Esta semana se cumplieron 100 días de la muerte del ex Presidente Sebastián Piñera. La partida de quien fuera el líder más importante de la centroderecha en Chile, se dio en un momento crucial para la coalición política del ex Mandatario, que debe enfrentar una elección municipal en pocos meses. Al mismo tiempo, Chile Vamos se enfrenta al desafío de renovar las alianzas, ante la consolidación del Partido Republicano en la derecha, y el surgimiento de nuevos movimientos en el centro político. Todo en un contexto donde las encuestas los favorecen para volver al gobierno y que se ha producido una revalidación de dos de las agendas más emblemáticas del sector: seguridad y crecimiento económico.
En esta entrevista, Cristián Larroulet, quien fue ministro de la Segpres durante todo el primer gobierno de Piñera y jefe del segundo piso durante el segundo, aborda cómo han sido estos tres meses sin el ex Mandatario y cómo observa el presente y futuro de Chile Vamos. Desde Estados Unidos, el economista y académico de la Universidad del Desarrollo asegura que le gustaría que Chile Vamos acogiera «algunas de las ideas que el Presidente en su momento les planteó. por ejemplo, que la institucionalidad sea mucho más sistemática, que haga mucho más trabajo de anticipación». Sobre el heredero del ex Presidente es claro: «No tengo ninguna duda de que Matthei es una persona que tiene esas condiciones. Podría ser una gran Presidenta de Chile».
–Usted estuvo en los ocho años de los dos gobiernos del Presidente Piñera trabajando codo a codo con él. Primero en la Segpres y luego como jefe del segundo piso. En lo personal, ¿Cómo han sido estos 100 días sin el ex Presidente?
-Hay una sensación de vacío, de ausencia. O sea, el otro día una persona me decía que una señora del mundo popular le preguntaba ‘¿Quién se va a hacer cargo de esto? ¿Quién se va a preocupar de esto ahora? Porque él tenía una energía, una pasión y un sentido de patriotismo gigantesco’. Entonces hoy día, frente a los miles de problemas que tiene el país, mucha gente siente eso, se siente un poquito huérfana, porque sabía que había una persona que estaba preocupada por los asuntos del país. Entonces, yo diría que esa es la sensación general y que yo también percibo.
«GOBIERNO DE BORIC HA SIDO POCO CAPAZ»
-¿Y en Chile Vamos nota esa ausencia?
-Sin lugar a dudas, se nota. Pero yo veo a los dirigentes de Chile Vamos muy conscientes de eso. Muy conscientes de que hoy día, más que la figura de una persona, es la institucionalidad de Chile la que tiene que trabajar más y mejor para cubrir esa ausencia de la que estamos hablando. Me parece a mi que eso se está haciendo con problemas, con éxitos, con fracasos. Pero me parece que los presidentes de los partidos están haciendo ese trabajo.
-¿Echa de menos algo en este trabajo?
-Me gustaría a mí que se acogieran algunas de las ideas que el Presidente en su momento les planteó. Por ejemplo, que la institucionalidad sea mucho más sistemática, que haga mucho más trabajo de anticipación, mucha más preparación de escenarios, de políticas públicas. Uno de los grandes legados del Presidente Piñera fue la cantidad de equipos que armó. El mejor ejemplo es que el día anterior de su muerte estaba hablando con el Presidente Boric para entregarle un plan de emergencia por los incendios en Valparaíso. ¿De qué te habla de eso? Que había equipos y que para todos los problemas que tiene Chile hoy, hay muy buenos equipos. Uno de los grandes desafíos de Chile Vamos es darle más institucionalidad a ese trabajo.
-¿Cómo era el Piñera más íntimo?
-Era una persona con un increíble sentido del deber. Siempre llegaba en la mañana lleno de energía, de ideas, de sugerencias, con información nueva. Se exigía él mismo y le exigía mucho a sus equipos. Pero a la vez, y esta parte es menos conocida, fue muy comprensivo en lo humano. Yo, por ejemplo, he grabado en mi mente momentos en que les decía a sus ministros ‘¿Por qué no se toma un descanso el fin de semana? Usted está deteriorando su capacidad personal porque no está descansando como corresponde’. Entonces, era muy humano en ese sentido, muy comprensivo. Esa faceta, muchas veces por una razón de timidez o a veces, él decía, por la educación que recibió de chico, no se reflejaba con claridad.
