Una delegación china, encabezada por funcionarios del Grupo de Ferrocarriles Estatales de China y el Ministerio de Transporte, visitó Brasil para explorar posibles inversiones en el Corredor Bioceánico, un proyecto que busca conectar Brasil con el Océano Pacífico a través de un enlace ferroviario con el puerto megapuerto de Chancay en Perú.
Esta línea uniría el océano Atlántico, desde el puerto de Santos (Brasil), con el océano Pacífico, mediante el puerto de Chancay (Perú), con una fuerte inversión de China estimada en 3 mil 500 millones de dólares. El proyecto de infraestructura busca conectar Brasil, Bolivia y Perú a través de una red ferroviaria.
Una delegación china, buscando fortalecer los vínculos comerciales con Asia, visitó recientemente Brasil para discutir importantes proyectos de infraestructura, incluyendo un proyecto ferroviario que conectará al país sudamericano con el puerto megapuerto de Chancay en Perú. La visita tuvo lugar en el contexto de los acuerdos estratégicos firmados por los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Xi Jinping (China) durante la visita estatal de Xi a Brasil en noviembre del año pasado, revela el medio SCMP.
Contexto histórico
En noviembre de 2024, durante la visita del presidente chino Xi Jinping a Brasil, se establecieron cuatro pilares estratégicos en las relaciones entre ambos países, uno de ellos siendo la integración de Brasil con el Pacífico. El enlace ferroviario es parte de estos esfuerzos para mejorar la conectividad y reducir los tiempos de tránsito de mercancías.
La delegación china, compuesta por 11 funcionarios de China State Railway Group y del Ministerio de Transporte de China, realizó una gira de siete días por varios proyectos de infraestructura en Brasil. Durante esta visita, los delegados exploraron opciones de inversión para el Corredor Bioceánico, una ruta de transporte propuesta que conecta Brasil con el Océano Pacífico. El propósito principal de este corredor es permitir a Brasil y sus vecinos evitar las tradicionales rutas marítimas atlánticas, reduciendo significativamente los tiempos de tránsito y los costos logísticos para exportaciones agrícolas como soja, carne y granos.
Importancia del puerto de Chancay
El puerto de Chancay, inaugurado por Xi Jinping en noviembre de 2024 durante la Cumbre de Líderes del APEC en Lima, fue financiado por China con un costo estimado de US$3.5 mil millones. Este puerto se considera fundamental para el desarrollo de nuevas rutas comerciales en América Latina. Además, ayudará a China a diversificar sus opciones de envío y reducir su dependencia del Canal de Panamá, un corredor que ha generado tensiones diplomáticas y geopolíticas con Estados Unidos.
El secretario brasileño de coordinación institucional en el Ministerio de Planificación, Joao Villaverde, afirmó que el proyecto del corredor necesita actualizarse para reflejar los cambios en las dinámicas comerciales e infraestructurales de la región. Por ejemplo, hace nueve años no existía la Carretera del Pacífico, que ahora permite el viaje por carretera, motocicleta, camión o autobús desde los estados de Rondônia y Acre hasta Lima o Chancay.
Impacto en el comercio regional
La potencial conexión entre el puerto de Chancay y las rutas de integración de Brasil ha despertado el interés del sector privado. Según Villaverde, el comercio fronterizo entre Brasil y sus vecinos ha crecido significativamente, con un aumento del 130% en las exportaciones brasileñas desde enero hasta marzo de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior en Assis Brasil, una ciudad fronteriza en el estado de Acre. Esto sugiere que las inversiones en este área serían viables y podrían impulsar aún más el comercio intrarregional en Sudamérica.
Durante su visita, los delegados chinos también se reunieron con representantes estatales en Mato Grosso, Goiás, Rondônia y Acre para discutir las redes de carreteras, ferrocarriles y vías fluviales de Brasil. Además, están programados para visitar São Paulo el jueves para recorrer el puerto de Santos, uno de los puertos más grandes de América Latina, que está siendo ampliado con una inversión de US$486 millones por parte de COFCO International, una gigante agroindustrial china.
Fuente: https://www.nodal.am/2025/04/china-prepara-un-tren-desde-brasil-hasta-chancay-en-peru/
China Prepares a Train from Brazil to Chancay, Peru
A Chinese delegation, led by officials from the China State Railways Group and the Ministry of Transport, visited Brazil to explore potential investments in the Bioceanic Corridor, a project that seeks to connect Brazil to the Pacific Ocean via a rail link with the Chancay megaport in Peru.
This line would connect the Atlantic Ocean, from the port of Santos (Brazil), to the Pacific Ocean, via the port of Chancay (Peru), with a significant investment from China estimated at $3.5 billion. The infrastructure project seeks to connect Brazil, Bolivia, and Peru through a rail network.
