no necesitamos hacer una justicia procesal, necesitamos antecedentes que señalen que hay riesgo inminente a lo que significa el prestigio de la orden. Son cuatro las sanciones que existen: amonestación; sanción, que puede variar de un mes a dos años; el retiro forzoso, y la pérdida de calidad de miembro. En las tres primeras, usted no deja de ser masón; la pérdida de calidad de miembro es lo más grave que puede sufrir: deja de ser masón.

Se acomoda en la mesa redonda de su oficina, pide un poco de agua y continúa:

-Entonces, dados los antecedentes, no pruebas, que entregó el delegado jurisdiccional, llegamos a la conclusión de que habían condiciones para la pérdida (de calidad de miembro). Habían situaciones previas. Por ejemplo, había sido enviado el caso de uno de ellos (de los cuatro expulsados) al tribunal de la logia, pero dada la gravedad de los antecedentes que fueron conocidos, no nos cupo ninguna duda de que era el camino correcto.

-Los otros antecedentes, ¿eran anteriores de este mismo caso?

-Las primeras referencias de que habían algunos temas ahí en la logia, las tuvimos en enero.

-¿En la logia Jorge Washington 56 de Rancagua?

-Claro. Y lo más grave en ese momento decía relación con (Luis) Arenas (el médico indagado en un caso de tráfico de psicotrópicos). Porque el médico tenía una carta de retiro voluntario en circunstancias que había sido condenado por delito de carácter grave, suficientemente grave para que el tribunal de la logia le hubiese quitado la calidad de miembro. Entonces, en ese momento me preocupé más del caso Arenas, tuve reuniones con todos los grandes delegados jurisdiccionales para que me informaran. Pero algo había de información, alguien de la Corte en Rancagua que estaba siendo indagado y es hermano. Yo llamé en su momento al presidente de la logia y le pedí explicaciones. En todo ese desarrollo, sale la primera noticia. Entonces dije: «¿Qué nos está pasando?», y requerimos más información.

-¿Ustedes hablaron con ellos para informarles de cuándo los expulsarían?

-No es necesario, porque nos faculta la reglamentación. Basta tener antecedentes que justifiquen una medida de ese tipo y eso es categórico. Ahora, obviamente, constatamos que la logia (de Rancagua) no actuó cuando debió hacerlo. Cuando este señor tuvo, por ejemplo, el problema con una pareja, no hubo ninguna acción.

-El juez Elgueta, antes de llegar a la Corte de Apelaciones de Rancagua en 2011, había tenido una sanción de la Corte Suprema.

-Exactamente, ese era el antecedente para tomar medidas. Si me hubiera dicho la logia «mire, le aplicamos una suspensión de tres meses», entendería que se hizo algo.

-¿Y por qué no se hizo nada?

-Ese es el tema. Por eso tenemos intervenida la logia. Hay un interventor, un gran delegado especial mío que tomó las atribuciones de presidente, y espero tener una información. Le pedí que trabajara todo este mes para reunir la información de cuáles fueron los alcances de esto, porque también debo suponer que el tribunal no actuó. Y tiene que hacerse responsable de no haber actuado y que explique por qué.

-Aparte del prestigio, ¿lo sintió como una traición?

-Eso es… Nuestras relaciones se fundan a partir de una ética de fraternidad, que construye afectos, y cuando los afectos se ven vulnerados, produce mucha indignación.

-¿Esto es lo más grave que recuerde desde que usted es masón?

-Es uno de los hechos más graves que he visto. Es gravísimo. Pero hemos tomado las medidas correctas y lo estamos resolviendo. Para mí es doloroso haber intervenido en la logia. Es intervenir en una comunidad fraternal. Uno de nuestros valores fundamentales es sentirnos hermanos, y respetarnos, y querernos. Entonces, intervenir la logia es una medida muy dura, muy extrema. ¿Pero qué es lo que pasó? Hubo un conjunto de medidas que no se tomaron, acciones que no se realizaron.

-¿Por exceso de fraternidad…?

-No, puede haber habido un mal uso de la fraternidad. Hay mucha gente buena que está haciendo cosas de bien. Si esas cosas se echan al tarro, una actuación de una o dos o de tres personas, es un golpe duro.

-¿Hay un daño importante a la imagen de la masonería?

-El tema no ha puesto en riesgo el prestigio de la institución. La masonería se demuestra en la acción concreta, y todas las personas que conocen las actividades de la masonería entienden que esta es una situación circunscrita a una realidad bien específica.

-¿Pero no cree que esta situación acentúa la visión sobre la masonería como una red de poder?

-Hay gente que tiende a estigmatizar la masonería por cosas culturales del pasado. En una época, un obispo puso en la entrada en Iquique: «Se prohíbe el ingreso de perros y masones».

-Aún existe una sensación de secretismo con la masonería.

-No hay secretismo. ¿Sabe por qué? La información de la masonería está abierta en todo internet. Lo que hay es desinformación, falta el deseo de informarse antes de opinar.

-Elgueta era un miembro de la logia con un cargo de fe pública, que administra una corte. No es cualquier miembro de la orden. ¿Esto hace más grave aún esa situación?

-Desde luego. Si usted tiene más responsabilidad en la sociedad, tiene que hacerlas mejor. Pero para nosotros no importa si es parlamentario o ministro, lo que importa es que tiene que cumplir con su deber para con la logia. Él era un hermano más. ¿Por qué este hermano, uno más dentro del taller, no fue sometido a los procedimientos que correspondía? ¿Es porque era ministro? Eso es lo que tenemos que ver, qué pasó ahí.

