El fundador de Wikileaks, Julian Assange, amenazó hoy (27.07.2016) con filtrar nuevas informaciones sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos tras la divulgación de 20.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata (DNC, en inglés). En una entrevista con la cadena CNN, Assange constató que la filtración de correos de la dirección demócrata ha tenido un «gran impacto político» en EE. UU. y amagó con publicar «mucho más material».
Los correos electrónicos en cuestión pusieron de manifiesto que dirigentes del Partido Demócrata habrían tratado de favorecer a Hillary Clinton frente a Bernie Sanders durante el proceso de elecciones primarias, en el que se impuso la ex primera dama.
La filtración de estos e-mails eclipsó el inicio de la Convención Nacional Demócrata de Filadelfia y obligó a dimitir a la presidenta del DNC, Debbie Wasserman Schultz. Los dirigentes demócratas culparon a Rusia de las filtraciones.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, consideró como una hipótesis «posible» que Rusia esté detrás del robo de correos para interferir en la campaña presidencial en favor del aspirante republicano, Donald Trump.
Assange, por su parte, se negó a revelar su fuente y acusó a Clinton de usar a Rusia para «desviar la atención» del contenido de los correos electrónicos. «Esto nos plantea una cuestión muy seria acerca de los instintos de Hillary Clinton y de la gente que la rodea que, confrontados con un escándalo político, tratan de culpar a los rusos, a los chinos», apuntó Assange.
El New York Times, por su parte, publicó un artículo en el que acusó al fundador de Wikileaks de calcular el momento preciso de la filtración (justo antes de la convención) para perjudicar al máximo los intereses de Clinton. El rotativo estadounidense recuperó una entrevista que Assange concedió a la cadena británica ITV hace seis semanas en la que ya anunció tener los correos en su poder. Assange ha expresado en diversas ocasiones su animadversión por Clinton, a la que responsabiliza de la persecución en su contra.
TRUMP INSTA A RUSIA A «ESPIAR» A H. CLINTON
La filtración de casi 30 mil correos electrónicos de varios miembros del Comité Demócrata Nacional (DCN), un día antes de que arrancase la convención del partido en Filadelfia y que dejó al descubierto la falta de imparcialidad de la organización con la campaña de Bernie Sanders, ha creado un triángulo inimaginable en la carrera presidencial en EEUU: el candidato republicano Donald Trump; la demócrata, Hillary Clinton; y una potencia extranjera, Rusia.
El empresario instó este miércoles, durante una rueda de prensa, a que Moscú localice los correos electrónicos borrados del servidor privado de Clinton cuando era secretaria de estado. «Rusia, si estás escuchando, espero que seas capaz de encontrar los 30.000 emails que están perdidos», dijo Trump, según recoge el diario The New York Times, en medio de la polémica sobre si los rusos son responsables del hackeo de los ordenadores del DCN.
El presidente Barack Obama no descartó durante una entrevista en la cadena NBC que el presidente ruso, Vladimir Putin, esté intentando influir en las elecciones estadounidenses después de ser informado de que las investigaciones oficiales apuntaban a la mano de Moscú detrás del ciberataque.
También se refirió a la «admiración» expresada en varias ocasiones por Trump hacía el líder ruso. Obama subrayó que su equipo tiene claro que «los rusos hackean nuestros sistemas; no sólo los gubernamentales sino también los privados».
Desde uno de sus campos de golf, el magnate subrayó que nunca se ha visto con Putin. Su ‘relación’ se limita a haberle agradecido el cumplido que le hizo -al llamarle genio- a través un periódico. Trump calificó de «ridículas» las teorías que le vinculan al cibertaque. «Ojalá tuviera ese poder. Me encantaría», señaló después de coincidir con Obama en que los rusos «hackearon y probablemente tengan sus 33.000 emails», en referencia a los correos de Cinton.
Poco después cuestionó que sea Rusia la que está detrás del ciberataque al Comité Demócrata. «Nadie lo sabe», apuntó señalando a que «probablemente sea China o alguien sentado en su cama». Según Trump la filtración de los emails y el ciberataque es una muestra de «lo débiles que somos; es una señal de falta de respeto por el país».
La reacción desde el equipo de campaña de Clinton llegó casi de inmediato. «Esta tiene que ser la primera vez que un candidato presidencial relevante ha alentado activamente a una potencia extranjera a llevar a cabo el espionaje de su oponente político», subrayó el portavoz Jake Sullivan en un comunicado. Para los demócratas estos hechos han dejado de ser una «cuestión de curiosidad, de política» para convertirse en «un problema se seguridad nacional».
Tras las declaraciones del magnate y visto el cariz que estaba tomando la polémica, uno de sus asesores trató de aclarar que Trump no había invitado a Rusia o nadie más a hackear a Clinton. El empresario «claramente estaba diciendo que si Rusia u otros tienen los 33.000 emails de Clinton ilegalmente borrados deberían compartirlos con el FBI inmediatamente», explicó vía Twitter Jason Miller.
El Kremlin, por su parte, negó este miércoles las acusaciones de estar detrás del ciberataque tildándolas de «absurdas». Un portavoz aseguró que Moscú y el presidente Putin evitan cuidadosamente cualquier «acción o palabras que pueden ser vistas como una interferencia en el proceso electoral». (DW, EFE, AP, Reuters, El Mundo)



