Aventurerismo

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Luis Mesina, activista de la llamada Mesa Social, dijo el domingo 26 en los “Conversatorios constituyentes” del Partido Humanista: “En noviembre pasado nos jugamos por una paralización total que tuvo éxito y generó pánico, dando origen al acuerdo ‘espurio’ por una nueva Constitución”. Agregó que, en todo caso, el plebiscito de abril era una certeza, y que había que ganarlo por dos tercios. Luego, afirmó: “Se puede dar el fenómeno de que, dada la capacidad de movilización, los constituyentes se constituyan en la primera reunión y se autodeclaren soberanos y se acaba todo. Se cierra el Congreso inmediatamente”. ¡Todo el poder a los soviets!

Por su parte, Guillermo Teillier, jefe del PC, propuso el domingo en radio Nuevo Mundo adelantar las elecciones presidencial y parlamentaria debido al bajo apoyo en las encuestas. Señaló que el gobierno y la derecha insisten en “instalar” la versión de que el problema del país es la violencia, y no los DD.HH. que se siguen violando, y acusó al gobierno de impulsar proyectos para criminalizar la movilización social, como el resguardo de las instalaciones críticas por parte de las FF.AA. Dijo, además, que “el gobierno está colgando de un hilo”, de lo que se deduce que hay que cortarlo.

La propuesta de adelantar las elecciones busca validar la estrategia orientada a interrumpir el mandato presidencial, en línea con la petición de renuncia que Teillier hizo el 19 de octubre, inmediatamente después del ataque al Metro y los primeros saqueos. El segundo intento, fue la acusación constitucional que fracasó en la Cámara. Ahora, viene un nuevo empeño. Se trata de “agudizar las contradicciones” hasta que duela.

El negocio ultraizquierdista es exacerbar el clima de confrontación. Allí están para probarlo las amenazas de un marzo violento. En tal contexto, la CUT anunció un plan de movilizaciones, y ya sabemos que a los empleados públicos allí agrupados no les cuesta nada “movilizarse”. ¿Qué le puede costar, por ejemplo, al gremio de profesores dejar a los alumnos sin clases, cuando es tan fácil y además gratuito?

El diseño sedicioso sería más o menos este: 1) Si en el plebiscito gana la opción Apruebo, los insurgentes presionarán para que la convención elegida se tome todo el poder, para lo cual buscarán forzar la renuncia de Piñera y los parlamentarios; 2) Si gana la opción Rechazo, los insurgentes desconocerán el resultado y se movilizarán para conseguir la caída de Piñera.

Ya no hace falta probar que la ofensiva de violencia y destrucción desatada en octubre tuvo objetivos antidemocráticos desde el principio. El brazo político de la asonada muestra hoy sus cartas: crear una situación de desgobierno y provocar una crisis institucional.

La línea divisoria de esta hora es la que separa a demócratas de no demócratas. Hay que impedir que los aventureros causen males mayores. Ello exige defender a brazo partido el estado de derecho.(La Tercera)

Sergio Muñoz Riveros

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