El facsímil de Codelco

El facsímil de Codelco

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16.09.2018 ENTREVISTA A MAXIMO PACHECO, PARA LA SESION DE PULSO DEL DIARIO LA TERCERA Foto: JOSE LUIS MUÑOZ

Un joven universitario, el de ayer, el de hoy, el de siempre, no se da cuenta de todas las cosas ni tiene por qué captar todos los estímulos que lo rodean. Algunos sienten las campanadas del arte, otros encuentran en los números todas las certezas perdidas. Tampoco se trata de acampar en islas de conocimiento. No hay que mirar por la cerradura de una pensión del barrio República ni asomar la nariz por un bar universitario de Valparaíso o de Antofagasta, para entender que hombres y mujeres, independientemente de sus carreras, también comparten aficiones que ayudan a quemar otras etapas que ocurren en paralelo a la formación profesional.

En medio de esa atmósfera aún puede surgir una vocación que trasciende la práctica o el ejercicio de lo aprendido, y se explica más por su valor social y el impacto que ese trabajo tiene en la vida de otras personas. No soy humorista para decir que los jóvenes ya no son como antes. En realidad, no importa qué tipo de música les gusta ni qué deporte practican, uno no es familiar ni vecino de ellos; lo que debe interesarnos es lo que transmiten los estudiantes que reconocen su anhelo por trabajar en Codelco.

Deben ser muy pocos los jóvenes que ingresan a Codelco para ahorrar unos meses y luego partir de mochileo al Sudeste Asiático. Esta empresa mantiene intacto su imán para atraer el talento que quiere proyectarse en una función que significa un aporte para el desarrollo del país. La mayoría postula porque quiere ser parte y, por qué no, también reescribir una tradición minera que ya tiene más de 50 años de vida. Este interés de los jóvenes egresados de la educación superior refrenda un viejo axioma: el vínculo con la tradición no es pasivo, a la verdadera tradición uno la tiene que ir a buscar, por más que a otros le hayan contado secretos que a ti no.

Y estos jóvenes golpean la puerta de Codelco porque valoran que nuestro propósito sea ser pilar del desarrollo sostenible de Chile y el mundo. Pese a los comentarios que surgen tantas veces por parte de nuestra élite local, donde dejan pasar juicios cargados de ideología como si fueran gráficos objetivos, Codelco tiene en su ADN un tremendo movilizador que genera identidad y sentido de pertenencia.

Solo así se puede entender que nuestra actividad minera, que tiene un vértigo único entre fatiga y regocijo, entre alta exigencia y porvenir generoso, haya sido reconocida esta semana nuevamente por el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco), cuya medición fue ampliamente difundida por “El Mercurio”.

Por novena vez, Codelco ocupó el primer lugar, entre 200 empresas que operan en Chile, en el ranking de atracción y retención de talento de 2024. Entre abril y julio de este año, 47.433 personas participaron en la encuesta que evalúa tres valores clave que determinan el atractivo de las compañías: la calidad laboral, la marca empleadora y la reputación interna.

Somos una empresa orgullosamente estatal: cuando trabajas en Codelco, trabajas y contribuyes al desarrollo y progreso de nuestro país. Las personas comprenden también que estamos en una industria crucial para el futuro del planeta: somos líderes en producción de cobre y también lo seremos de litio, minerales esenciales para impulsar la transición hacia energías más limpias y sostenibles, lo que nos convierte en protagonistas en la lucha contra el cambio climático.

Eso nuestros jóvenes lo saben y valoran, algo que agradecemos profundamente.

Es un facsímil que no olvidan. (El Mercurio)

Máximo Pacheco Matte
Presidente de Directorio Codelco