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FMI pone en jaque a Berlin: no participará en tercer "rescate" a Grecia

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La Junta Directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió ayer (30-07-15) no participar en la próxima ronda de crédito para Grecia. Esta decisión del equipo que dirige Christine Lagardé pone en aprietos a Angela Merkel, y es una nueva muestra de las divisiones que están surgiendo en la cúpula europea.

Por un lado, Angela Merkel señaló que solo negociaría una tercera ronda de rescate a Grecia si contaba con la colaboración del FMI. Pero el FMI exige a Alemania aplicar drásticas quitas o reducciones a la deuda helena dado que en su actual nivel es insostenible y declaradamente impagable.

Como Merkel se niega a aplicar quitas a la deuda por temor al rechazo de los ahorristas alemanes, el FMI declara que no participará en una ronda de negociaciones que está condenada a otro fracaso.

Es decir, esta vez el FMI se lava las manos como si no hubiese participado en los dos rescates anteriores que también resultaron un rotundo fracaso. Si hubieran tenido éxito, la situación actual no generaría las tensiones que hoy enfrentan a Schäuble con Merkel, a Merkel con Hollande, a Juncker con Schäuble, o a Merkel con Draghi. En la cúpula de la UE los ánimos están bastante caldeados.

La deuda helena, que el 2007 era del 95 por ciento del PIB, hoy es del 180 por ciento del PIB y los actuales programas de rescate la elevarán al 220 por ciento del PIB en 2017. Esta es una situación insostenible que obstaculizará el crecimiento, la creación de empleo y el propio pago de los intereses de la deuda.

Relacion Deuda Pib Grecia Vs Ue

De ahí que Grecia requiera una quita importante de la deuda, pero Merkel insiste en que no es necesario. En respuesta a esta negativa, Financial Times informa que el FMI no participará en el tercer rescate a Grecia, dado que primero debe existir un significativo alivio de la deuda. La condición de una quita importante a la deuda helena resulta necesaria para el FMI si de lo que se trata es de llegar a una fórmula de pagos que sea sostenible en el tiempo para Grecia y que no signifique nuevas turbulencias en el resto de Europa.

El retiro del FMI deja a Alemania en solitario para negociar con el Bundestag el programa de rescate por 86 mil millones de euros acordado formalmente el 13 de julio. El «préstamo puente» por 7 mil millones de euros concedido a Grecia el lunes 20 de julio, permitió a Grecia pagar ese mismo día 2.100 millones de euros al FMI y 4.200 millones de euros al BCE, de los cuales más de 400 millones de euros eran intereses.

Financial Times no descarta la sospecha que tienen algunos funcionarios griegos de que el FMI y Wolfgang Schäuble «están decididos a echar por tierra el tercer rescate pese al acuerdo del 13 de julio».

Schäuble considera que Grecia no tiene nada que hacer en el euro y que Grecia debe ser el primer país en abandonar la moneda única, lo que según Schäuble, no tiene nada con ver con una enemistad con el pueblo griego, sino que simplemente la situación se ha desbordado. Schäuble considera que la salida de Grecia es inevitable, y cuanto antes mejor. Para lograr ésto, el ministro de finanzas alemán estaba dispuesto a poner sobre la mesa 50 mil millones de euros y así permitir a Grecia construir un nuevo sistema financiero. Para Schäuble, la crisis del euro debe enfrentarse con rigor, pero la capitulación total de Tsipras a las exigencias de la troika abortó el plan de salida inmediata de Grecia de la zona euro. Según el secretario de Estado germano, todos los países de la periferia deberán abandonar tarde o temprano la moneda única y, al igual que Mario Draghi, considera que el euro en su forma actual, es un fracaso.

BCE RECONOCE QUE EL EURO NO FUNCIONA COMO SE PREVIÓ

Tras siete años de crisis y de vacas flacas que han dejado al descubierto las vulnerabilidades del euro y los enormes desequilibrios monetarios entre norte y sur, el BCE reconoció en un informe que la moneda única no funciona como se había previsto. Lejos de facilitar el desarrollo y la integración entre los países miembros, la unión monetaria ha potenciado las divisiones entre el norte prestamista y el sur deudor.

Durante estos cinco años se ha pretendido hacer creer que Grecia es el problema, cuando en verdad el problema es la propia moneda única que no cumple con los requisitos para ser un elemento integrador. Todos los falsos rescates griegos no han hecho más que acentuar la eclosión dado que el dinero va a parar a los grandes bancos mundiales y a las instituciones internacionales como el BCE o el FMI. El sinceramiento que hace esta vez el BCE en su último informe es un paso adelante en la linea de reformular la moneda única y ver qué países deberían hacer un abandono escalonado del euro.

El informe del BCE reconoce que no ha habido ningún tipo de avance hacia la convergencia real entre los 12 países que formaron parte del euro en sus años iniciales: Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Finlandia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y España. Las decepcionantes cifras de competitividad, empleo y crecimiento, están muy lejos de lo que se pensó inicialmente.

La experiencia ha demostrado que el euro no estaba preparado para evitar shocks exógenos dado que no había solidez en los marcos institucionales. Los grandes flujos de capital del núcleo a la periferia no han tenido ningún éxito dado que no se han aplicado eficientemente en la economía real y solo han permitido la proliferación de burbujas de toda índole.

La gráfica del BCE muestra la caída en el PIB per cápita en Grecia, España, Portugal e Italia, desde el estallido de la crisis, el año 2007:Ecb1 573x600

Las causas de la crisis del euro van más allá de la crisis misma dado que no se tomó en cuenta el rol hegemónico de la banca y los altos niveles de corrupción que giran en torno al sistema financiero. La crisis ha demostrado que el dinero no es neutral, pero los sistemas y las instituciones operan basados en esa neutralidad.

Habida cuenta de la abultada corrupción en la creación ilimitada de dinero; con la generación de préstamos que se sabían incobrables; y en la manipulación de las tasas y los tipos de interés, la moneda única no abría las puertas al desarrollo para todos, sino a la banca.

El reconocimiento que hace el Banco Central Europeo es una clara advertencia de las dificultades que vienen. La crisis de Grecia solo fue el tibio prolegómeno de un problema que irá en aumento a medida que los países no puedan romper el círculo vicioso del pago de sus deudas al tiempo que generar crecimiento y empleo. Italia, Francia y España están en el primer lugar de la lista. Cuando llegue ese momento, Grecia parecerá un juego de niños.

 

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