Chile: ¿Seguirá diciéndole no al progreso?-Iris Boeninger

Chile: ¿Seguirá diciéndole no al progreso?-Iris Boeninger

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Chile enfrenta la pérdida de un gran líder como Sebastián Piñera. ¿Qué es lo que sitúa al ex Presidente como un líder? Su liderazgo fue mucho más allá de la gestión misma o de la dirección de equipos. Se amalgamaban en él una serie de cualidades, desde la audacia, el coraje, la libertad, su capacidad de anticipación, hasta la capacidad de inspirar una visión compartida o hacer aflorar todo el potencial de las personas. Suma sin duda su amor por Chile, por sobre todo, junto a su respeto y defensa de la democracia.

El sistema político funciona por la fortaleza de sus instituciones y el comportamiento de los actores políticos. La eficacia de la democracia depende en gran medida de liderazgos que vayan más allá de la sola figura presidencial, ya que son necesarios en cada uno de los dirigentes políticos.

El liderazgo se ha convertido en un activo intangible de gran valor para el desarrollo de un país, que enfrenta cada vez situaciones más complejas junto a graves desequilibrios.

¿Qué características marcan a un líder? Un líder audaz es aquel que no tiene temor en aventurarse en lo desconocido, desafía convenciones y es capaz de tomar decisiones valientes, acompañado del coraje y la determinación para explorar ideas nuevas, asumiendo riesgos calculados.

El líder también debe tener la capacidad transformadora y debe priorizar el hacer crecer y brillar a su equipo de trabajo, lo que además de elevar el desempeño individual, le otorga un sentido de pertenencia y compromiso. Un equipo que brilla colectivamente resplandece en sus logros.

Liderar desde propósitos y objetivos requiere de la innovación y de nutrir la creatividad fomentando un ambiente en aprendizaje constante, que se extiende a procesos y formas de pensar, generando flujos de mejoras y adaptaciones o correcciones cuando haga falta. Esto hace un líder humilde, que no teme cuestionar prácticas establecidas, sino que también se juega en condiciones adversas, a pesar de las encuestas.

En Chile ha disminuido la posibilidad de ejercer liderazgos, ya que muchos se han ido convirtiendo en esclavos de las encuestas, guiándose a veces por las exigencias mediáticas, más que por las opciones de fondo.

Líder se nace, no se hace. Sin embargo, lo situacional puede en momentos sacar capacidades de liderazgo que no habrían salido a la luz. Hoy los líderes o lideresas se enfrentan a groserías en el Congreso, gritos en las conversaciones, insultos en las redes y hasta en los medios de comunicación. En medio del fuego cruzado, los ciudadanos tienen que sobrevivir en un ambiente cada vez más tenso y enrarecido.

Es en estos tiempos críticos que vivimos, en los que la valoración de los representantes y la confianza en las instituciones parece flaquear, debemos recuperar la llamada “inteligencia del pacto” con el objetivo de recuperar la ilusión colectiva que se ha perdido en Chile.

Nadie cree que se terminará la inseguridad, que no deberá hacer una cola para atenderse en FONASA, que cobrará una pensión mayor, que sus hijos aprenderán estudiando o simplemente que tendrán la tranquilidad de tener empleo y que el dinero les alcance.

La repentina y temprana partida del ex Presidente Sebastián Piñera nos enfrenta con mayor crudeza ante la evidencia de que sin proyectos colectivos y futuros compartidos no hay posibilidades individuales sostenibles de desarrollo y realización, y nos reafirma la importancia de mantener una comunicación clara y dialogante con tal de llegar a acuerdos transversales.

Es esencial la comunicación política y la importancia de comunicar con valores como sinceridad y transparencia, empatía, sensibilidad, colaboración, humildad y ejemplaridad. Esto es un cambio de paradigma, no solo para una comunicación más eficiente, sino para una comunicación más democrática.

La polarización avanza, se generan grietas, creándose trincheras que no solo resquebrajan los consensos básicos, sino que las diferencias se sienten como abismos insalvables a nuestros pies. Por ello, la política debe recuperar las esperanzas que hagan posible lo necesario y urgente lo posible.

La llamada “inteligencia de pacto» apunta precisamente a que solo podremos enfrentar la adversidad y construir futuro estrechando lazos de cooperación. El giro que tuvimos como país hacia posiciones más extremas le ha pasado además la factura a la economía. Estas circunstancias obligan a que los partidos políticos repiensen su estrategia de alianzas, llevando a cabo todos los pactos necesarios para ofrecerle a la ciudadanía un futuro claro.

Construir un denominador común es indispensable para resolver temas muy variados, con vinculaciones entre sí, por lo que es fundamental consolidar en equipo y en acuerdo entre varios partidos políticos, una visión de país y una estrategia de desarrollo. No podemos obviar esta responsabilidad a la que se nos convoca. (El Líbero)

Iris Boeninger