-¿Cuándo fue la última vez que hablaron y de qué tema?
-Tuvimos dos conversaciones. Una, un almuerzo en donde habían varios ministros y donde la conversación en general surgió sobre experiencias del gobierno. Los dos gobiernos de Piñera. Pero esa no fue la última. La última fue pocos días antes que falleciera, en el lanzamiento del libro sobre el problema de la Araucanía de Pablo Urquizar. Lo que se hizo en el gobierno del Presidente Piñera en materia de La Araucanía, es una de las tareas menos conocidas de lo que él hizo. Él dedicó mucho tiempo al tema del conflicto en La Araucanía. En esa vez, en el lanzamiento del libro, fue una instancia para comentar brevemente eso.
-¿Cuál cree usted que es el gran legado que dejó Piñera?
-En el siglo 20 en la política chilena prácticamente no hubo gobiernos de centroderecha. La mayoría de los gobiernos fueron de izquierda a centroizquierda. Mientras que Piñera, con su acción, su voluntad, su capacidad, más los partidos de centroderecha, lograron en el siglo 21 tener dos gobiernos. Ese es un gran legado. El otro gran legado, que antes se criticaba, es la importancia de la gestión, de hacer las cosas bien. Y ese es un contraste muy marcado con el gobierno del Presidente Boric, en el sentido de que ha sido un gobierno muy poco capaz.
El tercer legado es que los gobiernos tienen que anticiparse a los problemas y trabajar en mejorar las instituciones. El tener una institucionalidad mejor dotada para enfrentar no solamente crisis económicas, sino que también las crisis de infraestructura, terremotos, la sequía. Entonces, en esencia, el gran legado es demostrar que el país se beneficia con un gobierno de centroderecha, porque la centroderecha tiene ideas que son, especialmente hoy día, las que el país valora. En el tema del crecimiento económico, del orden público, la centro derecha lo sabe hacer bien.
«MATTTHEI PODRÍA SER UNA GRAN PRESIDENTE»
-¿A quién ve como sucesor o sucesora del liderazgo de Piñera?
-No tengo ninguna duda de que Evelyn Matthei es una persona que tiene esas condiciones, podría ser una gran Presidenta de Chile. Y ahí es donde yo confío en la institucionalidad de los partidos de la centro derecha, que van a ser capaces de elegir, de seleccionar los candidatos más adecuados, de armar los equipos. Creo que sin lugar a dudas Matthei es hoy día la que tiene esas condiciones y esa oportunidad.
-¿Ve chances de que la centroderecha pueda llegar nuevamente a La Moneda?
-Yo creo que sí, el país anhela con mucha fuerza tener un país que vuelva a progresar, un país unido, un país donde haya orden, haya seguridad, donde se resuelvan los problemas urgentes. Hay una gran oportunidad de volver a ser gobierno. Confío y soy optimista en que se va a poder satisfacer ese anhelo ciudadano.
-¿Qué lecciones se pueden sacar de los dos gobiernos anteriores de cara a un eventual nuevo gobierno del sector?
-Los países no progresan y la democracia se deteriora cuando no hay orden, cuando no hay seguridad. La lección principal es que se puede hacer un gobierno que vuelva a crecer, un país que vuelva a progresar, un país que esté unido en un desafío grande. Yo creo que los chilenos estamos cansados de peleas, estamos cansados de cosas chicas. Pero queremos hacer las cosas bien.
-Usted fue una de las cabezas detrás de los dos programas de gobierno del Presidente Piñera. ¿Qué temáticas deben estar presentes en una propuesta de gobierno del próximo candidato o candidata del sector?
-Es urgente la seguridad y es urgente volver a crecer. Volver a crecer es plantearse una meta de crecimiento. Yo he dicho que no hay ninguna razón para que Chile no vuelva a plantearse una meta de crecer al 4%. Y para eso hay muchas cosas que hacer. Yo creo que en esa materia, por ejemplo, hoy día, las alzas de impuestos que se está planteando o la reforma previsional, cómo se está planteando, son equivocadas.
