Ganadores y perdedores de la cumbre de presidenciables de oposición

Ganadores y perdedores de la cumbre de presidenciables de oposición

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La reunión de los candidatos presidenciales de la oposición, desarrollada ayer de forma telemática, fue considerada como un hito clave para el intento de lograr la unidad del sector por parte de sus participantes.

Sin embargo, dejó varias señales que dejaron a algunas figuras en mejor posición que otras de cara a la carrera hacia La Moneda.

Según el cientista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, al ser la primera reunión de este tipo, «es difícil sacar conclusiones, pero sorprendieron dos cosas. Primero, la inclusión de candidatos genuinamente de izquierda como Gabriel Boric (CS, RD, Fuerza Común) y Pamela Jiles (PH)».

«Segundo, la participación de la DC sentada en la misma mesa con el PC, pues han señalado insistentemente su escasa disposición a pactar con el PC, e incluso algunos dirigentes han dicho que jamás votarían por Daniel Jadue. Además, saben que cuando pactan con la izquierda, es la izquierda la que gana«, añadió.

En ese sentido, aseguró que «estas mesas de conversación hacen aparecer a los candidatos de izquierda como más dialogantes y moderados, mientras que los partidos de centro se van desdibujando y perdiendo protagonismo«.

En tanto, el cientista político y académico de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández, destacó que la solicitud de Heraldo Muñoz (PPD) y Ximena Rincón (DC) de no centrar el discurso en temáticas del pasado «a primera vista, favorece a los candidatos de la ex Concertación».

«El rayado de cancha que se da tras la reunión exhibe la cruda realidad de las candidaturas de la oposición. Cuando existen muchos candidatos, simboliza que no existe ningún liderazgo que sea capaz de unificar criterios más allá de un mínimo común que sea derrotar a la derecha», subrayó.

En cuanto a qué efectos tendrá en cada candidatura en particular, la politóloga y académica de la Universidad Católica, Julieta Suárez-Cao, explicó que «es difícil determinarlo, ya que, si vemos las encuestas, sacando a Jiles y Jadue, los demás están en los mismos valores de apoyo o intención de voto».

«Quizás vamos a poder verlo en las próximas encuestas si es que esto llega realmente a la ciudadanía y tiene un real impacto y si se valora más el haber ido o no a la reunión en el caso de Jadue (…) es probable que lo veamos en los próximos meses, junio en adelante probablemente», recalcó.

Sobre este punto, Morales comentó que «si se producen alzas en los apoyos a los candidatos presidenciales, seguramente el que crecerá será Boric. De manera hábil, está cumpliendo la labor de enlace entre la izquierda más intransigente y la centroizquierda moderada. Eso no lo hizo Jadue ni Jiles».

«Lo más probable es que comience a cosechar apoyos desde la opinión pública haciendo este vínculo entre dos almas aparentemente irreconciliables. El problema para Boric será la forma en que manejará las críticas de los actores más identitarios de izquierda, que seguramente lo catalogarán de ‘amarillo'», advirtió.

MIRADA SOBRE LOS CANDIDATOS

A juicio de Fernández señaló que tras la cita «más que un alza en las encuestas, los partidos del bloque opositor necesitan mostrar algo de unidad para generar expectativa de gobernabilidad. En ese sentido, la posible construcción de un pacto con fines electorales comienza a tener alguna expectativa de hacerse realidad».

No obstante, subrayó que «las candidaturas presidenciales son reales maratones, los tiempos políticos de este 2021 son acotados, con poco espacio para reconversiones mayores, y en ese aspecto se busca posicionar una opción opositora más que un candidato específico en las encuestas».

Con todo, aseguró que pese al estilo moderado que mostró Jiles en la reunión, luego de plantear que ella votaría por cualquiera de sus pares, «se ve poco espacio para que ella se sume a un acuerdo amplio a menos que vea en ello una oportunidad de liderar una gran coalición».

«Ello generará anticuerpos en amplios sectores de los que fueron convocados y que probablemente quebraría esta proto-unidad de la oposición«, enfatizó, algo que fue compartido por Suárez-Cao, quien aseguró que «este tipo de alianzas después no terminan yendo con los candidatos más extremos«.

La misma opinión indicó Morales. «Jiles no tiene credenciales de unidad. Si bien participó de la cita, será la primera en bajarse. Su propuesta apunta hacia los desencantados y críticos de la política tradicional. Ese es su nicho. Resultaría casi ‘anti-natura’ su participación permanente en este grupo».

En cuanto a Boric, quien planteó la idea de comenzar un trabajo programático entre todos los partidos, Fernández afirmó que «su apuesta es algo más arriesgada, puesto que su acercamiento puede leerse como una moderación o inclusive una rendición frente a la política de la antigua guardia».

«Al igual como le ocurrió con su presencia en el acuerdo de noviembre de 2019, esto puede generar disturbios en la base que lo apoya, pero también le permite posicionarse en la opinión pública como un actor de equipo, situación indispensable para ofrecer gobernabilidad y proyectar su carrera política», destacó.

En una postura distinta quedó la candidata del PS, Paula Narváez, la cual a juicio de los analistas no gravitó en el encuentro. Según Morales, esto «no es algo nuevo. Al no contar siquiera con el apoyo de la directiva de su partido, la candidatura presidencial se le puso cuesta arriba«.

Para Fernández, «tras su participación da la señal de que aún no logra ponerse como la líder de una coalición. En momentos donde no marca en las encuestas, y con voces incluso al interior de su partido que ven aún con recelo el potencial de su candidatura, la candidata necesita encontrar espacio para exhibir sus habilidades».

«Por su parte, Maldonado gana un espacio estratégico tras la reunión. Aparecer como el articulador de un posible acuerdo, lo pone como el actor bisagra. Para el Partido Radical esto es una posición muy positiva, y que de alguna manera le da una alternativa frente a su sistemático declive electoral», aseguró.

OPCIONES DE UNA PRIMARIA

Sobre si ven posibilidades de que se concrete una primaria o una unidad programática después de los gestos realizados en la reunión, Morales fue escéptico. «Hasta ahora, no se ve espacio, una cosa es competir en una primaria y otra distinta es la definición de una plataforma programática común para apoyar al ganador», expresó.

«Lo más razonable, y honesto ideológicamente, sería armar dos primarias. Una de la centroizquierda y otra entre el FA y el PC. Recién luego de eso se podrían acordar apoyos para la segunda vuelta», agregó, junto con advertir que «una cosa es llegar a acuerdos cupulares y otra es que estos se reflejen en la conducta de los votantes».

En la misma línea, Fernández sostuvo que «las declaraciones de buena intención no son condición suficiente para asegurar pactos conjuntos, menos aún para unidad programática. Eso sí, son necesarias en momentos donde ningún liderazgo del bloque pareciese tener un arrastre ciudadano suficiente».

«Por lo tanto, una primaria en unidad es un camino para mostrar fuerza, pero también es un riesgo que plasme las profundas grietas que tiene cada una de las visiones que existen en la oposición. Una coalición con tanta polarización de miradas no tiene buenas chances de lograr un eje programático robusto en unidad», recalcó.

Finalmente, Suárez-Cao manifestó que «yo veo opción de una eventual primaria, me parece que es algo que después de toda la fragmentación para la convención ahora me parece factible. La unidad programática probablemente va a ser en mínimos importantes, pero dudo que hayan realizado esto para nada«. (Emol)

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