Estancamiento de la economía global-Patricio Rojas R.

Estancamiento de la economía global-Patricio Rojas R.

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Los antecedentes últimos continúan reflejando una desaceleración de la economía global, afectada tanto por dificultades estructurales de varias economías avanzadas como por factores coyunturales, tal como la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Si bien el escenario que exhibiría la mayor probabilidad de ocurrencia es que la economía global se expanda este y el próximo año algo por sobre el 3% anual, la posibilidad de observar una recesión o una fuerte desaceleración sigue estando entre los escenarios de riesgo, fundamentalmente debido a que solo Estados Unidos exhibe todavía un dinamismo importante, pero desacelerándose en el margen, mientras el resto de las economías exhiben procesos de desaceleración o de bajo crecimiento.

En este contexto, las autoridades de los principales bancos centrales han manifestado la posibilidad de seguir estimulando sus economías, tal como lo hicieron recientemente la Reserva Federal (Fed), al bajar su tasa de interés, y el Banco Central Europeo, al anunciar que prolongará su programa cuantitativo de compra de bonos. De igual forma, bancos centrales de economías emergentes también han comenzado a reducir sus tasas de interés de política monetaria en un intento por dinamizar sus economías, tal como lo han hecho Nueva Zelandia, Tailandia, India, Hong Kong, Malasia, Australia y Chile, entre otros.

No obstante, la viabilidad de relajar significativamente las políticas monetarias se ve fuertemente limitada, ya que los actuales niveles de tasas de interés son muy bajos y los balances de los principales bancos centrales muestran en sus activos un monto importante de bonos de gobierno y corporativos, limitando con ello la posibilidad de observar grandes programas cuantitativos de relajamiento monetario. Adicionalmente, los gobiernos no tienen mucho espacio para efectuar políticas fiscales expansivas en caso de necesitarlas. Con todo, el actual equilibrio que exhibe la economía global es altamente vulnerable, ya que frente a una desaceleración pronunciada, las autoridades monetarias y fiscales cuentan con pocas balas para reactivar las economías, todo lo cual se ve agravado por el alto endeudamiento de algunas economías.

En este escenario, la buena noticia es que si bien Estados Unidos exhibe la expansión económica más larga de su historia, esta ha ocurrido en un ambiente mucho más sano que en expansiones anteriores, con un sistema bancario más capitalizado y supervisado y no observándose amenazas importantes de desequilibrios en el sistema financiero. Por otra parte, la baja inflación y la ausencia de sobrecalentamientos económicos facilitaron que la Fed haya mantenido durante los últimos años una política monetaria flexible, que ha buscado acomodarse a las circunstancias. Ello ha permitido esta larga expansión, que además se ha diferenciado de expansiones anteriores, donde la generación de fuertes desequilibrios llevó a la Fed a tener que elevar en forma importante su tasa de interés y detener bruscamente esas expansiones. Afortunadamente, ese no es el caso en esta oportunidad.

En este contexto, la posibilidad de una recesión en Estados Unidos no debiera ser el principal escenario de riesgo global en los próximos 12 a 24 meses. Estimo mucho más probable que, ante la dificultad de efectuar agresivas políticas de estímulo monetario y fiscal por parte de las principales economías, la economía global se desacelere en forma importante y se mueva a un “equilibrio inferior” de muy bajo crecimiento y baja inflación, con tasas de interés cercanas a cero, pero con baja efectividad para estimular la demanda por consumo e inversión.

En un escenario de este tipo, sin desequilibrios bancarios importantes, el principal riesgo sistémico asociado provendría del alto valor que han alcanzado ciertos activos en los últimos años. En particular, la necesidad de obtener mayores retornos ha llevado a que los inversionistas privados e institucionales se hayan movido en forma agresiva hacia distintos tipos de activos alternativos, generándose a nivel global una gran cantidad de fondos de inversión que prometen rentabilidades iguales o superiores a las obtenidas en el pasado. En el evento que nos movamos hacia este “equilibrio inferior”, la probabilidad de que los precios de los activos requieran ajustarse drásticamente será alta, situación que podría afectar seriamente las valorizaciones de los fondos y con ello las rentabilidades y solvencia de dichos instrumentos.

¿Cómo salir de este “equilibrio inferior” en un contexto de baja efectividad en la política monetaria? La respuesta no es clara ni única. Posiblemente una política fiscal de reducir impuestos y mayor inversión pública sería una opción, pero esta no sería gratis en términos de mayor inflación y endeudamiento. Esperemos no tener que llegar a este equilibrio, ya que la salida de este no parece fácil. (El Mercurio)

Patricio Rojas R.
Economista

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