Después de permanecer 17 días hospitalizado en Sao Paulo, Jair Bolsonaro tuvo un turbulento aterrizaje en Brasilia. El mandatario, que se repone de una cirugía para retirarle una bolsa de colostomía, enfrenta una crisis política originada en una denuncia sobre desvío de dinero contra el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gustavo Bebianno, que fue su coordinador de campaña en 2018, y se niega a dejar el cargo.
Bebianno fue involucrado en un caso de supuesto desvío de dinero público para financiar campañas de candidatas del oficialista Partido Social Liberal (PSL). Al parecer las candidatas fueron utilizadas como prestanombres, o “naranjas” en el argot delictivo, y el dinero fue utilizado con otros fines, según una serie de artículos publicados por Folha de Sao Paulo.
Inicialmente el ministro intentó minimizar la crisis. “No se le da un tiro en la nuca a un soldado”, comentó Bebianno ante allegados en referencia a su relación de lealtad con el Presidente y excapitán del Ejército. En declaraciones al diario O Globo negó que hubiera cometido cualquier irregularidad y dijo que había hablado este martes tres veces por WhatsApp con el mandatario. Pero en una entrevista televisiva poco antes de salir del hospital este miércoles, Bolsonaro desmintió a Bebianno. “Eso es mentira”, recalcó.
Poco antes, el hijo del Presidente, el concejal de Río de Janeiro Carlos Bolsonaro, ya había desmentido al ministro en Twitter, e incluso subió un audio en el que aparentemente Bolsonaro le dice a Bebianno por teléfono que no puede hablar sobre las denuncias en cuestión.
Junto con acusar a Bebianno de “mentiroso”, Carlos Bolsonaro reveló que su padre había ordenado abrir una investigación policial sobre su ministro, que ocupa uno de los cargos de mayor confianza del mandatario.
Poco después del propio Presidente ratificó los dichos de su hijo, al afirmar que había ordenado a la Policía Federal investigar las denuncias que involucran al ministro de la Secretaría General de la Presidencia. Así, insistió en que su ministro de Justicia, el célebre exjuez anticorrupción Sergio Moro, tiene “carta blanca” para investigar “cualquier tipo de crimen sobre corrupción o lavado de dinero”.
“Si (Bebianno) estuviera envuelto y lógicamente, responsabilizado, lamentablemente su destino no puede ser otro que no sea volver a sus orígenes”, sostuvo Bolsonaro, quien llegó al poder con promesas de luchar contra la corrupción que involucró a la mayoría de los partidos políticos en Brasil.
Pero Bebianno afirmó a la Revista Crusoé que no puede ser responsabilizado. Según el ministro, Bolsonaro “está con miedo de recibir alguna salpicadura” por la investigación del PSL.
Varios comentaristas señalaron que Bebianno puede ser un hombre “bomba” si es obligado a dejar el Palacio del Planalto dado que conoce algunos secretos sensibles de la campaña del PSL que llevó a la victoria a Bolsonaro en el balotaje del 28 de octubre pasado. “Tal vez la situación de Bebianno haya llegado a un punto de no retorno, porque ha perdido credibilidad, creo poco probable que se puede mantener en el cargo”, dijo la periodista Miriam Leitao en radio CBN. “El fuego amigo” lanzado por el hijo presidencial contra el ministro puede amenazar la “estabilidad” del gobierno, sostuvo el politólogo Kleber Carrilho.
Según la agencia Ansa, la acusación contra Bebianno puso en evidencia la supuesta “ruptura” entre el ministro y el “Clan Bolsonaro” que forman los tres hijos del mandatario que han ganado un peso considerable en varias esferas de poder.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, afirmó que Jair Bolsonaro está utilizando a su familia en lugar de “liderar una solución” para la crisis generada por denuncias contra uno de sus ministros.
Pero las disputas de poder en el Palacio del Planalto también alcanzan a Bolsonaro y su vicepresidente Hamilton Mourão, quien no oculta sus discrepancias con el mandatario. Y fue por ese motivo, según la prensa local, que Bolsonaro estuvo sólo dos días sin ejercer la Presidencia de los 17 que pasó en el Hospital Albert Einstein. (La Tercera)
