Colegios suben exigencias en 2° semestre: más módulos de clases online

Colegios suben exigencias en 2° semestre: más módulos de clases online

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Luego de un primer semestre con la sensación de una «marcha blanca» de las clases a distancia, en lo que va de este segundo semestre apoderados de distintos colegios han percibido que las exigencias de los establecimientos hacia los alumnos han ido aumentando.

Esto coincide con que en la primera parte del año había más incertidumbre sobre la fecha de retorno e incluso se hablaba de la posibilidad de regresar en el segundo semestre.

En cambio ahora, a seis meses del inicio de la pandemia, los colegios parecen haber asumido que deben planificar todo el resto del año en formato de clases remotas. Esto se nota, por ejemplo, en que muchos recintos están solicitando ir a retirar todos los útiles del año para utilizarlos en la casa. Mientras que en el primer semestre, en general, solo se había pedido ir a buscar los textos.

Además, en las circulares o calendarios con la planificación del segundo semestre se asume que las clases serán virtuales al menos hasta diciembre.

«La propuesta de programación para las evaluaciones del segundo semestre surgen a partir de lo que hoy resulta seguro, es decir, que el formato de clases es no presencial (online)», señala, por ejemplo, una comunicación a los padres del Colegio Alicante del Rosal de Maipú.

«Partieron mucho más exigentes; de hecho, apenas reingresaron, mandaron una circular con la calendarización hasta fin de año y fijando evaluaciones», comenta un apoderado de ese establecimiento.

Dice que eso no ocurrió en el primer semestre, en que las evaluaciones fueron solo «formativas» (usando conceptos), mientras que ahora serán «sumativas», es decir, con nota. Incluso, en la circular se remarca que «estas notas serán gravitantes en el promedio de Notas de Enseñanza Media (NEM) para el ingreso a la Educación Superior».

«A mi hijo que va en básica le tiraron ahora dos semanas de pruebas con horarios acotados, antes fue mucho más abierto; y al más chico le enviaron material y hay que repasar lo visto hasta ahora para que sea evaluado la próxima semana. Eso no había pasado en todo este proceso, solo había tenido clases (no evaluaciones)», comenta el apoderado.

INSPECTORES VERIFICAN ASISTENCIA VIRTUAL

Algo que ha ocurrido en distintos colegios es que se han agregado más módulos de clases online a la semana.

«Mi hija ahora tiene Lenguaje y Matemática dos veces a la semana. Antes era una hora de clase por materia», comenta una apoderada de un colegio particular de Vitacura. «Ahora tienen clases de Educación Física, de Orientación, que antes no tenían, están teniendo varias clases más y se le está poniendo mayor fuerza a las clases», señala un apoderado del Colegio El Patrocinio San José, de Providencia.

«A mi hija de segundo básico le agregaron una clase (a la semana) y en las tareas de Matemática agregaron más contenido», indica otro padre, de un colegio particular subvencionado de Las Condes.

Otro aspecto en que se ha notado mayor control es en la asistencia a las clases virtuales. En varios recintos se está pidiendo justificar, por correo, cada vez que un alumno no se conecta a una clase.

Y en el colegio de Providencia informaron que, adicionalmente, hay inspectores que ingresan a las salas virtuales para registrar la asistencia, por lo que –enfatizan– «los alumnos deben permanecer en ellas durante todo el tiempo que ésta se desarrolle».

«Hay puntos de endurecimiento real, o sea, hay una inspectora que se mete a las clases para chequear que esté la cantidad de niños, se mete para controlar que los niños estén, eso no existía», comenta un apoderado de ese colegio, quien dice que además se está exigiendo a los niños que estén conectados cinco minutos antes de cada clase.

«Entonces sí se han puesto mucho más rigurosos, antes fue demasiado light; de ser una cosa totalmente desordenada, llegamos a esto en que las clases están aumentando y se está controlando mucho más», agrega.

La mamá de una alumna de otro colegio de la zona oriente señala que «al principio solo les pedían marcar asistencia en una página especial y lo podían hacer a cualquier hora del día, daba lo mismo a la hora que lo hacían; ahora, además de eso, pasan lista en cada clase online que tienen, o sea, se aseguran de que estén presentes en la clase; y mandan correos a los papás para avisar si aparece ausente en alguna clase».

En algunos establecimientos también se retomaron las reuniones de apoderados, a través de las plataformas virtuales, que habían quedado en pausa con la pandemia. Hasta ahora la comunicación había sido principalmente a través de circulares.

EXPERTO: «PODRÍA TENER UN EFECTO CONTRARIO»

¿Es adecuada esta estrategia que están implementando algunos colegios en el contexto actual? La directora ejecutiva de Educación 2020, Alejandra Arratia, afirma que «tratar de replicar los mismos modelos de las clases presenciales en las clases online es un poco forzado».

En su opinión, en este formato «lo más importante es ver cómo mantenemos el vínculo y la motivación de los estudiantes, porque sin eso no hay dónde anclarse».

Por su parte, el académico de la Facultad de Educación UC, Fernando Murillo, comenta que este mayor control «puede responder un poco al diagnóstico de ausentismo escolar virtual que surgió del primer semestre, en que hay estudiantes que no han respondido por ningún medio, ni por mail ni por teléfono, entonces responde un poco a esa preocupación».

Sin embargo, el experto señala que «hay que pensar cuál es el sentido de eso, para qué queremos que el estudiante esté sincrónicamente presente». En su opinión, «eso podría tener un efecto contrario al que queremos lograr, que es el desarrollo de la autonomía».

«Si queremos estudiantes autónomos no ayuda que estemos controlándolos, porque lo que hemos visto es que, al mismo tiempo, los estudiantes también inventan formas para saltarse esos controles, y no es lo queremos», afirma.

Dice que, «al contrario, hay que buscar maneras de fomentar la responsabilidad individual, proponiendo formas que llamen la atención y los intereses de los estudiantes, proponiéndoles un plan de trabajo ordenado, en que cada alumno tenga claro cuál es el objetivo a lograr al final de semestre y a partir de ahí organizar sus tiempos».

«Es salirse de la lógica de la vigilancia y el control y empezar a fomentar un sentido de responsabilidad individual, de ciertos hábitos personales de trabajo, como una ética, que es finalmente lo que nos lleva a tener ciudadanos responsables, no queremos formar ciudadanos que están pendientes de inventar formas de eludir el control», sostiene. (Emol)

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