La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció el lunes la ilegalidad del proyecto israelí de anexión de Cisjordania, y alertó sobre las consecuencias que este podría traer tanto para israelíes como palestinos y para la solución de dos Estados.
«La anexión es ilegal. Punto final», afirmó Bachelet en una declaración escrita. «Cualquier anexión. Se trate del 30% o del 5% de Cisjordania». «Pido con insistencia a Israel que escuche a sus propios exfuncionarios y generales, así como a numerosas voces en el mundo, advirtiéndole de no seguir por esta vía peligrosa«, añadió.
La alta responsable de la ONU dijo que las «ondas expansivas de la anexión durarán décadas y serán extremadamente perjudiciales para Israel, así como para los palestinos» y aseguró que todavía hay tiempo para modificar la decisión.
A partir del miércoles, fecha marcada por Israel para iniciar la anexión, el país definirá su estrategia para poner en marcha el plan de Estados Unidos.
El 28 de enero el Presidente estadounidense Donald Trump, junto al Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, presentó su proyecto de resolución del conflicto palestino-israelí partiendo de la situación actual y no, como se hacía hasta ahora, del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU.
Este plan prevé la creación de un Estado palestino en un territorio restringido y fragmentado así como la anexión por parte de Israel de varias colonias y del valle del Jordán, en Cisjordania ocupada, un territorio palestino a unos cincuenta kilómetros de Gaza.
«Las consecuencias precisas de la anexión no pueden predecirse, pero podrían ser desastrosas para los palestinos, para Israel y para el conjunto de la región», declaró Bachelet, que señaló que el secretario general de la ONU había pedido al gobierno israelí abandonar sus proyectos.
Esta anexión «perjudicará gravemente la perspectiva de una solución de dos Estados [un Estado palestino viable al lado de Israel], reducirá las posibilidad de retomar negociaciones, y perpetuará las graves violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional, de los que hoy somos testigo», agregó.
Si se produce la anexión «las colonias -ya una violación evidente del derecho internacional- seguramente se expandirán, aumentando las disputas existentes entre las dos comunidades», alertó.
También destacó que los palestinos serán sometidos a una mayor presión para salir de la zona anexada y que comunidades enteras serán expuestas a un alto riesgo de traslado forzado.
Bachelet advirtió que las restricciones del derecho a la libertad de movimiento aumentarán también a medida que los «centros de población palestina se conviertan en ‘enclaves‘».
ISRAEL CONDENA AFIRMACIONES DE BACHELET
Israel condenó hoy las declaraciones contra su plan de anexión de partes de Cisjordania de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien consideró que este polémico proceso «es ilegal».
«Esta no es la primera vez» que Bachelet «ha politizado su oficina contra Israel, de manera unilateral», reaccionó en un comunicado un portavoz del Ministerio de Exteriores.
Según aseguró, «no es sorprendente» que esta «haya decidido unirse hoy a la campaña palestina» contra la propuesta de paz de EE.UU., «y publicar declaraciones antes de que se haya tomado una decisión definitiva» sobre el proceso de anexión.
«Israel ha perdido la fe en la capacidad del Alto Comisionado para promover los derechos humanos» desde hace tiempo, agregó Exteriores, que recordó que el país ya decidió congelar hace meses los lazos con esta institución «por su actitud unilateral y discriminatoria».
Las declaraciones de Bachelet se sumaron hoy a las reiteradas advertencias contra la anexión pronunciadas estas últimas semanas por cargos de alto rango de gran parte de países y organizaciones de envergadura mundial, como la ONU, la Unión Europea, muchos de sus Estados miembros o los países árabes.
Israel prevé incorporar a su soberanía el Valle del Jordán y colonias judías de Cisjordania -ocupada desde 1967-, un plan que podría iniciarse este miércoles uno de julio, según establece el pacto de coalición del Gobierno israelí. Este proceso -al que los palestinos se oponen de manera rotunda- es apoyado por EE.UU.
Sin embargo, la mayoría de la comunidad internacional lo rechaza al verlo incompatible con la ley internacional. En tanto, a estas alturas se desconoce la extensión de territorio y localizaciones exactas que se pretenden anexionar, así como los plazos del proceso.
Las incógnitas vigentes han hecho incluso plantear a los analistas que la puesta en marcha del plan se pudiera aplazar, o anunciarse con un formato menor, menos ambicioso de lo previsto inicialmente.
Varias son los puntos pendientes de resolver: el primer ministro, Benjamín Netanyahu, no ha alcanzado aún un consenso sobre ello con su principal socio, el ministro de Defensa, Beny Gantz, contrario a tomar pasos unilaterales sin coordinación con la comunidad internacional, lo que les ha llevado incluso a hacer declaraciones contradictorias que ilustran su falta de acuerdo.
Otro actor relevante es Estados Unidos. Su embajador en Israel, David Friedman, y el enviado especial de la Casa Blanca en Oriente Medio, Avi Berkowitz, intentan acercar posturas entre los dos pesos pesados del Ejecutivo israelí para dar su beneplácito definitivo al plan, pero por ahora este asunto tampoco se ha resuelto. (Emol AFP)
