“Es tremendo, es un daño gigante”. Así se refiere el excapellán del Hogar de Cristo y presidente ejecutivo de América Solidaria, Benito Baranda, a lo revelado ayer por el informe de la investigación en contra del fallecido sacerdote Renato Poblete, en el que se acreditan 22 denuncias de mujeres, cuatro de ellas menores de edad.
En conversación con Radio Pauta, Baranda indicó que “me imagino que se le dio un poder omnipotente, en el Hogar de Cristo era el capellán y es de las pocas instituciones y fundaciones en Chile que tiene derecho a veto”.
“Tuvimos una cercanía con el padre Renato cuando fui director social durante 10 años en el hogar, donde me tocó trabajar muy de cerca con él y conocerlo, por lo menos por una parte. La otra parte no me tocó conocerla”, asegura Baranda, al mismo tiempo que precisa que “las personas de doble personalidad, o que tienen una doble vida, logran mantener ciertos espacios de control, algunos se le pueden escapar. En el caso de él, al parecer, se le escapaban algunos y las personas que éramos de su entorno, especialmente las personas que trabajábamos con él, seguramente no percibimos la profundidad de su comportamiento”.
“Él es una persona con doble personalidad y que causó un enorme daño y ha hecho sufrir a mucha gente. Ese sufrimiento es una violencia tremenda. Por mucho bien que hayas hecho el dolor es inconmensurable. Es tremendo, es un daño gigante”, sentencia el excapellán.
Por otra parte, Agustín Moreira, también excapellán de la institución, dijo a Radio Cooperativa que trabajó con Poblete cuando se desempeñaba en el cargo. Sobre esto, expresó que “nunca vio ni escuchó nada”, y que tampoco nunca tuvo conocimiento de que el tuviese relaciones estables con otras relaciones con mujeres.
“En este momento yo siento mucha rabia por lo que ha acontecido, mucho dolor por el daño que se le ha hecho a las víctimas”, agrega.
“Estando en el Hogar recibía rumores y comentarios de otras personas también. Lo que siempre propiciaba era que ojalá no procediéramos con rumores, que ojalá las denuncias vinieran de primera fuente, que se canalizaran adecuadamente y no estableciéramos una organización donde predominaran los rumores”, detalla.
Al respecto, explica, en una ocasión una tercera persona vino a reclamarle por el trato que daba Poblete, pero que le había pedido reserva. Por lo que le contó esta persona, expresó Moreira, pudo intuir que se había tratado “de piropos y caricias excesivas”.
“Yo no sabía quién era la persona involucrada, me pidió reserva y pregunté de qué se trataba y lo que pude intuir es que se trataba de piropos y caricias excesivas.Pregunté si eso ameritaba una investigación o una denuncia y la persona que me estaba contando respondió tajantemente que no. Es lo único que recibí en los diez años que estuve”.
La Tercera/Agencias
