La semana pasada tuvimos el debate de ARCHI y pronto será el turno de Anatel a lo que se suma el encuentro del Hogar de Cristo en la Universidad Católica. Para la corta recta final estos encuentros son más que suficiente, la ciudadanía ya conoce las propuestas y posturas de cada uno de los contrincantes. Por lo demás la elección es binaria, blanco o negro, dos visiones opuestas de la realidad y de la vida. Para la candidata comunista no fueron suficientes encuentros. Su estrategia de segunda vuelta era y es “golpear”, azuzar al candidato hombre para que ojalá que conteste duro y así poder victimizarse en su calidad de mujer. La estrategia está cargada de “feminismo de cartón”. La minuta, esa explicación simple que todos deben repetir, es que Kast es un peligro para las mujeres. Varias autoridades de sexo femenino aparecieron con la misma “cantinga” y hasta reaparecieron “las feministas de la calle”, esas que gritan, bailan como zombies y se empelotan, atentando contra la inteligencia del sexo fuerte, las mujeres. Estas activistas de la contracultura y la performance habían estado ausentes durante el gobierno de Boric, de hecho, habían desaparecido.
La candidata comunista de la izquierda radical acusó en forma insistente al candidato de la derecha de “esconderse”, de no querer contrastar ideas. Claramente, para ella las excusas que la alejaron de los debates de la primera vuelta, solo valen en su caso, no para otros. Evidentemente, para ella él no tiene derecho a privilegiar el “trabajo en terreno” o “territorios”, como les gusta llamarlo a ellos.
En el debate pasado, la minuta que quiere hacer ver a Kast como un “misógino” se aplicó, no sólo desde la candidata golpeando de modo permanente para intentar que le contestara, ojalá “golpeado”, cosa que no logró, ya que la templanza y prudencia primaron en el candidato republicano. No debe haber sido fácil lograrlo, ya que las periodistas femeninas no fueron actrices neutrales, sino abiertamente activistas políticas. Es entendible que los periodistas y toda persona tenga una postura política, pero el profesionalismo obliga a que sus tendencias no se noten. No se pueden notar jamás. En el caso del pasado debate, no solo se notaron. Fue evidente el activismo y la rabia interna “que las desfiguraba”. Las respuestas mostraron que daban “vueltas en círculos” de rabia, ya que no podían cumplir su acometido. No lograron que Kast enganchara y contestara con vehemencia.
Muchos interpretaron que Kast fue débil. Lo cierto es que fue inmensamente fuerte. Nada más difícil que calibrar emociones cuando se está siendo atacado de un modo “pornográfico”. Todo era una “trampa mortal”. Los únicos mesurados en sus preguntas e intervenciones fueron los hombres, lo que es lamentable, ya que habla muy mal de las mujeres. La actuación de Iván Valenzuela y de Juan Manuel Astorga fueron un bálsamo de profesionalismo e intento de objetividad, que sabemos que nunca existe. Para el próximo debate hoy a las 21:00 horas están ya agendados los periodistas y claramente jugarán pro Jara. Estará Macarena Pizarro de Chilevisión, Constanza Santa María de Mega, Carolina Urrejola de TVN, Julia Vial de TV+ e Iván Valenzuela de Canal 13. La mayoría son al menos progres, que sin pudor están dispuestas a apoyar a una candidata comunista, sabiendo que ninguna de ellas jamás renunciaría a sus vidas inmensamente burguesas. Son una contradicción en si misma. Esperemos que logren ser profesionales y no activistas, ya que eso deja en evidencia la falta de profesionalismo y pasionalidad excesiva de la que las mujeres suelen renegar. Como mujer, clara y distinta, me avergüenza el ver esta falta de profesionalismo, ya que nos hace un flaco favor a las mujeres que buscamos mostrar que somos tan buenas profesionales como los hombres. Si no pueden dejar sus pasiones, dedíquese al periodismo de opinión y no se intenten vestir de objetivas, ya que no les resulta.
Nunca han querido debatir, ni mostrar las ideas a la ciudadanía, solo les interesa golpear. (El Líbero)
Magdalena Merbilháa



