El lunes, en medio de la crisis sin precedentes que afecta al Ejército por la investigación judicial de la ministra Romy Rutherford sobre irregularidades financieras en esa institución, y justo antes de despegar a China, el Presidente Sebastián Piñera firmó el decreto que actualiza el Reglamento de Pasajes y Fletes de las Fuerzas Armadas.
El texto, que aún debe pasar a toma de razón en Contraloría, reemplaza una norma de 1981. En lo esencial, cambia la lógica de este derecho, que hasta ahora era considerado remuneración y desde el 1 de enero de 2020 será un servicio que las FF.AA. prestan con sus propios medios, o contratando a terceros, destinado a personal al que se le ordena cumplir una misión institucional en Chile o en el exterior.
«Que nadie piense que el Reglamento de Pasajes y Fletes regula un derecho que está incorporado al patrimonio de la persona, sino que es la obligación que tiene la institución de proveerle los medios a la persona que ha sido destinada a cumplir una misión», explica el subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli.
PRINCIPALES CAMBIOS
No más canjes. Los funcionarios del Ejército, la Armada o la Fuerza Aérea ya no recibirán órdenes de compra valorizadas que luego pueden canjear por pasajes en agencias de turismo. En vez de eso, cada rama deberá asimilarse al sistema de compras públicas del Estado, utilizando las modalidades de licitación, convenio marco o trato directo, caso en el que debe haber al menos tres cotizaciones.
Reembolso con tope. Hasta ahora, si el funcionario ya había comprado el boleto o el flete, recibía una devolución previamente determinada y sin obligación expresa de rendir cuenta. El nuevo reglamento dispone que «excepcionalmente» se autoriza un reembolso por un monto máximo equivalente a la opción más económica vigente en una licitación o convenio marco, y además con una rendición de cuenta documentada.
Cambio de responsable. La gestión de los pasajes ya no será asignada a las direcciones de Personal -encargadas de las remuneraciones-, sino de las de Logística, más familiarizadas con las compras públicas.
Nuevos controles. El reglamento de 1981 solo contempla obligaciones genéricas de fiscalización presupuestaria de las direcciones de Finanzas de las FF.AA. y de control registral de las direcciones de Personal. En adelante, las tres ramas deberán presentar una planificación anual de viajes a la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas, reportar al Ministerio de Defensa los traslados excepcionales y justificar ante la misma cartera los excesos de equipaje.
Los boletos. Mientras el actual reglamento no fija una obligación expresa de control institucional sobre el uso de pasajes y fletes, el nuevo prohíbe expresamente cambiar las condiciones del boleto contratado por la institución. Quien lo haga se expondrá a sanciones administrativas, civiles o penales.
El cambio normativo ocurre en un contexto complejo, pues la ministra Rutherford ha procesado en la llamada arista empresas de turismo del fraude al Ejército a los ex comandantes en jefe Humberto Oviedo y Juan Miguel Fuente-Alba, al ex jefe del Estado Mayor general (r) John Griffths y al general activo Alejandro Villagra (ver nota relacionada), entre otros altos oficiales en servicio y en retiro.
«Que tengamos una investigación judicial que se relacione con la forma en que se adquirían los pasajes dice relación con que la reglamentación no era suficientemente clara y dio paso a distintas interpretaciones (…) Queremos ser preventivos, que todas estas conductas que se han detectado no vuelvan a ocurrir», concluye Galli. (El Mercurio)
