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CEP: Chilenos que se declaran católicos caen al 55% y 61% cree en el «mal de ojo»

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FOTO: HANS SCOTT / AGENCIAUNO

Una brusca caída registró el porcentaje de chilenos que que se declara católicos según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos revelada hoy, en un año marcado por la crisis de la iglesia por los casos de abusos que son investigados por la justicia. Según el sondeo, la cifra de católicos pasó de un 69% en 2008 a un 55% en 2018, mientras que las personas que no se identifican con ninguna religión crecieron de un 11% a un 24% en el mismo período. Respecto a la confianza en la Iglesia Católica, esta cayó del 51% a un 13% en 10 años. «No es que la gente haya dejado de creer, sino que hay una desconfianza creciente en las iglesias» .

«Se trata de un desplome de confianza», aseguró Ricardo González, coordinador del programa de opinión pública del CEP. Consultado sobre el efecto de los casos de abusos sexuales en esta percepción, González agregó que «hay estudios internacionales que hacen ese vínculo y existe (…) no es que la gente haya dejado de creer, sino que hay una desconfianza creciente en las iglesias», explicó. En tanto, en el caso de la iglesia evangélica, el porcentaje de personas que profesan esa religión pasó de un 16% a un 17%.

Además, la encuesta consultó sobre algunas creencias específicas, más allá de las religiones. En ese contexto, el 61% de los consultados cree en el mal de ojo, cinco puntos más que en la Virgen, y un 54% cree en la energía espiritual de la naturaleza. Tras estos, se ubica la creencia en los santos (52%), los poderes sobre naturales de nuestros antepasados (51%) y la reencarnación (45%). Base de la encuesta

Según informó la CEP, la recolección de datos se efectuó entre el 19 de octubre y el 25 de noviembre de 2018, incluyendo a una población urbana y rural mayor de 18 años. La muestra incluyó a 1.402 personas, entrevistadas en sus hogares, en 140 comunas del país. Agregaron que el error muestral se estima en 3%. ¿En qué creen los chilenos? Personas que dicen «decididamente sí» o «probablemente sí» ante los siguientes temas: Tema % El «mal de ojo» 61% La Virgen 56% La energía espiritual localizada en montañas, lagos, árboles o cristales 54%. Los santos 52%. Los poderes sobrenaturales de nuestros antepasados muertos 51%. La reencarnación 45%.

ANÁLISIS DE EXPERTOS

Es un antiguo dicho que viene de la tradición campestre chilena: «comulgar con ruedas de carreta». Se trata, en simple, de la obligación de creer en algo inverosímil, contrastando de manera exagerada la figura de la hostia con la pieza del vehículo rural, que no podría caber en la boca.

Eso es lo que dice Cristóbal Bellolio —doctor en Filosofía Política, académico de la Escuela de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez y autor del libro «Ateos fuera del clóset»— que ha pasado con la sociedad chilena: «Las personas ya no comulgan con ruedas de carreta», asegura.

Lo dice a la luz de los resultados revelados este martes por la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP). «Eso quiere decir que la sociedad chilena se está secularizando en general y no necesariamente hay un trasvasije de lo que pierden los católicos hacia los evangélicos. El mundo religioso en general, sumando católicos y ateos, se contrae», afirma. Los datos lo respaldan: la población evangélica descendió un 1% en estos diez años, pasando de un 17% a un 16%.

Sobre las causas detrás de las cifras, Bellolio señala una que está a la vista. «Los abusos en la Iglesia tienen una responsabilidad directa en el descenso del catolicismo: la pérdida de credibilidad de la Iglesia como institución está vinculada con aquella gente que ya no se quiere declarar católica», señala.

Y es que los últimos años se han destapado más escándalos dentro de la institución que los que se hubieran conocido antes en el país: el caso Karadima, abusos en iglesias regionales, la condena de John O’Reilly, las situaciones denunciadas por monjas, el encubrimiento que se le investiga a altas jerarquías eclesiales. Y parece haber todavía cosas por destapar.

RESPONSABILIDAD DE LOS ABUSOS

«Debería haber otras razones para que la gente se aleje de las religiones y no esta», opina el abogado de las víctimas de Fernando Karadima, Juan Pablo Hermosilla. «Esto habla de lo mal que ha estado administrado el tema por la jerarquía local en Chile».

Para él, previo a los resultados de la CEP, hay una imagen que grafica la situación: la del cardenal Francisco Javier Errázuriz acogiéndose a su derecho a guardar silencio cuando se le llamó a declarar ante Fiscalía. «Se le estaba investigando como encubridor de abuso sexual a menores… A mí me parece que la escena habla por sí misma de esta crisis. Y me da pena», admite.

