El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, reflexiona sobre el poder. Lo hace en una entrevista publicada hoy por Qué Pasa.
Ante la pregunta de quién es la persona más poderosa de Chile, el abogado contesta que la Presidenta Michelle Bachelet sigue siendo «muy poderosa».
A continuación, menciona a Eliodoro Matte Larraín como «un hombre muy poderoso». Habla del presidente del directorio de CMPC antes que estallará la llamada «colusión del confort».
«Eliodoro Matte es un hombre muy poderoso, tiene no solo dinero, tiene influencia, tiene una institución cultural estupenda que ha sabido manejar con gran sagacidad, con apertura (el CEP)», sentencia.
Explica que la figura del presidente del directorio CMPC es distinta la de Andrónico Luksic, porque a diferencia de este último, «Matte ha logrado hacerse de una institución productora de cultura, que no es poco. Algo que Luksic no ha hecho».
«Hay temas de talento, de sagacidad, de astucia, de habitusmantenidos por generaciones. A las fortunas más nuevas les cuesta más. Siempre el capital económico acaba transformándose o haciendo el esfuerzo por transformarse en capital cultural. Esto forma parte de la dinámica del poder», prosigue.
Frente a la consulta de si el ex Presidente Sebastián Piñera suma en sí mismo el poder político y económico, Peña acota que no necesariamente funciona así el asunto.
«El poder requiere cierta capacidad persuasiva, cierto carisma, cierta capacidad de ganar las lealtades de los demás. El poder es una mezcla de apego de las personas, y también de temor», ahonda el rector de la UDP.
De igual modo, declara que la Presidenta Bachelet sí sabe usar el poder, ya que «ha sido dos veces presidenta, no es poco». Aunque precisa que más bien la jefa de Estado «sabe acceder al poder».
«Una vez que tiene el poder parece desesperar, parece no sentirse del todo cómoda. Como si el poder fuera un objeto que se anhela, solo para cuando se le alcanza», arremete la autoridad académica.
Luego, Peña se refiere al caso de Enrique Correa, quien no tiene un cargo, no tiene una fortuna, ni carisma excepcional, pero que tiene un extraordinario poder.
«El caso de Enrique Correa es muy extraordinario. Es un tipo sagaz, inteligente, agudo, sobre eso no cabe ninguna duda. Se suma a ello que acumula gran capital social, gran cantidad de redes a las que accede porque ha hecho una larga vida política, un intercambio muy fuerte, con juegos de toma y daca. Él sabe usar bien eso que Marcel Mauss en su famoso ensayo sobre el don explicita: la idea del intercambio, de portarse generoso, de hacer regalos», afirma.
Cree que que el poder económico, sin duda, es el que más perdura. Y opina que «la influencia de la gente se gasta, se acaba, porque las audiencias se aburren, porque el sujeto se repite, su imaginación escasea, en fin».
