Aumentan rumores de venta de Banco Penta en las próximas semanas

Aumentan rumores de venta de Banco Penta en las próximas semanas

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Es vox pópuli en el mercado. El Banco Penta, al parecer, dejará de estar en manos de Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín dentro de poco.

Aunque la empresa no lo confirma oficialmente, diversas fuentes del mercado de capitales indicaron a este medio que la entidad financiera, que consolida a la corredora de bolsa y la Administradora General de Fondos (AGF) del mismo nombre, inició recientemente un proceso de venta.

Las fuentes indican que no es un proceso abierto y que fue contratado un banco de inversión extranjero. El candidato natural sería JP Morgan, firma que asesoró a Penta en la venta de AFP Cuprum, junto al estudio jurídico de Alfredo Alcaíno, quien se desempeña como director del banco, pero este medio no pudo confirmarlo.

Banco Security sería uno de los principales interesados, dependiendo del precio que cobren los socios de Penta. En el mercado dicen que también aparecerían candidatos extranjeros, particularmente Bradesco, banco cuyo interés por entrar al país es conocido. Y también se especula con que otros interesados podrían ser Consorcio y Credicorp, a través de IM Trust.

Lo cierto es que Security conoce a Penta. Son socios en la compañía de seguros Penta-Security y, según indican algunas fuentes, el escándalo desatado por la investigación del fiscal Carlos Gajardo –que ha develado numerosas prácticas ilegales del grupo para financiar campañas políticas y obtener devoluciones ilegales de impuestos– tiene incómodo al grupo Security, entre cuyos socios están el ex presidente de Icare, Francisco Silva; Renato Peñafiel; el socio de Sigdo Koppers, Horacio Pavez, y el ex socio de CGE, Jorge Marín.

El tema habría sido discutido informalmente entre algunos de los directores de Security y se acordó analizar la opción si es que se presenta, dependiendo de que el precio sea razonable.

El análisis es que, con el Banco Penta, el Security podría armar un rival potente al BICE en el mercado VIP y de clientes de alto patrimonio. El Banco Penta gana poca plata, pero tiene balances en azul y una organización muy sólida, explica una fuente que conoce los detalles del banco.

Lo que le juega en contra al Security es que tiene poca caja, ya que en 2013 gastó casi US$ 300 millones por Cruz del Sur.

Una fuente del mercado revela que el negocio también se les ofreció informalmente, a través de terceros, a por lo menos dos fondos de inversión privados.

SE VENDE

Fuentes bien informadas indicaron que ya a fines de 2014 hubo intentos por comprar el banco pero no fructificaron. El grupo –que hoy es liderado por Alfredo Moreno– no ha hecho contactos con potenciales interesados en forma masiva y algunos insisten en que el primer candidato es Security.

No descartan que compradores extranjeros o incluso algunos bancos pequeños y enfocados en clientes de alto patrimonio puedan pujar. Otros indican que Credicorp, controlador de IM Trust, podría estar también interesado, dado que apostaría a competir en la banca de inversión con BTG Pactual, entidad que ya obtuvo su licencia bancaria.

Sin embargo, el proceso ha sido hermético y se prevé que en las próximas semanas podría salir humo blanco sobre la venta.

Lo cierto es que el precio no apunta al alza. El valor libro del banco llega a $ 161 mil millones, unos US$ 255 millones, y nadie cree que Delano y Lavín puedan pedir mucho más que eso.

Tal vez la licencia bancaria y la acción de la corredora, además de la capacidad de distribución de la AGF, junto con la inversión que ha hecho el banco en tecnología –como los softwares de Calypsos para derivados– podrían agregar algunas decenas de millones de dólares, pero lo cierto es que el momento amargo en que se realizaría la operación iría en contra de obtener un mejor precio.

El banco empezó a sufrir los primeros impactos del caso con un aumento en sus tasas de bonos y depósitos (lo que supone un encarecimiento en su costo de fondo), un hecho que, junto a la solicitud de formalización de la Fiscalía, motivó a altos ejecutivos del banco a contactarse con sus depositantes, principalmente AGF filiales de otros bancos, con el fin de poner paños fríos respecto de su situación. Sin embargo, al compás de estas gestiones, altos ejecutivos de la compañía reconocieron que la opción de vender no se ha descartado y es una salida probable en caso de que la contingencia adversa no cese. El argumento es que, aunque el banco es sólido, el daño reputacional complica su futuro.

De hecho, la posición de Moreno como presidente del banco no se justifica sólo por su relación de amistad con la dupla Délano-Lavín, sino por su conocido perfil de buen negociador en el mundo empresarial. Fue él quien negoció la venta de Banco de Chile al grupo Luksic y también fue el responsable de la fusión entre DyS y Falabella, negocio posteriormente fallido por el pronunciamiento adverso del TDLC.

POCO VALOR

Banco Penta incluye a la corredora del mismo nombre y la administradora de fondos. En el caso de la primera, su participación de mercado es de apenas 1,7% y la bolsa local no está en su mejor momento como para darle atractivo a su acción en el ruedo: sin aperturas en bolsa, con bajos montos transados, las AFP invirtiendo más en el exterior y un mercado cuestionado por casos como Cascada, Juan Bilbao y ahora Penta.

