Luego que la presidenta de la República, Michelle Bachelet, promulgara la ley para una nueva institucionalidad en inversión extranjera, los gremios empresariales valoraron la iniciativa, pero marcaron sus diferencias con la autoridad por los cambios en materia tributaria que supone la aplicación de la reforma.
«Me hubiera gustado que se mantuviera el DL600», fueron las escuetas palabras del presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, tras el término del evento en el palacio de La Moneda.
En este sentido, el líder de la Asociación de Bancos (ABIF), Segismundo Schulin-Zeuthen, señaló que los cambios son necesarios para que la reforma se pueda aplicar bien. «Hay que ver el tema operativo. Aparentemente es ahí donde están los problemas y ojalá se hagan las modificaciones necesarias para que se pueda aplicar bien y simplificar», señaló Schulin-Zeuthen.
«Se requieren ciertas modificaciones que no se pueden resolver por la vía administrativa», concluyó.
Sobre la ley de inversión extranjera en particular, el dirigente advirtió que se tendrá que poner especial atención en la gradualidad de la nueva ley.
«Yo creo que toda medida para impulsar inversión sea nacional o extranjera es bienvenida. Lo importante aquí es la gradualidad. Y hay que ver esto en la práctica cómo va a funcionar, pero me parece positivo», dijo el presidente de la Abif, Segismundo Schulin-Zeuthen.
Más temprano, y tras encabezar un nuevo comité ejecutivo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), su presidente, Alberto Salas, indicó que las seis ramas que integran la multigremial analizarán internamente los obstáculos y las formas más eficaces para enfrentar la aplicación de la reforma tributaria en curso.
«Cada rama va a entregar los antecedentes para poder ver qué temas específicos podemos colaborar y señalar sobre cómo podemos tener una mejor aplicabilidad», puntualizó.