-¿Se van a ver también internamente las vinculaciones de estas dos personas con otros «hermanos»?

-O sea, eso es parte del trabajo del interventor. Estaba en Rancagua y respetamos mucho la dinámica interna de las logias, pero ahora hay que ver lo que pasa. Que pueden haber más sancionados, es posible, está dentro de las posibilidades. Y si surge algún indicio que se haya aprovechado la logia para generar alguna red de apoyo, eso no lo vamos permitir. Y si hay gente dentro que está vinculada, vamos a tomar medidas. Este es un proceso que está en desarrollo.

-¿Es efectivo que Emilio Elgueta y Marcelo Albornoz, como ha trascendido, participaron en la campaña como jefes zonales de Jaime Campos en Rancagua, que fue su contendor el año pasado por la dirección de la Gran Logia?

-Quienes votan para elegir las autoridades de la Gran Logia son los que han sido alguna vez presidentes. Es un derecho que se da de por vida. Y ellos no son miembros de la asamblea, por lo tanto, ahí hay una lectura que no corresponde a la realidad. Que hayan expresado que les gustaba más ese candidato, es irrelevante.

-Al hablar de transparencia, si ustedes descubren un elemento indicador de delito en esta intervención que tienen en la logia de Rancagua, ¿lo van a poner a disposición del Ministerio Público?

-Si hubiese delito, creo que sería una obligación. Ahora, desde el punto de vista de lo que a nosotros nos interesa y lo que tiene que hacer el interventor, es si se siguieron los procedimientos masónicos. Yo tengo que responsabilizarme de que mi institución funcione como corresponde. Es probable que el Ministerio Público pueda tener más información de la que podemos tener nosotros. Y desde luego, si hay alguna constatación de delito, no quedaría otra que colaborar e informar. Es una obligación ciudadana más que masónica.

«NO NOS PUEDE PASAR»

-¿Va a venir un cambio en la masonería chilena después de esto, de control interno, una mirada privada más crítica?

-Yo, por lo menos, estoy dando señales bastante importantes, y estamos preparando sobre todo las obligaciones de los tribunales logiales. No me interesa que en los tribunales se pongan a todos los abogados, por decir una cosa. Me interesa que sean los hermanos con mayor fortaleza desde el punto de vista del conocimiento valórico de la institución. Los procesos internos tienen que ser, desde luego, mucho más rigurosos. Porque bueno, mire lo que pasó… Y no me digan que todas las instituciones tienen problemas, eso no vale. Para nosotros es un grave problema. Nuestra institución no puede tener problemas, no somos conformistas. A nosotros no nos puede pasar. La masonería no va a tolerar ningún tipo de corrupción, caiga quien caiga.

-Es una enseñanza para adelante también…

-A mí no me cabe ninguna duda de que pueden haber responsabilidades que sean sancionadas no por la colusión que pueda haber entre ellos, sino porque gente no hizo lo que correspondía hacer. Los presidentes de logia, ¿por qué no actuaron?

-¿Está la masonería sobrerrepresentada en el Poder Judicial?

-No. En ningún sentido. En la Corte Suprema hay un solo masón. En las cortes de apelaciones a nivel nacional la presencia masónica es mínima. Se está construyendo una afirmación que no es real. Los abogados como profesionales representan el 9 por ciento de todo el universo de miembros. El total de la institución es de 12.500 personas. Un 23 por ciento son ingenieros, 16 por ciento profesores y 11 por ciento médicos.

-¿Qué opina de los dichos de la exministra del máximo tribunal Gabriela Pérez que dijo «son todos masones y se protegen» al ser consultada por el caso de Elgueta?

-Me parece que es una generalización. Si se quiere aportar debe decir expresamente los nombres. Eso le daría seriedad a la denuncia. A mí me interesaría saberlo.

PRESIDENTE MASÓN

-¿Sigue identificándose con las ideas socialistas, como dijo una vez?

-Hoy soy el presidente de la Gran Logia de Chile y no puedo tener militancia en ningún partido, no puedo tener religión ni una opinión filosófica. Para mí, el tema de la militancia política hace más de 20 años que dejó de ser relevante.

-¿Pero se sentía más cómodo con un gobierno de centroizquierda?

-Como masones, tenemos que respetar a la autoridad establecida en sentido integral. No solamente para la foto. Y todos los gobiernos tienen cosas positivas y negativas. Fuimos donde el Presidente Piñera, le entregamos la carta de educación laica y le planteamos los problemas de nuestras corporaciones masónicas de educación que tienen colegios, que tienen que cumplir el decreto 924 de 1983 por el tema de las clases de religión, y fue tremendamente receptivo. Hizo algunas afirmaciones que me parecieron tremendamente significativas. Y si usted me pregunta por qué los gobiernos de centroizquierda no hicieron algo -porque esto es un decreto de Pinochet-, no hicieron nada …

-¿Le gustaría ver a un Presidente abiertamente masón?

-Del partido que sea, me encantaría. El primer Presidente de Chile fue masón. Pero en el fondo, no andamos buscando un Presidente masón. No andamos buscando parlamentarios ni alcaldes masones. Nos enorgullecemos de los hermanos que se destacan en las empresas, en cargos públicos. Pero eso es irrelevante desde el momento en que entra a la logia. Entonces, si alguien empieza a distorsionar esto y se generan estas situaciones, como las que se han producido, es un golpe muy fuerte. (El Mercurio)

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