Carlos Larraín a Joaquín Lavín: “Para ser Presidente hay que demostrar un...

Carlos Larraín a Joaquín Lavín: “Para ser Presidente hay que demostrar un cierto calado”

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El ex senador Carlos Larraín habla rápido, intercalando dichos populares y palabras poco usadas. Al teléfono, dice que pronto volverá a Magallanes donde está su estancia de casi 100 mil hectáreas, que no ha sido llamado para ser panelista del nuevo ciclo del programa “Estado Nacional” de TVN, y que está alejado del día a día de RN a pesar de que es parte de la comisión política de la colectividad.

Pero antes de ese viaje al extremo sur, aborda en esta entrevista algo que, dice, le interesa bastante: la integración social. Un tema que últimamente, el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, ha vuelto a sacar a colación al defender su propuesta de viviendas sociales en sectores acomodados de su comuna. Para Larraín, lo que está haciendo Lavín carece de fondo, lo define como un “volador de luces” y argumenta que la integración social se hace soterrando los cables de las calles, agrandando las veredas, con soleras bonitas “como en París o Washington” para así mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Además, dice que aún no tiene candidato presidencial, que no está de acuerdo con el control de identidad desde los 14 años y manda a estudiar a los creadores de la serie de televisión basada en la historia de su hijo Martín. “Le recomiendo a los autores de esas teleseries que lean la sentencia, pero claro, no son muy aficionados a la lectura”, dice.

Usted dice que no se llegará muy lejos con la construcción de viviendas cerca de Colón Oriente como lo ha propuesto el alcalde Joaquín Lavín. ¿De qué depende la integración social?
La integración social es un tema gordo, por así decirlo, ambicioso. No solo tiene que ver con las ubicaciones respectivas de las casas de los más ricos y la de los pobres. La integración social consisten a mi entender en que Pedro, Juan y Diego nos sintamos parte de algo más grande, que es o una ciudad, una comuna o el país entero. Y la verdad es que hoy en Chile hay muy pocos factores de interpretación de la vida colectiva, una frase rimbombante, pero que quiere decir: “¿Somos parte de algo?” o ¿somos solo unos ratones trabajadores que partimos en la mañana, volvemos a la casa en la tarde cansados a ver televisión?, una especie de seres programados, sin interacción con el prójimo.

El alcalde Lavín insiste en que la centro derecha debe poner como prioridad la integración social, llevando, por ejemplo, a personas de clase media a vivir en barrios de elite o promoviendo el Plan Machuca…
Los factores de integración social son mucho más profundos, y Lavín está pensando en un edificio, de cierta altura, en el borde de la avenida Colón en un barrio donde ya está instalada una clase media alta y donde existe hoy un centro comunitario que atiende a muchas personas mayores. Y se elimina el centro comunitario para hacer un edificio en altura y no digo que eso sea malo, que se compren a largo plazo y que sean baratas para gente que no tiene con qué, por supuesto que soy partidario de aquello…

¿Entonces cuál es su crítica?
No usemos grandes palabras para lo que son soluciones transitorias y puntuales. La integración social, para un señor que quiere ser Presidente de la República porque en el fondo el tema es ese, es una propuesta de mucho vuelo, no puede circunscribirse a la habitación popular.

¿Y cómo califica entonces esa propuesta del alcalde Lavín?
Mire, él por supuesto que tiene ambiciones presidenciales, pero para ser Presidente hay que demostrar un cierto calado, como los barcos grandes versus los barcos chicos. Los barcos grandes son los que mejor enfrentan las dificultades, las mares gruesas. Y yo estoy tratando de ayudarle a que él entienda mejor su papel. La sicología de él, es así, de hacer cosas rápido. Pero la vida de una comuna, tan rica como Las Condes, tiene que estar orientada al futuro y pasan y pasan los años y se tiran muchos voladores de luces pero no se ven los progresos definitivos.

«EN LUGAR DE PEDIR UNOS CUPOS PARA EL GRANGE…»

Otra propuesta de “integración social” es lo que ha presentado Evópoli con el plan Machuca, que propone integrar en colegios particulares pagados a alumnos que provienen de sectores vulnerables. ¿Está de acuerdo?
La municipalidad de Las Condes con los edificios escolares que tiene y la población escolar que tiene que es mejor entre comillas, culturalmente hablando que la del promedio de las escuelas municipalizadas chilenas, en lugar de pedir cupos en los colegios particulares es tener colegios municipales tan buenos como los particulares. En lugar de pedir unos pocos cupos para el Grange, ¿por qué no tenemos escuelas municipales equivalentes al Grange? Y así no tenemos que andar pidiendo servicios a los particulares.

