El escándalo político-judicial que revoluciona a las Juventudes Comunistas

El escándalo político-judicial que revoluciona a las Juventudes Comunistas

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Las Juventudes Comunistas afrontan por estos días un complejo escenario político-judicial que tiene enfrascados entre sí a sus mismos compañeros. Jaime Rivas y Grace Arcos son nombres conocidos al interior de la Jota. Ambos dirigentes destacados, con futuro político, desataron un conflicto que llegó a tribunales y gatilló en el proceso la renuncia de varios militantes al partido.

Rivas se acercó a La Nación para relatar el caso que se originó mientras era secretario político del Regional Norte Metropolitano, cargo que ocupó desde el 2011 al 2015, antes de pasar al partido por un tema de edad. “Yo presenté una querella en contra de Grace Arcos por injurias graves porque, según varios testigos, ella habría dicho que yo la habría acosado sexualmente”, cuenta.

El joven confiesa que la supuesta acusación de Arcos lo afectó duramente. «Soy inocente, yo nunca a ninguna mujer en ninguna circunstancia le he hecho algo, al contrario.  Yo soy víctima de la pedofilia, y  esto reabrió todas las heridas que tengo desde mi infancia. No son heridas que se borran y con todo este problema tuve que reiniciar un tratamiento psicológico y psiquiátrico», añade.

Al igual que Rivas, Grace Arcos es una activa militante de las JJCC y fue vocera de la Organización de Federaciones de la Educación Privada (Ofesup). La dirigenta desistió de dar declaraciones a La Nación, argumentando que se trata de un proceso judicial “entre privados”.

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QUERELLA Y AMENAZAS

En el caso aparecen otros nombres vinculados a las Juventudes Comunistas, comoRicardo Pérez, asegura Rivas en su testimonio. “Ricardo Pérez Venegas era íntimo de Grace. Él dice a Alexis Muñoz (ex JJCC) que Grace le contó que yo la habría acosado sexualmente y que debían organizarse en contra de mi persona porque yo no reunía las condiciones morales para seguir en un cargo”, cuenta.

Después que los dichos comenzaran a tomar fuerza, Rivas cuenta que fue citado por varios dirigentes para informarle de la situación. “Yo quedé en shock, ahí me enteré de manera formal, no por un cahuín ni comentario de pasillo”, explica el denunciante. Fue en ese momento que tomó la decisión de querellarse en contra de Grace Arcos por injurias graves.

No obstante, el comunista denuncia que durante el proceso de preparación del juicio, hubo«hostigamiento, falsas acusaciones y hasta amenazas de muerte” hacia sus testigos. Rivas también acusa que él mismo recibió amenazas vía redes sociales que lo mantenían en un estado de alerta permanente.

Asimismo, asegura que el Partido Comunista se involucró directamente en un caso entre privados. «Esto no es algo que el partido debiera haberse involucrado, esto no es algo que una Comisión de Cuadros (de las JJCC) pueda ni deba resolver. Esto es de exclusiva administración de los tribunales”, fustiga.

Incluso, relata que en la segunda audiencia de preparación de juicio, la primera abogada de Arcos (para el juicio cambió a su representante) “llegó con prepotencia y agresividad, y llevó gran cantidad de militantes. Ninguno me saludó. En las puertas de tribunales ella (la abogada) nos dice que ‘hemos hablado con las más altas autoridades de Gobierno para que con este caso no pase nada, para que quede en la impunidad, porque somos un partido de Gobierno’”, lanza.

Asegura asimismo que después de presentar la acción legal, “a mí me suspenden de mi participación del último pleno del comité central de la Jota. Tras eso en la Jota se desata una persecución política contra los testigos y mis más cercanos y que ha ido subiendo de tono”.

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JUICIO Y ABSOLUCIÓN

El 25 de septiembre, pasadas las 2 de la tarde en el Segundo Juzgado de Garantía de Santiago, se llevó a cabo el juicio por la querella en contra de Grace. Al principio de la audiencia se dio la posibilidad de que Arcos ofreciera disculpas públicas, acción que la joven descartó de plano, dando inicio el proceso judicial.

