Sorpresivamente, la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), informó ante el hemiciclo de la Cámara de una brusca caída de los extranjeros pendientes de ser expulsados del país, después de hacer una «limpieza» de las cifras anteriormente entregadas a los propios diputados.
Si hace menos de tres meses, a mediados de marzo, la jefa de gabinete dio cuenta de 24 mil deportaciones decretadas sin concretar, en la sesión del lunes rebajó ese total a 12 mil; vale decir, la reducción fue a la mitad.
Los antecedentes los dio la autoridad mientras se discutía un proyecto para ampliar el plazo de detención para la materialización de expulsiones administrativas, proponiendo pasar de las actuales 48 horas hasta cinco días, propuesta en que los comunistas votaron en contra (2) o mayormente se abstuvieron (9).
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