Comisión UC y el análisis de la crisis de la Iglesia- Ignacio...

Comisión UC y el análisis de la crisis de la Iglesia- Ignacio Sánchez

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Recientemente, en el Salón de Honor de la Universidad hemos tenido el primer seminario en que se presentó el trabajo de la Comisión UC para el análisis de los abusos al interior de la Iglesia.

Lo primero es preguntarse ¿por qué nace esta Comisión? Para responder hay que recordar que el Papa Francisco, en su “Carta al pueblo de Dios que peregrina en Chile”, el año pasado nos hizo un llamado a ayudar a “generar una sociedad donde la cultura del abuso no encuentre espacio para perpetuarse”. En esta misma carta nos pidió a las universidades “promover lúcida y estratégicamente una cultura del cuidado y protección” para enfrentar la crisis de abusos eclesiásticos experimentada al interior de la Iglesia chilena. Del mismo modo, en su meditación a los Obispos de Chile, el Papa consideró ineludible “ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen”. Es por esto que, en respuesta a esta invitación y llamado, al interior de la Universidad nos sentimos interpelados a contribuir a este propósito, por medio de la creación de una comisión académica interdisciplinaria.

Si bien la crisis de los abusos de poder y de índole sexual en la Iglesia se ha presentado a nivel mundial, no hay duda de que esta ha afectado de manera particular a nuestro país. Creemos que al interior de la UC, y desde nuestras competencias, conocimiento, desarrollo de la investigación y en particular desde la reflexión, podemos ser un aporte en el análisis, comprensión y líneas de avance y solución de esta grave crisis. Para ello, creamos una Comisión bajo la orientación de un Consejo Asesor —presidido por el decano de Ciencias Sociales, profesor Eduardo Valenzuela— e integrado por los decanos de las Facultades de Comunicaciones, Derecho, Filosofía, Teología, e Historia, Geografía y Ciencia Política.

El trabajo de la Comisión tiene como objetivo principal documentar la crisis de los abusos sexuales del clero católico chileno y ofrecer una amplia reflexión acerca de las condiciones que hicieron que esta crisis se desarrollara con la amplitud, profundidad y especificidad que se ha presentado.

En la Comisión se formaron tres grupos de académicos, cuyas tareas incluyeron en primer lugar abordar la naturaleza y alcance de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes; analizar la respuesta que ha dado la Iglesia y las autoridades eclesiásticas a la crisis, con las medidas que se han tomado para investigar estos hechos; y, finalmente, analizar el impacto de los abusos entre las víctimas, incluyendo a las comunidades eclesiales, al pueblo católico y a la sociedad chilena. Además, junto al análisis académico interno, se planificó un debate abierto, con evaluaciones externas de pares de manera periódica, con el objeto de dar transparencia y confianza al trabajo realizado.

Desde la creación de la Comisión hace ya más de ocho meses, los profesores y profesoras han trabajado y realizado reuniones de discusión y reflexión de diversas temáticas. También se han desarrollado seminarios con la participación de expertos —dentro de ellos abogados, psicólogos, presencia de víctimas, sacerdotes y otros—, que han sido un aporte a la comprensión más profunda del problema. Además, se ha llevado a cabo un levantamiento de datos mediante diversas herramientas, como encuestas, entrevistas, revisión de la literatura y documentación de casos.

Es necesario comprender las estructuras de poder, el clasismo de nuestra sociedad, las relaciones desiguales y otros factores que han podido favorecer los abusos de poder, que han resultado en abusos sexuales y en otros deplorables hechos. También debemos avanzar en la comprensión de la relación entre las estructuras de autoridad y el manejo inadecuado de muchas situaciones y casos que se han conocido. Así, buscamos aportar nuevas luces que permitan establecer las dinámicas eclesiales que favorecieron u obstaculizaron a través de negligencia o eventual encubrimiento la respuesta de la Iglesia. Junto con lo anterior, se deben perfeccionar los protocolos de manejo de los casos que permitan prevenir nuevas situaciones y avanzar en la reparación de los daños, a la vez que ofrecer recomendaciones orientadas al restablecimiento de las confianzas.

Como miembros de la Iglesia, reiteramos que nos sentimos dolidos y avergonzados por los hechos que se han conocido en los últimos años. Este dolor es el que nos impulsa a aportar caminos de verdad y de reparación. Es por esto por lo que, acogiendo la invitación del Papa Francisco a ser protagonistas de la transformación que reclama la sociedad, creemos que podemos ser un aporte para entender lo sucedido y evitar así que estos hechos se repitan. Queremos colaborar con las víctimas en mirar hacia adelante y trabajar en conjunto por un futuro mejor para nuestra Iglesia y para el país.

 

El Mercurio

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