El abogado querellante, Mario Schilling, abrió los fuegos relatando los hechos y asegurando que Alexis y Pedro Muñoz (hijo y padre), corroboraron que Arcos imputó que Rivas la había acosado sexualmente con el fin de sacarlo del rol del Regional de la JJCC.

La defensa, encabezada por el jurista Mauricio González, negó las acusaciones y argumentó que no se pueden acreditar los hechos. “Se está en presencia de un cahuín»,  dijo, insistiendo en la teoría de un rumor que no tiene sustento para determinar una condena. Además alegó que Ricardo Pérez, quien habría comenzado con la versión, no se encontraba en el tribunal para prestar su declaración. “No está la fuente principal”, disparó.

La acusada Grace Arcos, quien no quiso entregar declaraciones a La Nación previo al juicio, sí se defendió en la audiencia afirmando que “me declaro inocente, jamás he emitido juicio sobre Rivas. Jamás he mencionado las palabras por las que soy acusada».

Después de esa exposición, la parte querellante presentó a sus cinco testigos: Alexis y Pedro Muñoz, Perla Manquian, Estefanía Freire y Daniela Bravo. Todos relataron la supuesta culpabilidad de Grace, la presunta amenaza en contra de Rivas a través de Facebook y acusaron presiones al interior de la colectividad política.

Al término de su declaración, Alexis, Pedro y Perla indicaron que renunciaron al PC. «No estoy en condiciones de participar en un partido donde los delitos se tratan de solucionar bajo la alfombra”, dijo Pedro. Manquian, en esa línea, aseveró que “estas difamaciones en contra de Rivas fueron creciendo y desvirtuándose y yo renuncié a las JJCC y también fueron renunciando otros compañeros”.

Finalizados los testimonios, Schilling presentó un certificado de matrimonio de Rivas para argumentar que el caso no sólo lo afectó a él, sino a su pareja. Además exhibió un informe psiquiátrico del ex dirigente en el que se especifica un cuadro clínico psicológico provocado por el conflicto.

Por el lado de la defensa, las testigos Susana Zúñiga, María Hausdorf y Paz Carmona dijeron desconocer los problemas entre Rivas y Grace y aseveraron que tampoco tenían conocimiento de una investigación interna en la Jota por el caso.

A raíz de los antecedentes, el magistrado Rodrigo García estimó que se acreditó la existencia de un “rumor” que atribuía al querellante y, debido a las “imprecisiones, no se puede tener certeza que la querellada haya participado”, por lo que decidió absolver de toda responsabilidad a Grace Arcos.

ABRAZOS Y LÁGRIMAS

Al oír la resolución del juez, los asistentes en la sala que apoyaban a la demandada dejaron sentir un fuerte aplauso y gritos en apoyo de Grace Arcos, quien visiblemente emocionada se abrazó con sus cercanos. Consultada por La Nación, la joven tampoco quiso referirse a su absolución. Si lo hizo a través de su Facebook:

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Por su lado, Jaime Rivas, quien salió del tribunal por un acceso de emergencia acusando agresiones de parte de los acompañantes de Grace, anunció que seguirá con acciones legales. “Yo voy a seguir con esto y otras personas van a seguir con acciones legales, otros militantes que han sido acusados de cuestiones similares. Para mí la realización del juicio es un triunfo».

Sobre su futuro en el partido, Rivas responde que “en este momento en la situación física y psicológica que estoy no voy a tomar decisiones”. “Más que una división en el Partido Comunista y la Jota, lo que hay es un problema de carácter cultural en el que ellos apelan al desarrollo de cuestiones que configuran delitos a Comisiones de Cuadros. Eso representa desde el punto de vista histórico un tremendo retroceso, porque en las sectas, en los estados totalitarios, en el fascismo, por definición, el Estado, que es el partido, lo es todo y las personas ceden sus derechos. Por eso para mí este juicio, ya cuando se involucra el PC, trasciende a mi persona”, sentencia.

La Nación intentó comunicarse con las Juventudes Comunistas, pero no hubo respuesta a los requerimientos de este medio.

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