El libro que advirtió hace 25 años de la bomba que estallaría...

El libro que advirtió hace 25 años de la bomba que estallaría en el Sename

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En la última década han muerto en las dependencias del Sename 865 niños (menores de 18 años). Según un informe entregado por la directora nacional, Solange Huerta, en los centros que atiende directamente con funcionarios públicos murieron 210 niños, los demás fallecieron en la red privada que fiscaliza el organismo.

Huerta dijo en Tele13 Radio “me duele que no nos hayamos preocupado antes”, sin embargo, en un libro publicado hace 25 años por la Fundación Miguel Kast titulado“Niños chilenos nos necesitan” ya se exponen los distintos problemas que se producen con los menores y que persisten hasta hoy en los centros del Sename, e incluso se entregan medidas concretas para abordarlos desde el sector privado y público.

El texto entrega los resultados de una investigación que se hizo durante dos años por un grupo de profesionales y en donde concluye que “permanecen deficiencias fundamentales en la acción de los poderes Ejecutivo y Judicial. También en el sector privado. Entre todas estas limitaciones destacan, por su trascendencia, las incongruencias entre el sistema legal, judicial y administrativo (…) Ellas constituyen la falla fundamental para lograr verdaderos cambios en la situación actual”.

La muestra fue realizada después de determinar que había tres categorías de menores en situación irregular (niños que necesitan prevención, niños que necesitan protección y niños que necesitan rehabilitación) en distintas comunas de Santiago con el fin de detectar a los niños en riesgo o que presenten alguna irregularidad específica y generar propuestas.

Entre los problemas que destaca la investigación están las serias deficiencias en el plano legislativo y judicial que afectan negativamente a los menores, que los programas que se ofrecen tratan a los niños de forma aislada, no existe un buen sistema de selección -por lo que muchas veces se atiende a un gran número de menores que no necesitan los programas-, los centros de observación y diagnóstico son lentos y muchas veces equivocados, ya que se tiende a la internación del niño, las subvenciones disponibles no están bien focalizadas y no se utilizan de acuerdo a los fines que se persiguen, existe falta de profesionalización en la atención- debe atenderse de forma especial la capacitación de quienes tienen las tareas de atención directa- , y por último dice que es necesario contar con sistema de evaluación permanente.

Además plantea una serie de propuestas para el sector público y privado; en cuanto al primero sostiene que la familia tiene que ser el principal agente socializador  -si se trabaja la estabilización de la familia se asegura un menor número de niños en situación de irregularidad-, caracterizar de mejor forma a los niños -así no se asume el riesgo de atender a niños que no necesitan los programas y también determinar qué tipo de atención necesitan aquellos que ingresan a la red asistencial-, mejorar los programas vigentes y diseñar alternativas de rehabilitación, realizar prevención según las causales de riesgo y revisar las subvenciones, ya que no están operando con incentivos para el logro de resultados.

En cuanto a cómo puede aportar el sector privado, la investigación concluye que se debería implementar programas de rehabilitación -mejorando la capacidad de un diagnóstico oportuno y una intervención profesional-, medición de beneficios sociales en la atención de menores en situación irregular -con profesionales capacitados-, diseñar e implementar estudios metodológicos respecto a mecanismos de prevención, capacitar al personal de atención directa y, por último, instaurar un sistema de información que permita conocer los resultados de la atención, o sea un sistema de evaluación permanente.

Coautora del libro: “Nunca se han evaluado los programas que existen en el Sename”

En este contexto, Rossana Latuf, una de las personas que participó en la elaboración del libro, conversó con “El Líbero” sobre la actual crisis del Sename.

-¿Cómo ve la crisis del Sename hoy?

-En el fondo nunca se han evaluado los programas que existen, entonces hay muchas iniciativas que no se sabe si son efectivas. En el área social pasa eso, se hacen muchas propuestas pero nadie evalúa, nadie se toma la molestia de ver otras iniciativas que han fracasado o que han sido exitosas, entonces todo el mundo empieza todo de nuevo, no hay políticas claras. Los niños no están clasificados claramente porque es muy distinto un niño huérfano a uno drogadicto o con trastorno cognitivo.

-¿Cuál es el principal problema?

-Creo que no hay una clasificación clara y tampoco una dependencia, porque en el Sename es todo una institución, no hay una unidad específica que ve los niños para prevención o rehabilitación, es todo lo mismo. Nunca se ha evaluado, ya han pasado 25 años desde que nosotros hicimos el estudio, pero seguramente lleva 40 años. Hay que pensar que estos niños no van a salir a marchar.

-¿Qué problemas que plantea este estudio se repiten en la actualidad?

-La falta de prevención, en todos los sectores vulnerables habría que hacer un trabajo fuerte en eso y no es sólo que tengan cobertura escolar porque los colegios y los profesores no están capacitados para intervenir problemas tan graves, porque tú al hacer prevención vas a evitar muchos trabajos a posteriori. Además no existe rehabilitación efectiva, porque hay casos que quizás nunca vas a poder rehabilitar y ahí tu tienes que dar una atención digna, pero hay otros que sí puedes darles herramientas laborales y hacer una real inserción. Por otra parte, están los niños que tienen trastornos cognitivos que tampoco son tratados, entonces al final no se van a poder insertar laboralmente, no se van a poder desarrollar, ni van a ser queridos, sino que van a ser abandonados. Y hay muchos delincuentes que usan a los niños con trastornos cognitivos y los usan justamentente para mandarlos a robar, son utilizados.

-Entonces el hecho de que no estén separados, por las características que tienen los niños, es un problema..

-Es una bomba atómica dentro de los centros, y las personas que los cuidan tampoco son capacitadas, entonces no tienen cómo prevenir,  es un mezcla de todo. ¿Qué es lo que pasa entonces? Que el niño más abandonado, y con trastornos va a ser vulnerado por los otros, por los más grandes, porque no saben cómo defenderse y las personas que están a cargo tampoco tienen la capacidad, no saben cómo hacerlo, nadie los capacita. Ahora en estos centros tampoco hay profesionales que puedan intervenir, porque hay muchos niños que necesitan atención psiquiátrica y no hay, no existe. La mezcla de niños con distinto comportamiento, aptitudes y problemas no pueden ser tratados de la misma manera, cada uno necesita una intervención diferente. Hay niños con los que puedes hacer una labor preventiva y que necesitan mucho cariño, pero hay otros con los que tienes que hacer una intervención psiquiátrica y con eso quizás vas a lograr darle habilidades laborales e insertarlos. Pero cada niño tiene que tener una atención personalizada.

El Líbero/Agencias

 

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