Un jefe policial de Virginia lamentó la violencia ocurrida el pasado sábado en la marcha supremacista realizada en Charlottesville, y que dejó una mujer muerta y 19 heridos.
Mientras la prensa cubría el caos desatado en la movilización, los agentes parecían quedarse al margen ante los golpes con bates, peleas y objetos lanzados en el parque donde se llevaron a cabo los enfrentamientos raciales.
«Confiábamos en que hubiera una manifestación pacífica», señaló el jefe Al Tomas a la prensa norteamericana ayer lunes 14 de agosto.
El gobernador de la ciudad, Terry McAuliffe, comunicó ayer haber solicitado una «revisión a fondo» de la respuesta policial, que se vio criticada por expertos en seguridad ciudadana y ambos bandos de las protestas.
«Cuando tienes un grupo a un lado y a otro grupo que protesta contra ellos, tienes que ponerte entre ambos», explicó el profesor de la Facultad John Jay de Justicia Penal y exsargento de la policía de Nueva York, Joseph Giacalone.
«Toda su misión parecía estar simplemente ahí de pie», relató el líder de un grupo nacionalista blanco, Matthew Heimbach del Partido Nacionalista de los Trabajadores.
Asimismo, el investigador y organizador sindical que viajó para protestar contra la marcha inicial, Andew Mayton dijo que a los agentes «no se les veía por ningún lado».
La policía de la ciudad respondió a 250 llamadas el sábado y el personal de emergencia atendió a 36 personas heridas, incluidas varias víctimas del ataque del coche. (Emol EFE)
