El fin de la autonomía de TVN-Luciano Cruz-Coke

El fin de la autonomía de TVN-Luciano Cruz-Coke

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Con estupor hemos sido testigos de la remoción del conductor del principal programa político del canal público, Matías del Río.

Esto ocurre luego de intervención pública de la directora de Televisión Nacional, señora Nivia Palma, quien reclamó públicamente por lo que, en su opinión, era una descompensación en los paneles políticos del aludido programa del canal del que ella es autoridad.

Que el “canal de todos” se permita tomar una medida de censura en base al supuesto sesgo de un periodista siendo coaccionado públicamente por una directora afín al Gobierno sienta un gravísimo e inusitado precedente para la libertad de prensa en Chile y nos equipara a lo que sucede hoy en otros países del continente.

Adicionalmente, atenta en contra de la autonomía de TVN, uno de los valores más defendidos históricamente desde el mismo canal público.

Importa aquí señalar que desde hace un lustro TVN dejó de ser autosustentable económicamente y ha debido solicitar al Congreso Nacional empréstitos por más de 45.000 millones de pesos, fruto de las pérdidas por mala administración del período 2014-2017, obligando a despidos masivos y a un plan de austeridad que recién el año pasado logró revertir los negativos resultados.

Hoy, a la pérdida de la autonomía económica se suma una aún más preocupante, la de la autonomía en su línea editorial, baluarte de TVN, que gracias al equilibrio político en su directorio permitió, en general, condiciones de ecuanimidad y prescindencia política.

Esto ha sido duramente combatido por el actual gobierno, que ha buscado tener control sobre el directorio a través de distintas modificaciones a su ley orgánica.

He sido un defensor del rol que corresponde a Televisión Nacional, donde trabajé muchos años, y conservo un gran recuerdo del profesionalismo de quienes por ahí han pasado.

Sin embargo, los recientes eventos llevan a preguntarse si tiene sentido que los chilenos mantengan un canal que acalla las voces disidentes, es herramienta de proselitismo gubernamental y soslaya el principal principio sobre el que TVN construyó su prestigio durante los últimos 30 años: su autonomía.

Luciano Cruz-Coke C.