-¿Cómo ve la relación entre las dos almas de la derecha? ¿Deben competir o actuar con pragmatismo en los desafíos electorales de este y el próximo año?
-Yo ahí me cuelgo de nuevo en las palabras del Presidente. El Presidente Piñera siempre dijo que tiene que ser una alianza amplia, que recoja a todo el mundo que estuvo por el Rechazo el 4 de septiembre del 2022. Es decir, gente de la centroizquierda, del centro, gente del mundo de la centroderecha, de la derecha, tienen que estar unidos en esto. Ahora, las fórmulas y el detalle técnico de cómo se hace eso, ya es parte propia de la pega de los partidos, pero aquí lo importante es mostrar un proyecto unido, un proyecto de país que convoque a la gran mayoría de los chilenos. O sea, que se convoque decididamente a todos los que fueron parte del Rechazo el 4 de septiembre del 2022.
-¿Cuál cree usted que sería un buen resultado para las elecciones de octubre? ¿Qué se juega Chile Vamos?
-Hay que darle mucha relevancia e importancia a las elecciones municipales. La experiencia chilena siempre muestra de que la elección de los gobiernos locales tiene una cierta capacidad predictiva de lo que va a ocurrir en las elecciones parlamentarias y presidenciales. Ahora, además de eso, nosotros creemos mucho, como concepto, como doctrina, la importancia del gobierno local. Por lo tanto, en sí mismo son muy relevantes. Entonces, yo espero que haya un buen resultado y un buen resultado es la esperanza que tenemos todos, tanto por la calidad de vida de los chilenos, los gobiernos locales, como también el precedente para la próxima elección parlamentaria y presidencial.
-¿A usted le gustaría que hubiese más ex ministros del ex Presidente o más figuras del piñerismo dispuestas a competir? ¿O usted cree que se está dando bien eso?
-Todavía falta para saber el resultado final. Sin embargo, yo creo que uno de los grandes legados del Presidente Piñera es que durante los dos gobiernos se formaron nuevas generaciones de servidores públicos.
«El 6% tiene que ir a la cuenta de ahorro individual»
-¿Cómo ha visto el gobierno del Presidente Gabriel Boric?
-No lo he visto bien. Creo que se han cometido muchos errores, sobre todo al principio se intentó con la nueva Constitución que fuera una especie de programa de gobierno y afortunadamente eso fue rechazado. Creo que ha habido aprendizaje en el último tiempo, pero le falta, y le falta porque hay una nube ideológica y poco realismo y pragmatismo. Aunque se está aprendiendo. En estos días especialmente el Presidente ha sido explícito respecto a eso. Ahora, lo importante es tomar medidas en concreto, por ejemplo que en el tema de pensiones esta discusión no puede ser del 6% o no. Aquí lo que el país necesita es un aumento de las pensiones y para que haya aumento tiene que haber mayor cotización, mayor ahorro y tiene que haber un sistema que entregue tranquilidad y confianza a las personas. Y las personas hoy día quieren que esa plata vaya a su cuenta de ahorro personal. Y si queremos proteger algún sector porque tiene pensiones que son muy bajas, bueno, hagamos un trabajo ad hoc a eso y no dañemos el sistema.
–¿Debe Chile Vamos flexibilizar su postura para sacar adelante la reforma de pensiones o debe mantenerse en el 6-0?
–El 6% tiene que ir a la cuenta de ahorro individual. Hay otras ideas que podrían tratar de paliar a grupos específicos que tienen una situación de pensión más delicada, por ejemplo las mujeres. Pero hay que recordar también que la propuesta del gobierno quiere cambiar la organización de la industria de pensiones en el país y esa organización que se quiere cambiar genera incertidumbre en el largo plazo, que es gravísimo. Entonces no hay que seguir intentando insistir con una fórmula que no es la que el país requiere.
-¿Y la reforma tributaria? Usted también mencionaba que va por el camino equivocado.
-Si seguimos insistiendo en que va a haber una alza de impuestos y que se va a gravar el ahorro y la inversión, eso no ayuda. Pero hay instrumentos, hay mecanismos y en este último tiempo hay personas que han hecho sugerencias de mecanismos más graduales para aumentar los tributos, especialmente los tributos que no graven el ahorro y la inversión. Se han planteado sugerencias, pero no hay que insistir en aquellas que está demostrado que no sirven.
