Crisis en el PS

Crisis en el PS

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Dejé de militar en el Partido Socialista (PS) en el 2012. Pero el cariño que le tengo al partido al que entré a militar por primera vez en marzo de 1973, luego del quiebre del MAPU, me ha hecho estar permanentemente atento a su devenir. ¿Qué ocurre con esta organización clave en la historia del país?

Asistí a los “Diálogos socialistas” que convocaba a militantes activos y a otros automarginados que siguen considerándose como tales. Ahí se dieron múltiples explicaciones de la situación lamentable del PS. Hubo bastante consenso que la crisis tiene que ver con que la crítica al neoliberalismo no está acompañada de un proyecto para superarlo, también con la existencia del clientelismo, de focos de corrupción, de una peligrosa cercanía con el narcotráfico y obviamente problemas éticos. Se llamó la atención a que la crisis del PS forma parte de una crisis de la política como se ha entendido tradicionalmente que encuentra dificultades para resolver los problemas de las sociedades modernas. Se coincidía también en la pérdida de vinculación con la sociedad y los movimientos sociales y en que se ha sido incapaz de revertir la desafección que muestra más de la mitad de la sociedad chilena respecto de la vida política del país. En lo orgánico se llamó la atención sobre la falta histórica de debate político. Respecto a eso, que mejor prueba que en la constitución del Comité Central la elección de la nueva directiva no haya estado precedida por una discusión política sobre todo lo ocurrido.

Una dimensión apareció poco en el debate: la crisis de la idea socialista como producto del colapso del socialismo de Estado en 1989. Como señala el filósofo italiano Enzo Traverso, “el comunismo quedaba reducido a su dimensión totalitaria” y de eso no nos hemos recuperado. No es casualidad que dos días antes de la reunión del nuevo comité central del PS, Michelle Bachelet haya dado a conocer un informe lapidario sobre la dictadura venezolana. El propio gobierno venezolano reconoció 5287 muertes “como efecto de resistencia a la autoridad” en el 2018 y otras atrocidades. Nuestro otro referente, la socialdemocracia también pasa por una situación de grave crisis. El problema es que como socialistas estos procesos nos atormentan pero no hemos podido dar cuenta de ellos para reformular la idea socialista, ni tampoco una propuesta pos neoliberal adecuada a las condiciones de la sociedad moderna.

Agrava esta situación la incapacidad de asumir las responsabilidades políticas. Una dirección responsable fundamental de una de las más graves crisis del partido incluida una deficiente gestión en la oposición, se aferra a la dirección como si nada hubiese ocurrido. Quienes aducen que no es para tanto, que la victoria fue abrumadora, muestran una ceguera que la ciudadanía cobrará más temprano que tarde. (La Tercera)

Eugenio Rivera

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