A Chinese delegation, seeking to strengthen trade ties with Asia, recently visited Brazil to discuss major infrastructure projects, including a rail project that will connect the South American country to the Chancay megaport in Peru. The visit took place in the context of the strategic agreements signed by Presidents Luiz Inácio Lula da Silva (Brazil) and Xi Jinping (China) during Xi’s state visit to Brazil in November last year, reveals the SCMP media.
En Asia, los Estados Unidos de Trump son más populares que China en los países más afectados por la guerra comercial
Los países del sudeste asiático, que desde el primer mandato de Trump desempeñaban en parte el papel de «conectores» entre China y los Estados Unidos, se encuentran ahora en el centro de la guerra comercial iniciada por la administración republicana.
Atrapada entre las dos grandes potencias, la región se declara más favorable a Estados Unidos que a China en una encuesta realizada en diez países antes de la imposición de aranceles recíprocos. La Casa Blanca podría intentar aprovechar esta popularidad en las negociaciones comerciales previstas durante la «pausa» de 90 días en los aranceles.
En una encuesta realizada a un panel de cinco categorías de afiliados —académicos/investigadores, representantes del sector privado, representantes de la sociedad civil, de organizaciones no gubernamentales o de los medios de comunicación, funcionarios y personal de organizaciones regionales o internacionales— entre el 3 de enero y el 15 de febrero de 2025 en los diez países de la ASEAN —Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam—, el 52,3% de los encuestados (frente al 49,5% en 2024) declara preferir a Estados Unidos frente a China 1.
- El apoyo a un alineamiento con Pekín es más fuerte en los países que mantienen estrechos vínculos económicos con este país, como Tailandia (55,6%), Brunei (55,0%) y Laos (51,0%), o que expresan un descontento creciente con las políticas estadounidenses, en particular con respecto a la posición sobre el conflicto entre Israel y Gaza, como Indonesia (72,2%) y Malasia (70,8%).
- Por el contrario, el apoyo a un alineamiento con Estados Unidos es mayor en los países que tienen disputas territoriales con China o una alianza de seguridad con Washington, como Filipinas (86,4%), Vietnam (73,5%), Myanmar (57,7%), Camboya (57,0%) y Singapur (52,9%).
- El nivel de confianza en la Unión Europea en la región ha aumentado considerablemente, pasando del 41,5% en 2024 al 51,9% en 2025, pero el 35,6% de los encuestados considera que la Unión está demasiado centrada en sus asuntos internos, lo que le impide proyectarse a nivel mundial.
Si bien los países de la región se encuentran en el centro de la guerra comercial que Donald Trump inició el 2 de abril, el 40,7% de los encuestados considera que la implicación de Estados Unidos en el sudeste asiático aumentaría, incluso de forma significativa, bajo la presidencia de Donald Trump.
- Los países que expresan este sentimiento con mayor intensidad son Laos (63,5%), Vietnam (58,7%), Brunei y Camboya (ambos con un 51,7%).
- Estos son también los países a los que se han aplicado los aranceles más elevados: 49% para Camboya, 48% para Laos, 46% para Vietnam y 24% para Brunei.
- El 51,2% considera, además, que la imprevisibilidad del presidente Trump añade incertidumbre al compromiso de Estados Unidos en la región.
El 38,7% de los participantes en la encuesta considera que la postura firme del presidente Trump hacia China permitiría mantener el equilibrio de poder en la región, mientras que el «comportamiento agresivo en el mar de China meridional» es la principal preocupación geopolítica de los encuestados.
- Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos y China se han visto envueltos en una escalada comercial, marcada por la imposición de aranceles de hasta el 145% por parte de Washington sobre las importaciones chinas, a lo que Pekín ha respondido con aranceles del 125%.
- Ante las repetidas declaraciones del presidente Trump afirmando que se estaban manteniendo conversaciones entre ambos países y que se podría alcanzar un acuerdo en las próximas semanas 2, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, respondió el 25 de abril en un mensaje publicado en X: «China y Estados Unidos NO están manteniendo ninguna consulta ni negociación. Estados Unidos debe dejar de sembrar la confusión».
Notas al pie
- The State of Southeast Asia 2025 Survey Report, ASEAN Studies Centre, 3 de abril de 2025.
- En su entrevista con la revista Time, publicada el 25 de abril, el presidente estadounidense declaró que Xi Jinping le había llamado.
Jorge Castañeda: Auge de productos chinos: ¿complicidad o irresponsabilidad?
Para todos queda claro ya que el verdadero blanco de los disparos comerciales de Donald Trump es China. Partiendo de un creciente consenso estadounidense sobre el surgimiento de una nueva guerra fría entre ambas superpotencias —expertos desde Robin Niblett hasta Graham Allison lo vienen advirtiendo desde tiempo atrás— el ocupante de la Casa Blanca dirige la mayoría de sus obuses contra la economía china. Asimismo, busca aliados en su combate a Beijing, desde Vietnam y Malasia, hasta México, la India y en alguna medida a la Unión Europea.