-Otro dos temas que han estado en el centro de la discusión son la condonación del CAE, que se ha reactivado, y la ley corta de Isapres….
-Creo que es urgente plantear decididamente resolver el problema de salud. Se puede, pero para eso se necesita una alianza público-privada, no esta idea de que hay que matar al sector privado en salud. Respecto a la condonación de la deuda del CAE, eso es un retroceso en materia de distribución del ingreso gigantesco, porque las personas que estudian en la educación superior pertenecen y van a pertenecer al 10% de mayores ingresos de la población, entonces las prioridades en educación son la educación preescolar, los jardines infantiles, para que las madres puedan salir a trabajar, la calidad en la educación básica y media. Hay mucho por hacer y no podemos destinar el 70% de los recursos a algo que va a beneficiar a un porcentaje muy pequeño de los chilenos.
-Con Edgardo Boeninger han sido los únicos ministros Segpres que han logrado permanecer durante todo un gobierno. ¿Cómo ve hoy la relación entre el Ejecutivo y el Congreso?
-Es muy difícil la tarea de ministro Segpres que ocupa Álvaro Elizalde. Y es muy difícil porque tenemos un problema con el sistema político que creo hay que corregir. Y esa es otra tarea urgente. No se puede gobernar con 21 partidos políticos. Hay sugerencias, hay propuestas que se están debatiendo. Pero cuando uno ha vivido esa experiencia, se refuerza la necesidad de que hay que poner estas normas o estos perfeccionamientos en el sistema electoral.
-¿Cómo ve las llamadas volteretas del Presidente en las que ha tendido hacia posturas más moderadas con respecto a como llegó a La Moneda?
-Yo lo considero como un aprendizaje de realismo y me parece bien todo lo que apunte en la dirección de hacer las cosas mejor. Ahora, tiene que traducirse en hechos concretos.
«18-O FUE GOLPE DE ESTADO FALLIDO DEL PC, EL FA CON APOYO CUBANO VENEZOLANO»
-¿Cree que las posturas refundacionales de la izquierda quedaron sepultadas con el rechazo a la propuesta de la primera Convención o podrían resurgir en un mediano plazo?
-Sería un error pretender que esas ideas van a desaparecer. Nosotros vivimos hoy día en un mundo crecientemente global y muchas de estas ideas están hoy en el mundo. Pero la tradición chilena, la sabiduría chilena, la propia experiencia del gobierno del Presidente Piñera, demuestra que esas ideas son equivocadas. Son ideas que, de prosperar, dañan la democracia, impiden que los países progresen, impiden que los países vivan en paz. Hay que estar atento a que eso no resurja. Y la mejor manera de que eso sea así, es trabajando para tener un gobierno de centroderecha.
-Con el paso del tiempo, ¿cómo evalúa el rol que cumplió la oposición al gobierno de Piñera para el estallido de 2019? ¿Para usted fue un intento de golpe no tradicional?
-Hoy hay una especie de consenso de que fue un intento de golpe de Estado fallido. Que detrás de eso estuvo la izquierda más extrema, y ahí incluyo el Partido Comunista, incluyo al Frente Amplio, incluyo a los países y los gobiernos más de izquierda de América Latina, como Venezuela y Cuba. Y también se explica por la falta de progreso económico, especialmente por reformas que se hicieron en el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet.
-¿Cree que esos gobierno que menciona intervinieron en desestabilizar?
-Hicieron uso de las técnicas que se utilizan hoy día en el mundo, que son básicamente a través de redes sociales. Eso está ya investigado y demostrado. Los libros de Moisés Naím explican muy bien cómo funcionan este tipo de procesos.
-Usted nombra al PC y el FA, pero ¿qué le parece el rol que tuvieron los partidos de la ex Concertación?
–La izquierda democrática, la izquierda tradicional, el mundo de la Concertación, desgraciadamente tampoco tomó una actitud clara de rechazo a esas actitudes, llamémosle ‘golpistas modernas‘. Pero bueno, finalmente no prosperó y el país salió adelante y el Presidente Piñera impuso su fórmula para, con más democracia, resolver las diferencias. (El Líbero)



