En noviembre se cumplieron tres años desde que la Tercera Sala ordenó la realización de una Consulta Indígena como medida previa para otorgar permisos administrativos al proyecto Los Lagos de la empresa estatal noruega Statkraft, en la región de Los Ríos.
- El proyecto que esperaba iniciar su operación en 2022 y que pretendía comenzar a inyectar energía a la red central en el primer semestre de 2025, sigue esperando que el Consejo de Monumentos Nacionales realice la consulta que se originó por hallazgos arqueológicos.
- Estos corresponden a fragmentos cerámicos y piedras que se usaban para tallar madera u otros materiales, cuyo tamaño es inferior a 4 centímetros.
- La iniciativa -que utilizará las aguas del río Pilmaiquén- fue aprobado por la Dirección Ejecutiva del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), obteniendo su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable, en junio de 2009.
- Esta demora ha implicado un sobrecosto de más de US$ 50 millones, para una inversión inicial de US$ 173 millones.
-¿Cómo están viendo las dificultades que ha tenido Statkraft para desarrollar su proyecto de Los Lagos?
-Desde el punto de vista del funcionamiento del sistema eléctrico, Pilmaiquén es un proyecto muy necesario, la zona de la región de Los Ríos y de Los Lagos, son zonas frágiles en términos de generación. No es fácil conseguir suficiente generación para sostener la demanda de las propias regiones sin recurrir a lo que ha ocurrido muchas veces en ambas regiones, que es generar con diésel de respaldo.
Ha tenido desafíos de relaciones con las comunidades indígenas, a partir de los hallazgos arqueológicos que se produjeron durante el avance del proyecto. El Consejo de Monumentos Nacionales hoy está reanudando la consulta, es un procedimiento que es necesario que se haga para seguir adelante con los permisos sectoriales del proyecto.
-¿Considera que los plazos son excesivos?
-Hubiéramos querido que esto sucediera antes, hubo cerca de un año y medio donde la consulta no se realizó, o estuvieron en tratadillas preliminares sin que hubiera un avance significativo. Y ese es un tiempo que ahora toca recuperar. Ojalá se haga con todo el tiempo que necesita.
-Pero la empresa ha comentado que no hay una disposición del Consejo en que se avance a recupere el tiempo perdido.
-Las reuniones ya se han retomado.
-Sin embargo, siguen la primera etapa.
-Sí, pero esas son las etapas. Esto es un procedimiento arreglado, por lo tanto, tiene que llevarse adelante en la etapa que corresponde y el momento para recuperar los atrasos es más bien en el momento que venga después de la consulta cuando toque emitir los permisos. Hay que valorar el que se vuelva a avanzar en el procedimiento administrativo, pero también hay que ser sinceros y efectivamente se han producido atrasos que no se deberían haber producido. Vamos a ver cómo conseguimos de parte de los organismos públicos hacer lo que podamos para recuperarlo en todo o en parte.
-¿Cómo ve el Ministerio de Energía el impacto que puede generar el hallazgo de pequeños restos cerámicos y la fuerte oposición que puede haber de parte de las comunidades ante proyectos de esta envergadura?
-Desde el punto de vista de nuestro diseño institucional hay muchas cosas que se pueden hacer mejor y eso se manifiesta en los proyectos de ley que hoy día están en discusión, incluyendo la indicación sustitutiva que busca cambiar el procedimiento con el cual se tramitan los permisos asociados a hallazgos arqueológicos y los permisos que entrega el Consejo de Monumentos Nacionales. Desde el punto de vista institucional hay oportunidades de mejora, de otro modo no tendría sentido presentar proyectos de ley.
Desde el punto de vista más de fondo, nuestro país ha ido avanzando hacia una mayor conflictividad social hace cinco años que se ha ido canalizando institucionalmente. Eso es un desafío y supone procesos que han generado frustraciones, a veces en las empresas, a veces en las comunidades. Nuestro rol es que esos desafíos, esas enseñanzas que se han generado se reflejen en una mejor institucionalidad que permita avanzar hacia energías más limpias.
-¿Usted dice que ha aumentando la oposición a este tipo de iniciativas?
-Eso es cosa de ver los datos, los niveles de conflictividad asociados a proyectos de inversión de energía hace diez años eran menores a los que hay hoy en día, en todos los indicadores, como por ejemplo en la cantidad de recursos presentados durante los proyectos. También hay una parte que buena, pero que tenemos que saber canalizar: es una sociedad que avanza hacia visibilizar sus diferencias.