Briones y Narváez: apuestas e incógnitas-Juan Ignacio Brito

Briones y Narváez: apuestas e incógnitas-Juan Ignacio Brito

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Resulta destacable que, en momentos de crisis y angustia, los norteamericanos hayan optado por Joe Biden. El recién asumido Presidente exhibe una trayectoria de 48 años en la primera línea de la toma de decisiones. El suyo es un caso extremo de acumulación de experiencia política para enfrentar tiempos difíciles.

En Chile parecemos ir en sentido contrario. El revuelo más reciente del mundillo político se enfoca en la posibilidad de que Ignacio Briones sea nominado precandidato presidencial por Evópoli y Paula Narváez se convierta en abanderada del PS.

El primero tiene un brillante currículum académico, una sana distancia respecto de los privilegios del poder y muestra una acertada conducción de la cartera que ocupa desde hace poco más de un año. Por su parte, Narváez fue jefa de gabinete por un breve lapso y luego ministra por un año y tres meses en el segundo gobierno de Michelle Bachelet.

Ambos recibieron apoyo de líderes clave. El dedo del senador Felipe Kast apuntó a Briones, mientras que la expresidenta ungió a Narváez. Evópoli y el PS parecen haber caído rendidos a sus pies tras dichos auspicios. Tanto Briones como Narváez son rostros novedosos, incluso sorpresivos. Asoman como cartas interesantes, aunque también como incógnitas.

Sin embargo, más allá de los nombres propios, cabe preguntarse si la carrera por La Moneda es lugar para experimentos. ¿Poseen estas figuras atractivas la experiencia, el manejo y el conocimiento para eventualmente ejercer con aplomo y sabiduría la primera magistratura? ¿Bastan la destreza profesional, la sorpresa y el estilo refrescante?

Resulta difícil creerlo. El próximo Presidente deberá encarar el que probablemente sea el mandato más difícil del último cuarto de siglo. Las habilidades exigibles para superar con éxito el desafío no parecen agotarse en las competencias técnicas ni en la mera novedad. El momento actual demanda un liderazgo que se base también en la experiencia, el manejo y el conocimiento políticos sabiamente administrados.

Será el electorado el que decida quién conducirá al país a partir de marzo de 2022. Sin embargo, en la búsqueda de los candidatos, parece recomendable que los partidos y liderazgos políticos no solo se decanten por personalidades cuyas habilidades blandas las hagan atractivas. Este tipo de destrezas pueden ser muy rentables durante la campaña y hasta la elección, pero no son las capacidades exclusivas requeridas para gobernar con prudencia y eficacia.

A la hora de pensar en nombres, quienes los proponen y auspician deberían evaluar si las condiciones, preparación y trayectoria de los eventuales precandidatos están a la altura del desafío por delante. Eso fue lo que hicieron los demócratas al escoger a Biden. El electorado norteamericano parece haberles dado la razón. (La Tercera)

Juan Ignacio Brito

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