Como «prudente» calificaron diversos economistas el reajuste salarial de 1,9% para el sector público propuesto por el Gobierno, cifra que va en línea con las expectativas de inflación a 12 meses, pero que se aleja del 6% solicitado por los empleados fiscales.
«La demanda del 6% es excesiva, no tiene respaldo empírico en términos de lo que se espera para la inflación y tampoco en crecimiento de la productividad», enfatizó el economista Carlos Budnevich.
En esa línea, el también ex superintendente de Bancos e Instituciones Financieras recalcó que «las condiciones económicas distan, sobretodo en la parte fiscal, de poder ofrecer algo más allá de un número vinculado a lo que es la proyección de inflación del próximo año», es decir, un 1,9%.
Cabe destacar que la cifra ofrecida por el Gobierno fue considerada insuficiente por parte de la mesa negociadora del sector público, la cual anunció una jornada de protesta para este martes y miércoles.
Sin embargo, la decisión de llamar a una protesta no fue aprobada por la Confederación de Trabajadores de la Salud (Confusam), cuyo presidente, Esteban Maturana, anunció un paro nacional a partir de mañana debido a que consideró el reajuste ofrecido como «una oferta miserable, un agravio».
Por su parte, Guillermo Le Fort, economista y académico de la Universidad de Chile, sostuvo que la capacidad de gasto hacia adelante «se ve bastante limitada por la necesidad de reducir el déficit fiscal (…) y si no es reducido, vamos a continuar con una rápida expansión de la deuda», por lo que «la mantención del poder adquisitivo es uno de los elementos que debería influir en el proyecto de reajuste».
De cara a las próximas elecciones presidenciales del país, Tomás Izquierdo, gerente general de la consultora Gemines, opinó que no le gustaría que «la negociación de los salarios del sector público sea contaminada por el ciclo político». En ese sentido, «en una visión más republicana, probablemente el meollo de la discusión se va a dar entre primera y segunda vuelta», dijo e hizo un llamado a que «no se politice esa negociación».
Sin embargo, al igual que los otros economistas, puntualizó que la variación salarial «debería vincularse a expectativas de inflación y crecimiento». (Emol)
