«Convergencia Progresista»: madrugar la estrategia de la DC

«Convergencia Progresista»: madrugar la estrategia de la DC

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No sabían todos los diputados, no estaba enterado el jefe de comité de los senadores. Ni siquiera la comisión política del Partido Socialista tenía del todo claro lo que se pretendía con el anuncio de Convergencia Progresista, el nombre que lanzó su presidente Álvaro Elizalde junto a sus pares del PPD, Heraldo Muñoz y de PR, Carlos Maldonado.

Si bien muchos en el PS coinciden en que siempre es positivo abrir diálogo con las colectividades del sector, la poca claridad sobre qué es finalmente esta nueva alianza, o “instancia de diálogo”, o para algunos, reemplazo de la Nueva Mayoría, ha generado críticas por lo improvisación con que se llevó a cabo.

“Este es un espacio de coordinación entre partidos que comparten una historia y valores comunes. La alianza política que debemos constituir debe ser mucho más amplia”, señaló el lunes Elizalde.

Aun así, las críticas apuntaron a lo sorpresivo del anuncio. Uno de los primeros en alzar la voz fue el diputado Marcelo Díaz, quien aseguró que se enteró “por la prensa” sobre el nuevo referente. “Generó sorpresa, nos enteramos a través de los medios de comunicación, nos sorprendió a nosotros pero también sorprendió a actores con los que nos interesa seguir trabajando la Democracia Cristiana, el Partido Comunista y el Frente Amplio”, dijo el legislador en Emol TV.

Pero Díaz no era el único crítico de Convergencia Progresista, pues también fueron sorprendidos los miembros de la comisión política. Incluso, el mismo lunes del anuncio, Elizalde tuvo que aclarar que el objetivo era establecer una coordinación con sus pares de la Internacional Socialista y no generar un proyecto político.

“No hay ningún acuerdo institucional de establecer ninguna alianza política. Hay una definición que establece que estamos por promover un entendimiento desde la DC hasta el FA y la política de alianza se va a resolver en el próximo Congreso”, señala el alcalde de Independencia y miembro de la comisión política, Gonzalo Durán.

Incluso el senador y jefe de comité, Rabindranath Quinteros llamó al líder del PS para preguntarle sobre el significado de la nueva instancia anunciada. “Jamás se había hablado de una convergencia, de coordinación sí”, afirma.

Desde el interior de la colectividad aseguran que Convergencia Progresista fue una “respuesta táctica”, debido a que la Democracia Cristiana ya había iniciado conversaciones con el partido liderado por el ex ministro Carlos Maldonado. De hecho el 3 de octubre, los presidentes de ambos partidos sellaban un acuerdo para tener una coordinación política y trabajar propuestas temáticas.

Aquello habría sido mirado con preocupación desde el Partido Socialista, más aún porque existía la posibilidad, también, de que la DC generara algunos puentes con el PPD. Toda esta estrategia generó que el PS se apresurara. “Si no actuaba rápido se podía quedar fuera de cualquier acuerdo”, explican desde dentro de la colectividad.

A ello, se suma otro de los factores que derivó a tomar una definición en torno a la coordinación de los tres partidos: “presionar” a la colectividad liderada por Chahín para que optara por una definición de continuar con sus aliados o por un camino independiente. Esto,de paso, trajo ruidos en la DC, pues mientras algunos condicionaban sumarse a este nuevo referente si es que el PC se incluía, otros de la disidencia a la directiva se mostraban partidarios a la nueva fórmula.

ORIGEN DEL NOMBRE

Si bien la alianza anunciada fue sorpresiva, no así el nombre. El concepto ya se barajaba desde abril. Fue en ese mes cuando los partidos de la centroizquierda les solicitaron a los centros de pensamiento desarrollar propuestas en torno a temas como infancia, seguridad y pensiones.

Por esos días el término “convergencia” sonaba con fuerza para denominar la instancia programática impulsada por los think tank o incluso aplicarlo a los encuentros de las directivas del sector. Pero ese trabajo programático quedó sin concluir tras las elecciones radicales, realizadas en julio pasado.

Y ya el lunes pasado surgió la idea de retomar el nombre que estaba sobre la mesa pero se necesitaba un “apellido” para complementar la idea. Entre los presentes concordaron entonces que los encuentros semanales eran un “punto de partida” y que requerían distanciarse de la marca Nueva Mayoría. Así, la instancia se denominó con el concepto de Convergencia Progresista. (El Líbero)

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