Aclara que no se identifica como creyente, que de hecho es ateo, pero que la crisis de la Iglesia le preocupa. «La religión en una sociedad democrática es fundamental, y es fundamental también que se construyan espacios religiosos como un lugar seguro para mujeres y jóvenes en cuanto a la protección de sus derechos», expone.

«Parece ser que, como no ha sido precisamente esa la línea que han adoptado parte de los obispos en sus defensas, estos son los costos», concluye.

Bellolio, por su parte, admite que ello se conjuga también con una «caída reputacional de muchas de las instituciones que hace algunos años eran los bastiones morales de la sociedad chilena». Menciona algunas: el Congreso, los partidos políticos, el empresariado, las Fuerzas Armadas, Carabineros. También la Iglesia.

Pero tiene un matiz. «Creo que es un proceso que tiene que ver con una corriente de secularización cultural que empezó a penetrar en Chile a partir de la modernización capitalista y por lo tanto ya desde finales de los ’80 que esto se veía venir. Lo que hacen los escándalos de abusos sexuales es acelerar el proceso, pero la sociedad chilena ya estaba abandonando las expresiones de religiosidad», asegura.

OTRO CHILE

La tesis de Bellolio es más amplia, y va más allá de los abusos conocidos recientemente: las sociedades, al alcanzar «ciertos niveles de desarrollo material», tenderían a «abandonar las expresiones de religiosidad más tradicional».

«En sociedades donde se desarrolla el estado de bienestar, la gente siente que tiene menos vulnerabilidad frente a las contingencias del destino y eso hace que a la hora de tener un problema no recurran necesariamente al consuelo de la fe, sino que existen instituciones humanas que pueden ayudarlos a sobrellevar esos periodos difíciles», explica.

«En la medida en que la sociedad chilena se transforma en una sociedad más próspera y afluente en términos materiales, y más educada e individualista, en el sentido de ser celosa de su autonomía personal y de no querer que una institución venga a decirle cómo vivir o en qué creer, obviamente las instituciones jerárquicas y heterónomas (o que imponen reglas) como la Iglesia Católica pierden relevancia», comenta.

Para Sergio Carrasco, de Voces Católicas, las causas de ese descenso también exceden los escándalos conocidos. «Sin duda está ligado a los abusos sexuales, pero no es el único factor. La encuesta es muy clara en mostrar los fenómenos sociológicos y cómo se ha modernizado el país, y eso ha ido afectando las adhesiones«, dice.

«El grueso de población que hace todo este cambio más dinámico es la generación que nace después del ’80, que crece posterior a la dictadura. El país cambia y cambia el comportamiento de la persona, y el cómo quieres verte dentro de la sociedad», añade.

CREENCIAS DE LOS CHILENOS

La encuesta también reveló otras cifras: 61% de los chilenos creen en el «mal de ojo»; 54% en la energía espiritual localizada en elementos de la naturaleza como lagos, montañas o cristales; 51% en los poderes sobrenaturales de los antepasados y un 45% en la reencarnación.

Adicionalmente, un 80% afirmó creer en Dios, un 56% en la Virgen María y un 52% en los santos. Por eso Carrasco no cree que las cifras hablen de una sociedad que dejó de creer. «Chile sigue siendo un país altamente religioso y con costumbres religiosas, un país creyente, a pesar de los descensos de la Iglesia Católica, donde hay creencias que siguen asociadas al cristianismo», señala.

Da un ejemplo reciente: la peregrinación a Lo Vásquez el pasado 8 de diciembre, para la fiesta de la Inmaculada Concepción, que celebra a la Virgen. «En Chile hay un arraigo por la creencia y las demostraciones de religiosidad popular, es un tema cultural del país asociado a la religión. No es un país que vaya avanzando hacia la secularización: esto no responde a temas de fe, sino a cómo la institución ha respondido a los abusos sexuales», añade.

A Bellolio las cifras en cuanto a creencias específicas no lo sorprenden. «Debe haber resabios de creencias populares arraigadas en la sociedad chilena y debe haber también una cierta confusión entre cuáles son las creencias establecidas de las religiones y cuáles son las más paganas. Muchas veces la gente desarrolla su propio sincretismo y su propia combinación respecto de en qué cree», comenta.

A él, los porcentajes le calzan. Dice que si hubiera, por ejemplo, un 90% de personas que creen en el infierno, le extrañaría. La cifra en esta medición alcanza el 67%. «Me parece que es consistente con un 55% de católicos y un 16% de evangélicos. Si se declaran religiosos es porque creen en el pensamiento mágico y si creen en él, no es tan descabellado que crean en todas esas otras expresiones», finaliza.

Emol/Agencias

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