Al igual que las viviendas sociales, cree que esa propuesta no va en el sentido correcto…
No, de nuevo. Es una cosa muy ficticia, tiene algún efecto de publicidad pero no atiende el fondo de las cosas. Oye si la política chilena tiene ese grave problema y lo tengo que decir con cuidado porque no se vaya a creer que me creo un profeta: la política chilena está totalmente periférica, pura epidermis, puros efectos sin preocupación por el fondo.

¿Y en su visión, qué tipo de medidas ayudan a la integración social?
Fui alcalde durante 16 meses. En ese tiempo, logré que se soterraran 10 kilómetros de cables aéreos. Es decir, recuperamos el horizonte y la posibilidad de mirar para arriba para los peatones. Hicimos el Visviri, que queda en Colon Oriente, en la avenida Apoquindo, en Isidora Goyenechea, en Alonso de Cordova…Eso costó US$9 millones y teníamos la tercera parte de los ingresos que tiene la municipalidad de Las Condes. Y con los fondos que tiene la comuna ahora cómo caramba no se hace un programa de soterramiento de 10 kilómetros de cables anuales, eso es imperdonable. Y no es solo soterrar cables, sino que haces veredas nuevas, anchas, caminables, parejitas, les pones soleras bonitas. Usted habrá visto la calidad de las soleras en París de Francia, o en Washington, pones árboles de la misma pinta, iluminación digna…Esas son cosas que te arreglan la vida fuera de la casa, del encierro del departamento…Hay que hacer mejores espacios públicos, eso ayuda a la integración social, hacer comunidad, “¿cómo está vecinita, cómo está usted vecino?”, pasear a los perros, a los niños, lo que es la vida en las ciudades italianas, todo el mundo a la calle después de las 19 de la tarde, en Chile todos encerrados a ver el último programa de televisión más tonto que el anterior.

Por lo que deduzco entonces de sus palabras, la gestión del alcalde Lavín no ha sido buena…
No, encuentro que son oportunidades perdidas las de Joaquín. Si quiere ser Presidente tiene que demostrar que cala hondo. Y que no se nos siga pasando el tiempo para hacer las cosas importantes y perdurables.

Veo que Lavín no es su candidato presidencial. ¿Quién es entonces?
No tengo pero tenemos varios donde elegir.

Y de los RN, Ossandón, Allamand o Chahuán…
Por ahí va lo mío, por ahí parto, pero no tengo aún.

¿Y qué le parecieron los dichos del senador Ossandón sobre que si Piñera no logra era capaz de traspasar su legado a otro gobierno este periodo era un fracaso?
Estoy 100% de acuerdo en que una de las maneras de juzgar un gobierno es ver si se proyecta. Y en eso Ossandón tiene toda la razón, está replicando algo que ha dicho el propio Piñera. Hay que ver cómo se sigue adelante y qué es lo que está pasando al gobierno: está teniendo que mejorar algunas de las malas políticas desarrolladas por el gobierno de Michelle Bachelet. ¿Pero cómo llegó ella al poder? Por las torpezas políticas insoldables que se cometieron en los últimos dos años del primer gobierno de Sebastián Piñera. Entonces tenemos esa experiencia dolorosa y queremos que no se repita.

¿Y cree que el gobierno de Piñera está obsesionado con la figura de Michelle Bachelet, como se ha dicho?
Bachelet dejó gravísimos problemas que en la sociedad chilena, entre otros el educacional. Y no hace falta estar sacando eso a la pizarra todo el tiempo. Lo que sí, es que duele un poco su conducta en el caso de Venezuela. Y eso es lo que ha hecho Piñera, preguntarse si somos tan amigos de los Derechos Humanos. Bachelet vivió al pie del muro de Berlín durante muchos años y estudió medicina en Alemania Oriental y nunca vieron ningún problema con los derechos humanos, ¿por qué? Porque era un régimen de izquierda. Entonces Piñera lo único que ha hecho es señalar una contradicción y eso es legítimo.

