Durante las crisis proliferan las propuestas basadas en el sentido común o en buenos deseos, pero que omiten la evidencia técnica. Recordemos que el sol no gira alrededor de la tierra y que el “infierno” está empedrado de buenas intenciones.
Un ejemplo es la fijación de precios de alimentos básicos, que varios han solicitado recientemente. Esta medida generaría desabastecimiento y mercado negro. Los beneficiados serían los inescrupulosos con acceso a esos bienes, que cobrarían precios mayores que los actuales.
Para paliar los efectos sociales de la pandemia, lo correcto es combinar subsidios, compras gubernamentales centralizadas y transferencias de ingresos.
Raphael Bergoeing
Universidad Diego Portales