Estados Unidos devuelve símbolos de independencia a Filipinas

Estados Unidos devuelve símbolos de independencia a Filipinas

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EE. UU. devolvió a Filipinas tres campanas confiscadas como trofeo de guerra en 1901. El gesto busca mejorar la relación entre ambos países, tensa desde que gobierna Rodrigo Duterte, quien optó por acercarse a China.

Las «campanas de Balangiga» viajaron en un avión del Ejército estadounidense hasta un aeropuerto militar en Manila, a donde acudieron representantes del Estado y de la iglesia católica en el archipiélago para recibirlas.

«Es un gran honor para mí estar aquí en el cierre de un capítulo doloroso en la historia de ambos países. Nuestra relación ha resistido las pruebas de la historia y florece hoy», señaló el embajador de EE. UU. en Filipinas, Sung Kim, en el acto solemne de entrega en la base aérea Villamor en Manila.

Las tres campanas de Balangiga, una ciudad en la zona central de Filipinas, son vistas como un símbolo de la lucha por la independencia, del orgullo nacional y del patriotismo filipino, por lo que sucesivos gobiernos las han reclamado insistentemente desde que se hiciera la primera petición formal en 1989.

«YA ESTÁN DONDE PERTENECEN»

Las campanas llegaron a la base de Villamor, procedente de la base aérea de Warren en Wyoming (EE. UU.), donde dos de ellas se han exhibido durante décadas, mientras que la tercera se encontraba en una base militar estadounidense en Corea del Sur.

«El regreso de las campanas refleja los fuertes lazos y el respeto mutuo entre los dos países. Demuestra nuestra determinación de honrar el pasado y los sacrificios de filipinos y estadounidenses, además de anunciar un brillante futuro como amigos, socios y aliados» subrayó Sung.

(picture-alliance/AP Photo/B. Marquez)

El secretario de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, que recibió la campanas en representación del Gobierno, destacó que las campanas «ya están donde pertenecen», por lo que ha llegado el momento de «curar heridas, cerrar capítulos y mirar hacia delante como dos naciones que comparten una historia como aliados».

¿DUTERTE A WASHINGTON?

El sábado las tres campanas serán trasladadas a su lugar de origen, la iglesia de San Lorenzo de Balangiga, en la isla de Samar, donde se celebrará un acto formal que contará con la presencia del mandatario Rodrigo Duterte.

«Devuelvan esas campanas de Balangiga. Son parte de nuestra herencia nacional», exigió Duterte en su discurso del estado de la nación de 2017. El mandatario filipino llegó incluso a condicionar una posible visita a la Casa Blanca a que estas campanas fueran entregadas.

Sin embargo, Lorenzana negó hoy que un posible viaje presidencial a Washington estuviera paralizado por este motivo o que la entrega de las campanas abra la puerta a esa visita de Estado de Duterte, que ha optado por el acercamiento con China.

(picture-alliance/AP Photo/B. Marquez)

LA»MASACRE DE BALANGIGA»

Filipinas es el único país en el sureste asiático de mayoría católica. Las campanas de la ciudad de Balangiga se emplearon en 1901 para iniciar un ataque de insurgentes filipinos contra las tropas de ocupación estadounidenses. Los aldeanos filipinos atacaron con machetes a los estadounidenses, en una emboscada en la que murieron 48 soldados, la peor derrota del ejército de EE. UU. de la época, enfrentado con Filipinas en una guerra entre 1899 y 1902, tras la caída de la colonia española.

En represalia, los estadounidenses respondieron masacrando y prendiendo fuego a la aldea. Un general estadounidense ordenó la muerte de todos los varones de la ciudad mayores de diez años, en una matanza que se recuerda en los libros de historia como la «masacre de Balangiga». Además, confiscaron como trofeo de guerra las tres campanas de la iglesia, de las que se construirán tres réplicas para EE. UU. Filipinas consiguió la independencia en 1946.  (DW, dpa, efe)

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