Efectos económicos del Covid19: recesión y desempleo en agenda del Gbno.

Efectos económicos del Covid19: recesión y desempleo en agenda del Gbno.

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Muchas personas que lean este artículo habrán comprado en alguna tienda de la cadena de retail HyM, la firma sueca que batió todos los récords de ventas de Latinoamérica y en el mundo. Esos días quedaron atrás, ya que tras el estallido de la pandemia del coronavirus cerró tres cuartas partes de sus 5.062 tiendas a nivel mundial, canceló su entrega de dividendos y añadió que «a nivel global, probablemente esto afectará a decenas de miles de empleados en todas las áreas del negocio, aunque actualmente no es posible especificar la cifra exacta».

La situación de HyM se repite en varias grandes corporaciones en todo el mundo, algo que parece propio de un escenario de crisis, pero que no deja de ser muy complejo, dada la necesidad de que la actividad económica se mantenga activa dentro de lo posible para evitar un escenario con cientos de miles de personas enfermas y desempleadas.

Uno de los multimillonarios más mediáticos de nuestro país, Andrónico Luksic, optó por soportar el chaparrón de otra forma. Fue el primero en anunciar que su banco, el Chile, flexibilizaría las condiciones de pago de sus productos. Solo un par de días después, el 20 de marzo el empresario fue unos pasos más allá y precisó –a través de su cuenta de Twitter– que Quiñenco y sus filiales en Chile se comprometen con #CeroDespido los próximos 4 meses: «Sabemos que en esta crisis habrá muchas pymes que lamentablemente deberán seguir otro camino. Pero, los que podemos, comprometámonos con cosas concretas hoy!!». 

Pese a la inquietud que existe en los mercados, además del mediático Luksic, hasta ahora no ha habido ninguna otra manifestación pública de más integrantes de la élite económica del país. Ni Saieh, ni los Matte, ni Paulmann o Angelini han señalado preocupaciones personales por la economía. Esto, pese a los grave de la crisis y al hecho de que ya se advierte que ronda el fantasma de una recesión, como efecto directo de la pandemia.

Un día antes del anuncio de Luksic, el Gobierno optó por una medida de urgencia que intentó mejorar el ánimo. Lanzó un plan económico millonario –el 4,7% del PIB– con miras a evitar despidos masivos, que incluye negociaciones de reducción de salarios y permisos sin goce de sueldo, complementando los sueldos con el fondo de cesantía a costo de los trabajadores. Las medidas de La Moneda también apuntan a una serie de propuestas en el marco tributario, todo con el fin de asegurar la liquidez de las empresas.

El anuncio generó bastantes dudas entre las centrales de trabajadores, sindicatos y parlamentarios de oposición, quienes advirtieron que serán los trabajadores los que sufrirán las mayores consecuencias de la crisis económica que se avecina.  El diputado independiente y miembro de la Comisión de Economía, Raúl Soto, precisó que, si bien valoraba las medidas anunciadas por el Gobierno, «falta focalizar más en medidas pro trabajadores. La protección de ingresos laborales que proponen a través del seguro de cesantía, tiene el problema que requiere acuerdo con el empleador y ese es un requisito que lo puede dejar sin efecto o impedir que el beneficio llegue a los trabajadores más afectados”.

Este último punto parece el más preocupante al interior de los directorios y círculos empresariales. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ofició a las compañías inscritas en sus registros para comunicar los efectos que la pandemia puede tener en sus operaciones. Las que ya han contestado el oficio, han detallado que se han realizado esfuerzos de capacitación y medidas anticontagios para llevar a cabo sus tareas diarias con la mayor normalidad posible y mantener la continuidad operacional, pero ninguna se ha comprometido con el despido cero.

Un empresario consultado por El Mostrador Mercados reconoció que «no es posible» amarrarse con una política de despido cero, pero también hizo el punto respecto a que es antiético irse al extremo y comenzar con despidos masivos, más aún en este contexto de pandemia. «Pues, aguantamos todos o ninguno», acotó.

El marco de las cifras no auguran mucha prosperidad: una baja cotización del cobre, nuestro principal ingreso como país, ayer se desplomó casi 6%, rozando los US$ 2 la libra. La preocupación escaló más cuando Codelco informó que un precio tan bajo ponía en duda su capacidad de generar recursos y con ello algunos de sus proyectos.

El desánimo local se entiende considerando que todas las miradas están sobre la economía mundial, de la que no se excluye una recesión e, incluso –como dijeron los bancos en Wall Street–, una posible depresión. Los analistas de JP Morgan y Goldman Sachs estimaron que entre abril y junio el Producto Interno Bruto de Estados Unidos caerá sobre 30%, generando un índice de cesantía superior al 12%. Chile no está inmune tampoco a ese contagio económico.