Se lo preguntaba porque Ossandón también cree que el gobierno debe dejar de hablar de Bachelet y preocuparse de otros temas, que eso era puro costo…
Sí, le encuentro razón en eso a Ossandón. Este gobierno está abordando muchas cosas, y digo abordando porque están viendo cómo se arreglan los cuatro años negativos que tuvimos. Si nos concentramos en la figura de Bachelet es un esfuerzo un poco perdido pero está bien que se señalen sus contradicciones.

CONTROL DE IDENTIDAD: «14 AÑOS ES UN LÍMITE MUY BAJO…»

¿Está de acuerdo con el control de identidad desde los 14 años?
En Chile tenemos una población penal gigantesca. Hay muchos niños, menores de 16 años, que están interviniendo en la vida delictual. Creo que en esta discusión que se aproxima hay que atender a los datos sociológicos, criminalísticos, sobre qué efecto real tiene el control de identidad. He leído opiniones de personas que me merece todo el respeto en contra de este tema. A mi parecer, 14 años es un límite muy bajo, si se propone debe ser entorno a los 16…

¿Por qué?
Porque es lo más realista. Hay un cierto practicismo que hay que tenerlo en cuenta, no solo se trata de echar a los cabros a la cuca para que se vayan presos, sino que se les puede llevar a la comisaría, que se enfríen un poco, quizás se les pase la mona, la angustia de la droga, puede servir en ese sentido práctico…

¿Y cree que aporta al debate una foto como la que subió el diputado de RN, Gonzalo Fuenzalida, con la caricatura de un niño con la frase “No todos los niños son blancas palomas”?
Desgraciadamente, uno lee las noticias en los diarios y cuando se ve las listas de los detenidos y sus edades, hay muchos niños menores de 16 años, es una realidad, eso es lo que quiso decir el diputado Fuenzalida, no está diciendo que todos los niños son unos vándalos, no se ha descubierto el nicho de impulsar cabros chicos a la delincuencia porque no pueden ser enjuiciados y eso es dirigido por mayores…

No son pocos los que dicen que entonces la solución tiene que venir antes de que se cometan delitos, un control de identidad no aportaría a eso…
Estoy de acuerdo y la solución va por afirmar la familia. ¿Y cómo está la familia chilena? Esta requeteaporreada. Primero, tiene problemas económicos, inestabilidad en el empleo, tironeo consumista y una tasa de ilegitimidad o de nacimientos extramatrimoniales como se dice con exactitud, del 75%. ¿Usted sabe cuánto es la tasa de divorcio en Chile? 80%. Hay que anticiparse a esto, ir más a fondo y más lejos, quizás la pura represión no baste.

 

Cuando su hijo Raimundo Larraín fue nombrado como jefe en Educación General vinieron muchas críticas y una de la más dura fue la del senador Alejandro Guillier que acusó nepotismo. Usted le escribió un mensaje pidiéndole que rectificara sus dichos. ¿Le respondió?
No, no respondió ni acusó recibo. Mi carta no podía ser más conciliadora y moderada, yo apelaba a su sentimiento de padre porque él también tiene hijos y no reaccionó. Le único que le decía es que no tenía nada que ver en la designación de este señor. Por supuesto que no en la designación porque no estaba en posición de designarlo, pero ni tampoco en la propuesta, yo estaba en Magallanes. Él me llamó, me dijo que le estaban ofreciendo esto y yo le dije: “Te vay a meter en un jaleo de la gran madona por ser hijo mío”. Le pregunté a Guillier si mis hijos podían participar del servicio público. Eso es feo.

La semana pasada se estrenó una nueva serie en Mega que está basada en el caso de su hijo Martín. ¿Qué le parece que se hagan producciones de ficción relacionadas con ese caso?
No, no la he visto y no sabía que se había estrenado. Nuestro hijo fue absuelto en tres sentencias en las que intervinieron al menos 14 jueces y que la Fiscalía que lo persiguió de manera carnicera fue acusada de esconder evidencia al Tribunal, así de grave, de falsear pruebas. Y a los fiscales no les pasó nada, por supuesto. O sea, le recomiendo a los autores de esas teleseries que lean la sentencia pero claro, no son muy aficionados a la lectura.

La Tercera/Agencias

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