Desafíos democráticos para el acuerdo- Víctor Manuel Avilés

Desafíos democráticos para el acuerdo- Víctor Manuel Avilés

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El Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución tiene tejado de vidrio y presenta desafíos para que de él emane una nueva Constitución (NC) legítima. Hay peligro de que salga una NC menos legítima, por parafrasear, que la actual Constitución, pues esta última ha evolucionado por años en el Congreso, gracias a miles de parlamentarios legítimamente elegidos.

El tejado de vidrio del Acuerdo surge de haber sido obtenido bajo violencia, con la ilusión de ponerle término. Lo primero es grave, pero puede resultar aceptable si logra poner fin inmediato a la violencia. Si no se logra controlar el orden público y recuperar la paz, la ejecución del Acuerdo se vuelve ilegítima. Si existe incluso el temor de que ganando la opción de rechazo a la NC vuelva la violencia, el plebiscito no puede hacerse. No hay voto si hay miedo. El Congreso deberá evaluar esto al votar las normas que implementarán el Acuerdo.

Quienes suscribieron el Acuerdo lo hicieron bajo la premisa de que estarían deslegitimados como constituyentes derivados, sin explicar cómo podrían entonces estar legitimados para seguir ejerciendo el resto de las funciones parlamentarias. Luego de su firma, fuimos notificados —para aumentar el terror— de las supuestas trampas del mismo y, entre ellas, que los parlamentarios pudieron válidamente poner en referéndum todos nuestros derechos, libertades y garantías. Eso no es cierto ni jurídicamente posible. Finalmente, el Acuerdo yerra al denominar constituyente a un organismo redactor, pues de avanzarse, el constituyente será el pueblo, en el plebiscito final, previa comparación del texto redactado y la actual Constitución, eligiendo entre uno y otro. Así, se omite explicitar que el rechazo final del texto ex novo no es más que la confirmación de la actual Carta Fundamental como la NC para Chile, cuestión evidente, pero silenciada para “no echar más leña al fuego”, nueva forma de limitar la libertad de expresión.

Hay que ser claros: el triunfo del rechazo en el primer plebiscito es la confirmación democrática de la actual Constitución como la NC para Chile. Igual con el triunfo de la opción rechazo en el plebiscito final. La diferencia es que, en el segundo caso, se habría elegido luego de comparar dos textos.

Si se va a invertir en una convención redactora, es fundamental asegurar el conocimiento ciudadano del pensamiento constitucional de los candidatos a asambleístas. Algunos enfrentarán esta elección con liderazgos ajenos a los partidos políticos y propios de organizaciones de la sociedad civil, lo que es corporativista y poco democrático. Los ofertones de campaña, centrados en un solo tema atractivo, esconderán a los votantes el pensamiento de los candidatos en el conjunto de materias sobre las que deberán pronunciarse, generando una representación impropia. Esto es grave, pues en el caso de los asambleístas su mandato es redactar una propuesta constitucional sobre la base de ciertas ideas y, por ello, estas deben ser conocidas. El sistema de campaña debe contemplar la obligación de dar a conocer el pensamiento de los candidatos sobre los temas que son parte de cualquier documento que merezca la pena entenderse como Constitución. Sin ello, el proceso estará viciado.

He tenido la oportunidad de escuchar a parlamentarios señalando que la opción de convención mixta constitucional no es conveniente, por razones nada de altruistas. La ausencia de parlamentarios en el proceso hará perder su capacidad de negociación, experiencia y asesores, y aumentará el desprestigio de los partidos políticos, sin los cuales no puede haber democracia. Los parlamentarios deben ser los primeros en defender el rol del Congreso en el proceso, sin renunciar a sus obligaciones, lo que no es lógico ni posible.

El proceso debe entenderse como una opción legítima y no traumática entre la actual Carta Fundamental y la redactada por la convención, cualquiera de ellas, como la NC para Chile. No son pocos los desafíos si del acuerdo se quiere obtener una NC para Chile que confiera paz y estabilidad.(El Mercurio)

Víctor Manuel Avilés

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