Su queja principal radica en el déficit norteamericano con la nación asiática, los subsidios y otras prácticas comerciales injustas, el robo de propiedad intelectual, y la triangulación de las exportaciones chinas a Estados Unidos vía ventas o inversiones en terceros países. Entre ellos figuran Vietnam, Camboya, Canadá y, desde luego México. Nuestras cifras, subrayadas hace tiempo por Rogelio Ramírez de la O, el entonces secretario de Hacienda, parecen confirmar la acusación trumpiana. Son, hasta cierto punto, inverosímiles. La pregunta obvia: ¿Cómo llegamos a eso, en tan poco tiempo?
En 2018, el año previo a la llegada de López Obrador a la Presidencia, nuestras importaciones procedentes de China sumaron 83 mil millones de dólares; el déficit, 76 mil millones. Para 2024, el último año de AMLO, las compras mexicanas a China alcanzaron la increíble cifra de 120 mil millones de dólares, y el déficit a 110 mil millones. El aumento fue de aproximadamente 50% en seis años. Si nos vamos a 2016, el incremento es de casi el doble. La proporción entre importaciones y exportaciones se elevó a una proporción de once a una: algo prácticamente desconocido en el comercio internacional.
Es cierto que nuestra capacidad de comprar mercancías baratas y de mala calidad es casi infinita. Los centros de una multitud de ciudades mexicanas se han llenado en tiempos recientes con tiendas chinas, con productos chinos, con dependientes chinos. Pero ese no es el problema que le preocupa a Trump. Su obsesión son las reexportaciones chinas de México a Estados Unidos, y en algunos casos las inversiones, a veces imaginarias como en el caso de la automotriz BYD.
Así pasamos a una segunda interrogante: ¿las autoridades sabían lo que ocurría y se hicieron de la vista gorda? ¿O ni siquiera se percataron del verdadero estallido de las adquisiciones dizque mexicanas de bienes chinos para ser enviados a Estados Unidos? López Obrador designó a tres secretarias de Economía totalmente inadecuadas para el cargo; Banco de México no mandó señales de alarma, que se sepa; Hacienda avisó tarde. ¿Qué fue? ¿Complicidad o irresponsabilidad?
He creído siempre que AMLO y Sheinbaum no comen lumbre. Al igual que todos los presidentes de México desde Venustiano Carranza, por lo menos intuitivamente han entendido que México no puede permitirse el lujo de acercarse, ni siquiera de coquetear, con los enemigos de Estados Unidos. Nadie lo ha hecho. Pero no es imposible que López Obrador haya sido informado de la forma en que se dispararon las importaciones desde China, y que optó por ignorar la información y no reaccionar para frenarlas. O por lo menos detener las que evidentemente se enviaban a México para ser enseguida reencaminadas hacia Estados Unidos.
Hoy México sufre las consecuencias de la desidia o la connivencia de López Obrador. Trump nos obliga a elevar aranceles a los productos chinos, a crear una comisión de inversión extranjera para filtrar las inversiones chinas, y a clausurar —aunque sea a la mexicana, o sea de a mentiritas— los negocios que venden baratijas chinas en los tianguis o equivalentes de las ciudades de la República. No existe la menor posibilidad de que las tres funcionarias encargadas de monitorear estos procesos y cifras sean llamadas a cuentas. Ocupan cargos importantes en el actual gobierno. Y obviamente López Obrador jamás deberá responder por alguno de sus errores, mentiras o engaños. Pero las consecuencias de los actos de todos ellos ya las vivimos todos los mexicanos. Aunque muy pocos se den cuenta.
Jorge Castañeda: The rise of Chinese products: complicity or irresponsibility?
It’s now clear to everyone that the real target of Donald Trump’s trade attacks is China. Based on a growing American consensus about the emergence of a new Cold War between the two superpowers—experts from Robin Niblett to Graham Allison have been warning about this for some time—the occupant of the White House is directing most of his attacks against the Chinese economy. His main complaints are the US deficit with the Asian nation, subsidies and other unfair trade practices, intellectual property theft, and the triangulation of Chinese exports to the United States via sales or investments in third countries. The obvious question: How did we get to this point in such a short time?
In 2018, the year before López Obrador took office, our imports from China totaled $83 billion; the deficit, $76 billion. By 2024, AMLO’s final year, Mexican purchases from China reached the incredible figure of
This brings us to a second question: Did the authorities know what was happening and turn a blind eye? Or did they not even notice the real explosion of so-called Mexican purchases of Chinese goods to be shipped to the United States?
Indo-Pacific Monitor ®
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