El enfriamiento de la actividad bursátil quedó en evidencia ayer, cuando el remate de la acción de Fit terminó sin compradores que estuvieran dispuestos a poner el dinero requerido por el síndico a cargo de la firma ligada a Francisco Montaner.

La AGF, en tanto, no supera el 0,8% del mercado y de hecho ha visto una caída en el número de partícipes durante 2014, siendo una de las pocas que mostró esa evolución negativa en el año. Varios de sus fondos son money market, con escasa generación de comisión. La alta rotación de ejecutivos, además, ha afectado el rendimiento de la compañía.

El banco, en tanto, tiene poco que mostrar. Varios altos ejecutivos del sector coinciden en señalar que las distintas estrategias del banco por diversificar el negocio, originalmente concebido como banca privada, no han rendido suficientes frutos.

Aún más, sólo en 2013-2014 se le inyectaron más de US$ 120 millones, además de casi US$200 millones en emisiones de deuda.

Y aunque, paradójicamente, 2014 fue el de mejores resultados (con ganancias superiores a los $ 10.300 millones), estos han llegado principalmente desde el negocio de tesorería, ítem que se ha ido potenciando en el tiempo, pero que no permite “vender” flujos hacia el futuro a un potencial comprador.

Tampoco parece rendir el desarrollo de los créditos comerciales, los que ya suman más de $670 mil millones a octubre de 2014, concentrados en créditos a empresas, pero que tampoco generarían ganancias relevantes al banco.

Según explicó el vicepresidente de la entidad, Marco Comparini, en su testimonio al fiscal Carlos Gajardo, el 6 de octubre de 2014, el negocio de tesorería y moneda extranjera representó el 58% de los ingresos del banco y las colocaciones sólo el 21% a agosto de ese año.

El momento del grupo, además, es el peor para vender. “Cada día que pasa el banco vale menos”, asegura un alto ejecutivo ligado a un banco local respecto al efecto que está teniendo el caso en la valorización del banco.

Junto con ello, agrega que un porcentaje de los activos que gestiona el banco son los recursos obtenidos por Penta con la venta de la AFP Cuprum en 2013.

A nivel de captaciones, por otra parte, se concentra en depósitos a plazo y bonos, pues no tiene cuentacorrentistas –no es banco comercial–, lo que impide lealtad en el fondeo, que es uno de los activos que se analizan al momento de evaluar la compra de un banco.

“Han gastado mucha plata en publicidad y los únicos clientes relevantes, de peso, son los dueños”, opina un alto ejecutivo del mercado de capitales local.

Además, el costo de imagen es clave. El superintendente de Bancos e Instituciones Financieras (Sbif), Eric Parrado, dijo la semana pasada, ante la comisión investigadora del caso Penta en la Cámara de Diputados, que había un efecto reputacional para el banco, aunque reconoció que legalmente los dueños no están obligados a vender, aun si son formalizados por delito tributario.

Cercanos al grupo reconocían hace algunos días que el escándalo tributario y político en que están inmersos los dueños podría derivar en que se analice la posibilidad de vender el banco, dado que su funcionamiento depende también de la confianza y fe pública que reciben los accionistas por parte del público que pone sus dineros en sus manos.

POCO RENTABLE

Banco Penta comenzó a operar en 2004 y sostenidamente ha dejado pérdidas al grupo. Sólo comenzó a abandonar dichas pérdidas hace tres años, influido particularmente por los resultados de la corredora de bolsa. De hecho, la rentabilidad sobre patrimonio el último año no alcanzó el 10%.

En los primeros años fue dirigida por Eduardo Kirberg, quien fue reemplazado por Marco Comparini en 2006 y, a partir de 2011, lo dirige Andrés Chechilnitzky, con un breve interludio de Cristián Bulnes.

Según explicó Comparini ante el fiscal Gajardo en octubre pasado, la decisión que se tomó cuando él dirigía el banco fue no entrar al negocio retail –créditos a personas y pymes– y, en cambio, concentrarse en atender a empresas, dándoles asesorías financieras (finanzas corporativas), entregando créditos y negocios de tesorería, además de concentrarse en clientes de muy alto patrimonio en el negocio de banca privada.

Aunque la hebra principal del caso Penta que sigue el Ministerio Público está concentrada en el uso de boletas ideológicamente falsas para beneficios tributarios del grupo, el banco también se vio expuesto a la investigación.

El Servicio de Impuestos Internos (SII) denunció el 8 de octubre de 2014 a Empresas Penta por boletas de más de $ 2.000 millones entregadas a la corredora de bolsa, esto con el objeto de inflar los resultados del banco, rebajando además la base tributaria del holding.

Desde que declaró Comparini, la Fiscalía ha hecho pocas diligencias, siendo una de ellas la solicitud de estados financieros de la corredora de bolsa a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). El titular de esta entidad, Carlos Pavez, al igual que el de la Superintendencia de Bancos, Eric Parrado, han dicho públicamente que no han encontrado irregularidades en los estados financieros de la corredora y el banco, sin embargo, han aclarado que cualquier anomalía relativa a asuntos tributarios recae en el SII y no en estos servicios. (El Mostrador)

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