¿Se puede explicar el apoyo a la dictadura no obstante los crímenes que cometía? Por supuesto que sí. Todo acto humano forma parte de una cadena infinita de causalidad cuya descripción es la tarea, entre otras, de la historiografía. ¿Se puede comprender ese apoyo? También. Es cosa de captar el horizonte de sentido que entonces tenían los actores para entender por qué apoyaron a una dictadura, a sabiendas del desaparecimiento y la tortura. ¿Se puede justificar esa conducta, la conducta de personas ilustradas que decidieron decir Sí y hacer caso omiso de los crímenes? Confío que los lectores -y la profesora Santa Cruz, con quien hemos debatido este tema- estén de acuerdo que no, que no se puede justificar. Se puede explicar y comprender; pero no se puede justificar.
Explicar una conducta equivale a describir la constelación de causas que la configuró; comprenderla significa captar el sentido que el agente de esa conducta le atribuyó; justificar quiere decir aceptar como correcta la conducta.
Como es obvio, tanto la explicación como la comprensión son política y moralmente neutras, puesto que incluso el peor crimen puede ser comprendido y explicado. Temo, sin embargo, que la esfera pública no puede aspirar a esa tierra de nadie, a esa meseta de tranquila neutralidad. (El Mercurio Cartas)
Carlos Peña