El economista de Gemines, Alejandro Fernández, explicó en palabras simples que «a no ser que la pandemia dure un mes», la recesión es un hecho cierto: «(La sobrevivencia) Depende de varias cosas, por ejemplo el sector en que se encuentren. Las líneas aéreas, hoteles y comercio en general lo van a pasar muy mal. Latam, por ejemplo. Otro factor relevante es cuánto dura la crisis. Si es larga, puede debilitar a otras empresas también, depende de su capacidad de generación de flujos de caja y de cuánto pueden resistir si su actividad se paraliza o reduce significativamente».

Fernández recalcó que en ese contexto puede ser hasta poco conveniente despedir colaboradores, pues las compañías «tienen que pagar indemnizaciones y la actividad debería recuperarse en meses. Por otro lado, algunas pueden tener que endeudarse para poder mantener sus operaciones. Más que del tamaño de la empresa, dependerá exclusivamente de su flujo de caja y cuánta liquidez tengan».

Por ahora, han sido los diversos gremios los encargados de portar la voz del empresariado. “Aunque esta crisis está golpeando fuerte a todos los sectores de la economía, las empresas tenemos la convicción que la prioridad absoluta hoy son nuestros trabajadores, su salud y su continuidad laboral. Desde la CPC estamos viendo el tremendo compromiso y esfuerzo de empresas grandes, medianas y pequeñas por buscar fórmulas creativas para que la gran mayoría de los trabajadores conserve su empleo y desde el sector privado podamos seguir abasteciendo a las familias chilenas de los alimentos, bienes y servicios que hoy necesita», comentó a El Mostrador Mercados el nuevo presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Juan Sutil.

El gremio ayer estuvo tratando de solucionar lo urgente. Se reunieron en La Moneda con la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, y su par en Transportes, Gloria Hutt, para coordinar medidas en el transporte público para trabajadores que continúan en sus actividades.

Desde el Mintrab han estado –a través de los mismos gremios– en conversación con diversos actores que han apuntado al sector más crítico, las pequeñas y medianas empresas (pymes), que otorgan el 60% del empleo al país.

«Creo que acá, independientemente de si morimos en el camino, hay que hacer el aguante. Pensemos en tres meses y no en despedir gente, caer en una economía totalmente parada y llena de cesantes y empresas sin actividad es el peor de los mundos», afirmó el dueño de una cadena de retail.

A  nivel mundial, por ejemplo, Santander dijo que «se compromete a mantener el empleo en España y a no hacer ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) durante el brote del coronavirus”, indicó el banco en un comunicado. La empresa cuenta con 29 mil funcionarios en España, número de colaboradores similar al de Quiñenco, que emplea a unas 30 mil personas.

MINERÍA, MOTOR ECONÓMICO

«Sabemos que nuestra actividad tiene un factor multiplicador en el empleo y la economía nacional. Mantener nuestras operaciones en funcionamiento es fundamental para la estabilidad de la economía, sobre todo frente a los tiempos difíciles que tenemos por delante. Es posible gestionar la crisis sanitaria que enfrenta el país de forma prioritaria y, a la vez, garantizar la continuidad operacional»,  reza parte de un comunicado de la semana pasada de BHP, la gigante transnacional minera.

La industria minera ha sido una de las más activas en tratar que el corazón económico del país no se pare. A través del Consejo Minero se contactan todos los días a las 19 horas para trabajar en un comité de crisis de toda la industria. Han estado, a la par, en reuniones con los ministerios de Minería y del Trabajo con el fin de coordinar lo más urgente para dar continuidad a las operaciones. Parar no ha sido opción, incluso con varias operaciones funcionando en rojo con el bajo valor de la libra de cobre. El presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino, explicó a El Mostrador Mercados que el ánimo ahora es estar lo más activo en la contención de la crisis: desde temas operaciones a coordinación con el Gobierno. «Mientras podamos garantizar la salud de nuestros trabajadores, hay toda la intención de darle continuidad a la actividad minera en el país», señaló.

En medio de la incertidumbre, el Banco Central adoptó una serie de medidas para entregar liquidez a la economía local. Puntualmente dispuso de una Facilidad de Crédito Condicional al Incremento de las Colocaciones (FCIC), una línea especial. Esta es una línea especial para las empresas bancarias, con recursos para que continúen financiando y refinanciando créditos a hogares y empresas.

«Y también debemos trabajar para proteger los empleos, para proteger las pymes, para mantener el funcionamiento de nuestra economía y, muy especialmente, cuando la economía mundial enfrenta grandes nubarrones y muchos riesgos de una profunda recesión. No queremos que después de esta crisis sanitaria, tengamos pérdidas de trabajos, quiebras de pymes y que caigamos en una crisis económica y social, porque eso afectaría negativamente la calidad de vida y el futuro de las familias chilenas y de nuestro país», dijo el Presidente Sebastián Piñera en su cadena nacional la noche del domingo. La incógnita es si será posible evitarlo. (El Mostrador)

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